Se llama Juan Moctezuma López y únicamente pide justicia.
Desde hace diez años, aprox., sigue cabildeando el pago del seguro de vida institucional, igual, igualito que tantos otros maestros apostando a la esperanza y la buena fe y la calidad humana de las tribus gobernantes.
Ahora, con Cuitláhuac G. J., el góber, el desdén y el menosprecio. Nadie de la SEV ni tampoco de la secretaría General de Gobierno, “lo ha pelado”.
Incluso, es categórico. Está dispuesto a inmolarse.

DOS. Cuitláhuac se burla…

De hecho y derecho, la semana anterior lo intentó.
Planeaba inmolarse frente a palacio, pero de pronto, ¡zas!, los señores de la Cuarta Transformación, la honestidad valiente y la purificación moral (ajá) le quitaron el combustible.
“Estoy bastante desesperado. Por todos los medios he tratado de buscar una solución con las autoridades educativas y del gobierno estatal. Pero sólo se han burlado” (Ireneo Pérez, La Jornada-Veracruz).

TRES. Negar una audiencia

Insólito, inverosímil, mejor dicho a tono con su biografía sicológica, el desprecio de Cuitláhuac, anexos y conexos.
Primero, negando el legítimo derecho de audiencia a un ciudadano.
Segundo, la indiferencia total y absoluta a su pendiente.
Tercero, desde el palacio de gobierno pendientes de que se inmole pues de lo contrario, tremendo escándalo significará.
Cuarto, diez años cabildeando el pago.
Cinco años y medio de Cuitláhuac. Dos años del panista Miguel Ángel Yunes Linares. Y dos años y medio de Javier Duarte.
El dos de octubre del año 2008 (Fidel Herrera Beltrán gobernador y Marlon Ramírez, encargado del asunto desde la subsecretaría de Gobierno) en la misma escalinata de la Catedral, el indígena popoluca, profesor durante 32 años, Ramiro Guillén Tapia, se prendió fuego disputando para los suyos doscientas hectáreas.
Nunca Marlon Ramírez tuvo voluntad política y social para escuchar sus demandas y dar seguimiento.

CUATRO. Fue agredido en una marcha

Algún funcionario de la dirección de Política Regional (la misma donde despachara Marlon Ramírez en el Fidelismo) se acercó a Juan Moctezuma López para venderle esperanzas baratas, ramplonas, demagógicas y populacheras.
Antes, Juan Moctezuma participó en una marcha en la avenida Juan de la Luz Enríquez y unos agresores lo golpearon en un brazo con un vehículo y “otro le pasó una llanta en el pie derecho”.

CINCO. Diez años esperando justicia

El profe reclama el pago total del seguro institucional.
Y, bueno, cuando lleva una década esperando…
Y cuando en la SEV le ofrecieron el pago el día quince de mayo, día del maestro…
Y cuando le están dando largas y largas, digamos, como eje rector en la política de los derechos humanos alardeada por la Cuarta Transformación…
Entonces, don Juan sigue firme, inalterable, dispuesto, a inmolarse.
Simplemente, acabar con su vida.
Suicidarse, pues en su mirada ningún sentido tiene seguir viviendo.
“Físicamente ya sufrí bastante. Desde la última huelga de hambre que hice mi salud se deterioró. Tuve fuerzas para aguantar hasta el día de hoy.
“Y estoy dispuesto a todo”.

SEIS. Pésimo gobierno obradorista

“El gobernador me ha visto la cara muchas veces. Y lo peor es que nunca el diálogo. No tiene interés de atenderme” (Ibidem).
¡Caray, la 4T “ejerciendo a plenitud” la indiferencia y el desdén!
Negar una audiencia, negar el diálogo, negar el intercambio de puntos de vista, aclarar paradas en todo caso, integrando la cadena del pésimo gobierno morenista.
Nunca en el Fidelato miraron a Ramiro Guillén Tapia… hasta que se prendió fuego y murió en el hospital.