Y ya no quiere vivir con ella. Y está harto.
Y enamorado de una chica de veinte años…
Y cuando el sexo se ha vuelto mecánico con ella…
Entonces, el primer paso de la mujer es darle un guamazo en la cara y por sorpresa y dejarlo noqueado en el piso de la casa…

DOS. Atarlo de manos y pies…

De inmediato, arrastrarlo a una silla y con toda la fuerza femenina de por medio sentarlo.
Y luego luego, amarrarlo con cinta canela de las manos y de los brazos y de la espalda al respaldo de la silla y atarlo de los pies.
Y si el hombre empieza a despotricar, entonces, única y sencillamente, taparle la boca con cinta canela.
Así, jalarlo a una recámara y echar llave a la habitación y ahí dejarlo a solas.
Y a esperar.

TRES. Convocar la nostalgia

A la hora del desayuno, la comida y la cena llevarle de comer. Y si acepta darle de comer en la boca.
Y agua suficiente para evitar, digamos, se deshidrate.
En la tarde tibia y fresca, sentarse enfrente y preguntarle la historia de la chica estremeciendo sus neuronas, corazón, sexo y entrañas.
Y, claro, retirarle por un ratito la mordaza.
Después, preguntarle sobre los momentos estelares del noviazgo y el matrimonio y los juramentos de amor y las horas sublimes del encuentro sexual.
Es más, si por ahí la esposa tiene videos y/o videos con fotografías conyugales, exhibírselos no más para recordar.

CUATRO. Justicia poética

Y si la pareja se porta roñosa, de nuevo la mordaza en la cara. Y apagar la luz de la recámara y dejarlo en la oscuridad.
Al día siguiente, avisarle de una visita en la plaza comercial y el mercado.
Más, mucho más, si el esposo sigue igual de rejego emponzoñado y obsesionado con la amante de veinte años.
Y en tales circunstancias, justicia poética, un ladronzuelo solitario caerá de sorpresa en la casa y encontrará al marido atado a la silla, primero, y luego, a un retrete para sus urgencias.
Y el ratero llamando a tres amigos para auxiliarlo en el robo a la casa.
Y ni modo, cuando la esposa regrese írsele encima y golpearla y noquearla y atarla.
Y seguir robando.

CINCO. El infiel arrepentido

Frente a frente, cara a cara, la pareja atada, la mujer noqueada en el piso de la habitación, el marido empieza a recapacitar.
Y por encima de todo, deseando la vida para la esposa.
Y conforme van pasando las horas y la esposa sigue tirada sin sentido el marido continúa arrepintiéndose de su infidelidad con la chica.
Y confiesa a la esposa el amor resucitado.

SEIS. “Atrapado por amor”

Y la esposa se levanta. Y gracias al cuarteto de ladronzuelos aquellos, el amor vuelve a la casa y la pareja se reconcilia. Y el hombre deja a la chica amante.
El filme se llama “Atrapado por amor”. Y en papel estelar, Meg Ryan y Timothy Hutton. Y está en Prime Video… por si el lector deseara detalles para regresar, digamos, al camino del bien. (lv)