“México, cada vez más justo”
1 (Ta’gueno...)
La presidenta de la república se ha creado un mundo “a imagen y semejanza”, digamos, de la naturaleza política.
En el zócalo de la Ciudad de México para festinar los primeros cien días en Palacio Nacional acuñó la siguiente frase bíblica: “México es cada vez más justo”.
“Más justo” un país donde seis de cada diez habitantes viven en la miseria, la pobreza y la jodidez.
Y el desempleo, el subempleo, los salarios pichurrientos y sin las prestaciones médicas, sociales y económicas establecidas en la Ley Federal del Trabajo.
Sin posibilidad del desarrollo humano.
Con una creciente migración a Estados Unidos, entre otros hechos primordiales, soñando con un empleo digno, estable y pagado con justicia laboral.
En dólares, claro.
Simplemente porque aquí las tribus políticas son incapaces de alentar la creación de empleos en las regiones indígenas, campesinas y obreras.
Suburbanas y urbanas.
Y expuestos a una violencia atroz con todos los jinetes del Apocalipsis de por medio.
Feminicidios donde la madre de familia es asesinada con alevosía, ventaja, premeditación, saña y barbarie.
Y dejando niños huérfanos.
Bastaría referir que en Veracruz los feminicidios han dejado, aprox., mil niños en la orfandad.
Secuestros. Extorsiones.
Desaparecidos.
Fosas clandestinas.
Tiradero de cadáveres y sangre femenina y masculina escurriendo en las calles y avenidas de los pueblos y ciudades.
Es el “México cada vez más justo” festinado por la doctora Claudia Sheinbaum en el Zócalo defeño y en donde fue aclamada.
Además, como el peor mal de la caja de Pandora enviada por Zeus para ajustar cuentas con la tierra, la impunidad.
Su Majestad, la Señora Impunidad.
En Veracruz, por ejemplo, hay 34 (treinta y cuatro) Colectivos integrados con madres y padres con hijos y parientes desaparecidos revoloteando la tierra para ver si tienen suerte (¡vaya suerte!) y localizan a los suyos.
Más de siete mil cuatrocientos desaparecidos en los cuatro puntos cardinales del Estado jarocho, aquel que, cacarean por ahí, “está de moda”, (¡vaya pobreza imaginativa para el eslogan!).
El “México cada vez más justo”.
Ta’gueno.
2 (Vivir con la medianía salarial…)
México justo: Treinta millones de paisanos como migrantes en Estados Unidos. Un millón originarios de Veracruz. Buscando allá el empleo negado aquí.
Chicos egresados de universidades públicas y privadas con salarios (si bien les va) de cinco a seis mil pesos mensuales.
Entonces, migrando a otras latitudes geográficas del mundo.
El servicio sexual como una salida económica para llevar la despensa a casa. Veracruz, por cierto, campeón nacional en la producción y exportación hacia el interior del país de mesalinas.
Miles y miles de trabajadoras domésticas de casa en casa.
Vivir con “la pinche medianía del salario”.
Y cada dos meses extender la mano para recibir la bequita bimensual de seis mil pesos del Bienestar Social.
Digamos, aliviarse con la dádiva oficial ante la imposibilidad de alentar la creación de empleos dignos.
Los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros, dueños del destino personal, familiar y colectivo en todos los rincones geográficos de la nación.
Vivir con sobresaltos en el día y la noche por un secuestro, una desaparición, una fosa clandestina.
Es el México justo del que habla la presidenta de la república.
3 (Mujeres indígenas, campesinas y obreras)
Las mujeres políticas festinan “la liberación femenina” y “el tiempo de las mujeres”.
Cierto, cientos de políticas han llegado y siguen aterrizando en cargos públicos.
Pero en el otro lado del palenque público, miles y miles y miles de mujeres indígenas, campesinas y obreras en la mezquindad social.
4 (Hay dos Méxicos… o más)
El México de Sheinbaum y anexos y conexos.
Y el otro México. (lv)