Liberación humana
**Lo que oprime y deprime
**Trepanación sicológica
UNO. La tranquilidad interna
La filosofía musulmana establece, entre otras enseñanzas y hechos, que en la vida necesita liberarse todo lo que oprima y deprima y todos los remordimientos y culpas y vergüenzas para alcanzar la dicha y la felicidad.
Luis Velázquez
Nada mejor, pues, como abrir las puertas y ventanas de las neuronas, el corazón, el hígado y el sexo a los Jinetes del Apocalipsis y a los Círculos del Infierno.
Únicamente así, dice el credo árabe, podrá encontrarse la paz. La tranquilidad interna. Los días a plenitud.
DOS. Personas tóxicas
Y aun cuando en otras religiones y credos de igual manera se ocupan de las mismas circunstancias, la filosofía musulmana está en el primer plano.
Andrés Gide lo expresaba del siguiente modo: Todo está dicho, pero como nadie hace caso, debe repetirse hasta el agotamiento.
Más, y como dicen por ahí en el siglo XXI, cuando de pronto en los días y las noches el ser humano se topa con personas tóxicas.
Aquellas que traen el veneno en la lengua y a todos, sin excepción, se lo quieren transmitir para que al mismo tiempo vivan y padezcan el mismo infierno.
Nada más terrible como caminar en cada día, semana, quincena y mes, con el mismo costal de culpas.
Y de ñapa, echando la culpa a los demás, incluso, de los mismos errores personales.
TRES. Líbranos, Señor…
De las personas tóxicas, entonces, líbranos, Señor.
Pero también de seguir encarcelado en la propia conciencia llena de reproches por los errores cometidos.
En todo caso, y quizá como estrategia de expiación nada como solicitar disculpas y perdón de ser menester a los demás.
Y esperar si así, digamos, y con un milagro superior, la persona lastimada y ofendida tiene capacidad de perdonar y olvidar, lo más importante.
CUATRO. Omisiones en la vida
De acuerdo con el sicólogo y el terapeuta hay muchas omisiones en la vida que simple y llanamente terminan oprimiendo la quietud interna.
Además, deprimiendo.
Y el hecho de vivir en guerra interna con uno mismo suele llevar, incluso, al centro siquiátrico.
Más, mucho más, cuando se vive guardando rencor y odiando, inculpando a los demás de los propios errores.
En el relato bíblico se alcanza y vive la paz cuando ningún pendiente social ni de conciencia se tiene con la familia, los amigos, los compadres, los vecinos y los compañeros en el salón de clases y en el trabajo.
CINCO. La conciencia, peor gendarme
Fernando López Arias, gobernador de Veracruz, procurador General de la República, senador y diputado federal, siempre decía que el peor policía de una mujer y un hombre es su conciencia.
Su conciencia con el pasado y el presente nebuloso, huracanado y torrencial.
La conciencia que suele oscilar entre la inconsciencia y la subconsciencia pero en medio de los remordimientos.
Digamos, aquella dura y ruda enseñanza de la iglesia católica y apostólica de inculparse a sí mismo de los pecados veniales y mortales cometidos.
Desde una simple mentirilla por ahí en la infancia hasta una infidelidad en la edad adulta.
SEIS. Trepanación sicológica
Pero, bueno, la doctrina musulmana habla de la purificación sicológica y siquiátrica a partir de un viaje interior para revisarse cada uno.
Y luego de anotar en una libreta escolar las culpas cometidas iniciar el camino para exorcizarse.
Por eso, quizá, el novelista Julio Cortázar estaba seguro, convencido, de que escribir era una especie de exorcismo para corretear los demonios interiores.
Digamos, una trepanación sicológica para expulsar todo lo que oprime y deprime.