Nuevo Congreso local
**Sumisos a jefa máxima
**El fardo del pasado
ESCALERAS: El 5 de noviembre iniciará la Sexagésima Séptima Legislatura en Veracruz. Por vez primera, mayoría femenina. Veintiséis diputadas son mujeres. Veinticuatro hombres.
Además, con una aplastante mayoría absoluta de MORENA.
Indicativo y significativo: la gobernadora, de MORENA. El ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, y la Contraloría, MORENA. La Comisión de Vigilancia del Congreso, con mayoría morenaca.
Todo, entonces, dado para, digamos, y a tono con el tiempo pasado, “la purificación moral y la honestidad valiente” en la administración pública estatal.
PASAMANOS: Más, y como dice la leyenda urbana, suburbana, indígena y campesina, cuando las mujeres son íntegras y honestas “y a prueba de bomba”.
Y más porque para el sentir popular, las mujeres son mil veces más sensibles para los pendientes sociales.
Más cuando la liberación femenina alcanza en los cuatro puntos cardinales el decibel más elevado “en la plenitud del pinche poder”.
Veremos, entonces, dice el cieguito clásico y erudito.
Pero el riesgo sicológico y sociológico en el palenque.
Uno:
Una Sexagésima Séptima Legislatura sumisa. Cien por ciento sumisa a la jefatura del Poder Ejecutivo estatal. Sin duda, la jefa máxima en un sistema político donde todo ha estado y está para la servidumbre. El Dedo, el Gran Dedo Elector, como punto de referencia.
CORREDORES: Dos:
Por encima de la libertad y por encima, incluso, de la dignidad humana en la mayoría de diputados locales domina y predomina el culto al súper ego.
El súper ego (primero, claro) del góber en funciones. Y segundo, el súper ego de cada legislador con el síndrome del conquistador Hernán Cortés.
Primero yo. Luego yo. Y al último año.
Tres:
La Comisión de Vigilancia del Congreso, con mayoría de MORENA, pulida y vuelta a pulir para encubrir los trastupijes de los funcionarios estatales y municipales.
Sobre todo, los Morenacos.
Además, ha sido, “al pie de la letra” siempre y nada indica un cambio gradual y radical.
BALCONES: Cuatro:
MORENA controlará la Junta de Coordinación Política, JUCOPO.
Tan famosa porque desde ahí manejan el presupuesto oficial. Y quien lo opera actúa con tendencia guinda y marrón.
Más, cuando se tiene la certeza de una Comisión de Vigilancia y ORFIS (y Fiscalía) encubriendo a los suyos.
PASILLOS: Cinco:
La mayoría de diputados locales llegan a la curul con la obsesiva obsesión del siguiente cargo público.
Su desempeño legislativo gira alrededor de tal objetivo.
Y sirviendo a los jefes “hasta la ignominia”.
Ya, reeligiéndose. Brincando a una presidencia municipal. Escalando a una curul federal. Y/o a un cargo público en el gabinete.
Incluso, con “la espada desenvainada” para hacer negocios lícitos e ilícitos. Desde obra pública otorgada por Dedazo hasta el manejo de empresas fantasmas.
Seis:
La industria del halago en el escalafón más elevado.
En la política, una de las estrategias efectivas, infalibles, está en loar, tirar incienso al jefe y tirarse en el piso a su paso.
VENTANAS: Siete:
En la búsqueda de concentrar más poder, los legisladores suelen olvidarse de su distrito.
Y si en la vieja Roma les llamaban “Conscriptos de la patria”, ahora, son Turistas de su demarcación.
Rara, extraordinaria ocasión, vuelven a los pueblos de sus orígenes. Aquellos que los encumbraron en el poder político con el voto.
Luego de 66 camadas de diputados locales, la experiencia, la vivencia, el recuerdo y la nostalgia en el ánimo ciudadano.
Hubo un gran diputado (Carlos Vasconcelos, de Coatzacoalcos) quien cuando confirmó los siete puntos anteriores de sus compañeros, harto, asqueado por la gran estafa, simplemente, renunció. Y regresó a su pueblo como líder obrero. (lv)