Carga pesada la vejez
**Duro paso de la vida
**La vida, un infierno
UNO. Duro paso de la vida
La vejez es el peor paso de la vida. Por ejemplo, tiempo cuando un montón de enfermedades suelen caer como losa pesada en los días y noches. Tiempo cuando la persona camina con un botiquín.
Incluso, y así se tenga una vida austera y llena de ejercicio.
Como pasó, por ejemplo, a Superman, enfermo de cáncer de médula.
En la juventud y la madurez, la vida suele deslizarse en la pachanga. El antro. La disco. La aventura fácil. El motel.
Y en la vejez, las horas giran alrededor del consultorio médico, la farmacia, el quirófano y la iglesia para arrodillado pedir perdón por tantos pecados mortales y veniales cometidos.
DOS. La vida, un infierno
Cosas insólitas, entre otras: Si la persona tiene ISSSTE y Seguro Social ha de atenerse a esperar seis, siete, ocho horas en la antesala del médico para su turno.
Además, estar consciente de la escasez de medicamentos y la inevitable urgencia de comprarlos.
Y si carece de las prestaciones médicas, entonces, un médico especializado cobra de entre mil y mil doscientos a 1,400 pesos por consulta.
Y hay medicinas con precios inaceptable. Por ejemplo, más de dos mil pesos.
Y si la persona necesita operación, entonces, un costo de más de cien mil pesos.
TRES. Medicinas, un paliativo
Peor tantito: Por lo general, las medicinas únicamente tienen efecto durante unas 24 horas. Quizá menos.
Y, claro, quitan los dolores y los achaques. Pero solo por un día.
Y al día siguiente, otra. Y al siguiente, otra. Y a la semana, otra. Y a la quincena, otra.
Entonces, son paliativos.
Tiempo histórico aquel cuando en Soledad de Doblado, el doctor Agustín Aguilar padre, solía curar y por completo con la primera receta.
Además, y hasta con remedios caseros.
CUATRO. En la vejez todo se paga
Suele vivirse de manera intensa y volcánica. Sin mirar lejos. Gozando el presente.
Pero con frecuencia, en la vejez se paga todo.
Un profesor de la vieja guardia entró al salón de clases caminando despacio, pian pianito, y jorobado.
Y unos estudiantes se rieron y burlaron.
Y el maestro les repitió la Biblia: “Como los veo me miré. Como me ven, se verán. Además, ya veremos si llegan a viejos. Y en el estado de salud”.
Dura y ruda la vejez cuando, por ejemplo, se llega con remordimientos.
Por eso, lo ideal, más allá de una confesión sacerdotal, pedir una disculpa, un perdón, a las personas agraviadas, considerando la verdad universal: La paz de adentro es la paz de afuera.
Cada persona en paz consigo mismo.
Incluso, cada persona haciendo la paz consigo.
CINCO. Carga pesada
Más cuando la carga en la vejez es muy pesada.
Por un lado, las enfermedades y los achaques.
Entre otros, la soledad.
Y por el otro, los reproches por tantos pecados mortales y veniales cometidos, incluso, con la familia. Los amigos. Los compadres. Los vecinos. Los compañeros en el trabajo. Las novias pasadas.
SEIS. Sedación paliativa
Por ejemplo, cuando se está enfermo y en las horas del día y la noche caminando el dolor es el gran aliado. Y el dolor cae en el cuerpo como una maldición.
Más cuando existe la certeza de una enfermedad incurable. Con todo y el botiquín a un lado.
Y, claro, sin trabajar. Sin producir nada. Ni chismes, siquiera. Quizá pensionado viviendo como se pueda con la pensión.
Y si los dolores son canijos…
Y si el enfermo se ha convertido en una carga pesada, demasiada pesada, para la esposa y los hijos…
Y significa, además, un gasto canijo…
El único camino digno es la sedación paliativa o terminal. (lv)