¡Vaya farsantes predicando el “Amaos los unos a los otros!”.
En los primeros cinco meses del año electoral, por ejemplo, veinte feminicidios registrados con todos los agravantes de la ley.
Entre ellos, saña, barbarie, alevosía, ventaja y premeditación.
Además, de las mujeres asesinadas.

PASAMANOS: Cuitláhuac, el góber, es una vergüenza moral, social y política.
Lástima de la oportunidad sexenal que le diera su padrino Andrés Manuel López Obrador, el presidente.
Peor aún: tanto silencio de AMLO bien pudiera significar complicidad.
Valemadrismo, si se consideran los miles de feminicidios en el país.
Vaya, con Cuitláhuac, Veracruz ascendiendo a los primeros cinco lugares nacionales en desaparecidos.
Veinte feminicidios en cinco meses.
Es decir, cinco por mes, aprox.
En un lado del ring social, la ineficacia y la ineficiencia de la secretaría de Seguridad Pública para garantizar el llamado Estado de Derecho y cuya esencia básica y primordial está en salvaguardar la vida de los ocho millones de habitantes.
Y en el otro lado del ring, la peor ineficacia e ineficiencia de la Fiscalía General con tanta tanta tanta impunidad.

CORREDORES: Más porque los teóricos y los expertos lo establecen con claridad con el siguiente principio demoledor: A mayor impunidad, mayor incertidumbre, mayor zozobra, mayor inseguridad.
Simplemente, los carteles y cartelitos, los sicarios y pistoleros, los malandros y malosos y “los machitos” crecen al castigo pues saben, están conscientes, seguros de que por más y más feminicidios… nadie los detiene.

BALCONES: Veinte feminicidios en cinco meses anuncia vientos huracanados y torrenciales para la elección del dos de junio con la presidenta de la república y el gobernador de Veracruz.
Más los diputados locales y federales y senadores.
Es decir, y sin rodeos, mucho se siente y presiente que los familiares todos de las veinte mujeres feminizadas sufragarán en las urnas en contra de todos los candidatos de MORENA.
Además, de los familiares del número insólito de mujeres feminizadas en los últimos cinco años y medio que llevamos del obradorismo en Veracruz.
Una cosita y un hecho es el secuestro y desaparición de mujeres.
Y el asesinato y el feminicidio.
Y otra, mil, dos mil, tres mil años luz de distancia, la impunidad.
La Fiscalía General en el principio universal de Peter evidenciando resultados y exhibiendo el vacío de poder ocupado, claro, por los malos.

PASILLOS: Entonces, la hipótesis universal es que el pésimo gobierno de Cuitláhuac se revertirá en contra de la candidata a gobernadora de López Obrador.
Mas “pior” con el estercolero en las redes sociales expuesto y al detalle y con papeles notariales del empresario Arturo Castagné Couturier.
Y las 35 (treinta y cinco) denuncias penales de la legisladora María Elena Pérez-Jaén Zermeño en contra de Nahle en la Fiscalía General de la República.

VENTANAS: Uno tras otro los feminicidios se fueron dando en Veracruz y nunca, jamás, Cuitláhuac y los suyos prendieron las farolas.
Aplicaron, digamos, el famoso principio francés de “dejar hacer y dejar pasar”.
Apostando a que el primero y el segundo y el tercero y los demás serían casos aislados y pronto Veracruz sería pacificado.
Más, cuando Cuitláhuac asegurara que en dos años pacificaría Veracruz.
Puro rollo. Puro chorizo. Patraña pura. Estafa mayor.
Ahora, con los veinte feminicidios en los últimos cinco meses solo con un fraude electoral operado desde ahora, mejor dicho, desde antes, quizá, quizá, quizá, Nahle ganaría la silla embrujada del palacio de Xalapa.