Cuarteto reporteril
**Iconos y símbolos
**Modelos a seguir
UNO. Los cuatro de la tribu...
Hay un cuarteto de reporteros insuperables. Son los íconos y símbolos del mejor periodismo nacional.
Más todavía porque a la inminente capacidad informativa y la formación social y académica, se añade la gran calidad moral.
Y como dicen por ahí, una moral “a prueba de bomba”.
El cuarteto, grandes cronistas, más allá, mucho más allá de la noticia del día.
El cuarteto, escritores, con libros publicados.
Y con premios de periodismo.
Colegas como un gran modelo a seguir.
DOS. Marcando la pauta…
El primero, y en orden alfabético, Alejandro Almazán. Cuatro veces premio Nacional de Crónica. Y una vez, premio internacional de crónica de la Fundación para el Nuevo Periodismo, Gabriel García Márquez.
Más de diez libros publicados. Algunos, best sellers.
Además, guionista cinematográfico. Uno de ellos, su guión sobre Joaquín Guzmán Loera, El Chapito.
Por ahora, escribe otro libro. Y otro guión. Y es cronista en la revista semanal, Dominga, publicada en el periódico Milenio.
El día cuando llegara a la UNAM como estudiante descubrió que los compañeros le llevaban mucho camino pues montón de libros (novelas y cuentos) habían leído mientras él los desconocía.
Vaya, ni siquiera sabía de la existencia de tales autores.
Entonces, se puso a leer como un poseso y hacia la mitad de la tarde marcaba la pauta literaria a los demás.
TRES. Prosa bella y hermosa
Francisco Ortiz Pinchetti. Gran cronista en el diario Excélsior y en la revista (entonces) semanal, Proceso, y don Julio Scherer García como director general.
Su prosa, bella y hermosa. Rítmica. Contando historias.
Es más, sus crónicas han de leerse en voz alta para escuchar el tropel de las palabras y el bamboleo de las letras en cada párrafo y en cada oración.
Un ejemplo en su libro de crónicas, “De pueblo en pueblo”.
Ahora, más independiente y autónomo que nunca, dirige un portal digital en la Ciudad de México.
Y al lado de sus hijos.
CUATRO. Historias privilegiadas
Raymundo Riva Palacio. Su columna “Estrictamente Personal”, una biblioteca política, social, económica y, claro, periodística.
Sus grandes exclusivas sobre temas ríspidos contando historias privilegiadas de las tribus políticas en el poder sexenal.
Incluso, y con frecuencia, como si fuera un médium y su espíritu se filtrara en las reuniones privadas de los políticos encumbrados y registrara las voces, las palabras, las rispideces en los argumentos, los dimes y diretes, el fuego amigo y el fuego adversario.
Profundo conocer de la naturaleza humana. Y del periodismo en el mundo.
CINCO. Vocero de los Desaparecidos
Noé Zavaleta. Originario de Xalapa, siempre miró lejos. Y hasta corresponsal en América Latina se volvió de Al-Jazeera, uno de los tres canales más importantes de noticias en inglés en el mundo.
En misiones especiales sobre los desaparecidos en México ha recorrido parte del país.
En unas ocasiones, para reportajes en medios. Y en otra, para documentar algunos de sus cinco libros.
Sus libros presentados en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, Jalisco.
Ahora, director editorial en tres medios de la península maya.
SEIS. Panteón periodístico
Desde luego, en el panteón periodístico hay otros reporteros.
Ricardo Rubín Pulido. El maestro don Alfonso Valencia Ríos. El jefazo Bartolomé Padilla y Zepeda.
El primer gran cronista del mundo indígena de Veracruz, Gregorio Navarrete Cruz.
Juan Zanoni de la Garza, el primer reportero encarcelado en Veracruz y por un gobernador, Rafael Murillo Vidal, con la operación policiaca del Procurador de Justicia, Aureliano Hernández Palacios y el presidente del CDE del PRI, profesor Rafael Arriola Molina.
Y el gran maestro de maestros en periodismo, el sacerdote José Benigno Zilly, catedrático en la Facultad de Filosofía de la Universidad Veracruzana.
Ellos iluminan la vida en los días y noches turbulentas y adversas. (lv)