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Jueves 25 abril, 2024

Pepemanía

I (Triunfo electoral anunciado)

En la zumba, en el desayuno amical, en el cafecito del mediodía, en la tarde pastelera, en las redes sociales, en los WhatsApp, en los avisitos parroquiales, la mitad de Veracruz y casi la otra mitad hablan de la Pepemanía.
Pepemanía: el movimiento social y político que de pronto, ¡zas!, emergió a la superficie electoral y dan, más que como una posibilidad, un hecho el triunfo de Pepe Yunes Zorrilla en las urnas como candidato a gobernador del Frente Opositor.

Luis Velázquez

Antes, el trascendido era de la Xochitlmanía.
Nunca, por cierto, el trascendido de la Sheinbaummanía.
Tampoco de la Nahlemanía.
Simplemente, la Pepemanía.
Cada vez más voces ciudadanos anunciando la buena nueva.
Más que mirar con buena química la frasecita bíblica “soy más veracruzana que ‘La bamba’”, la otra frase memorable y citable: “Soy veracruzano de verdad”.
Más que la tendencia del voto por la ingeniera importada de Zacatecas, el político nacido en Perote.
La versión, incluso, de que en Palacio Nacional (columna “Estrictamente confidencial” de Raymundo Riva Palacio) las farolas de la derrota guinda y marrón de MORENA en Veracruz con su candidata.
Vaya, la versión de que tanto Veracruz como Ciudad de México están perdidos para la MORENA obradorista.
Todo, claro, por la Pepemanía que va tomando forma. Mejor dicho, está “al rojo vivo”.
Desde luego, falta más de un mes y como dice el viejito del barrio, “todo puede suceder”.
Pero por ahora, y considerando que las encuestas más rigurosas del mundo electoral son “fotografía de un instante”, un instante efímero, la Pepemanía sigue remontando el vuelo.
La honestidad y la integridad de Pepe Yunes Zorrilla ante el diluvio de corrupción inmobliaria de Nahle exhibido por el activista Arturo Castagné Couturier.
Y lo más indicativo y significativo que al momento ninguna respuesta concreta y específica para “aclarar paradas”.
La evidencia, claro, del estilo personal de ejercer el poder.
Y en contraparte, la Pepemanía firme y maciza.
Pepe Yunes ha caminado en la vida pública. “Proceloso mar de la política” le llamaba Juan Maldonado Pereda. “En la casa del jabonero… el que no cae, resbala”.
Desde presidente municipal hasta Senador de la Republica.
De diputado local a federal.
De presidente del CDE del PRI a una derrota electoral.
Y en todos lados ha paseado su honradez.
Incluso, digamos, como un caso fuera de serie, excepcional, militando en un PRI que en el siglo pasado puso a la nación en el primer lugar mundial de la corrupción política.
Allá los otros (y quienes continúan) que “metieron las manos al cajón y ordeñaron la vaca”.
Pepe, con sus principios y valores.
Por eso, entre otros hechos y razones, la Pepemanía.

II (Remontando el vuelo)
Será que Nahle es zacatecana…
Será el rafagueo de Arturo Castagné a Nahle con su patrimonio inmobiliario…
Serán las cien concesiones de gasolineras de Nahle a su aliado…
Será el trato autoritario de Nahle a los suyos…
Será el Dedazo de AMLO, el presidente, a Nahle…
Será el mal gobierno de Cuitláhuac García en un Veracruz ensangrentado…
Será que el aparato gubernamental de Veracruz está al servicio de la zacatecana…
Serán las ocho camionetotas de Nahle en campaña con escoltas “armados hasta los dientes”…
Etecé… etecé…
El caso es que en la percepción ciudadana la Pepemanía va creciendo, escalando, “remontando el vuelo”.
Claro, claro, claro, y como siempre ocurre con las encuestas electorales, unas anunciando el triunfo en las urnas de Nahle.
Y otras… de Pepe.
“Todos somos Pepe” circula por ahí en las redes sociales, WhatsApp, tuitazos, Tik Toks, anexos y conexos.
Antes se llamaba José. Ahora, Pepe.
Efecto, derivado, secuencia de la Pepemanía.
Al ratito, quizá, quizá, quizá, la mitad de los padres de familia y acaso la otra mitad bautizarán a los hijos recién nacidos como “Pepe”.
Pepe llamaban en Uruguay al presidente más honesto, íntegro, honrado del mundo, José Mujica, quien siempre se movió en el periodo constitucional en un volcho, como antes, mucho antes (digamos) Andrés Manuel López Obrador en su viejo Datsun manejado por su (ex) Nico.
Pepe El Toro en el filme cinematográfico de Pedro Infante.
Caray, José, el carpintero, padre del Jesús bíblico.
En contraparte, José Stalin, el sátrapa más jijo de puta del mundo.
José Vasconcelos Calderón, el filósofo filoso de México, escritor, político, maestro, más celoso de la historia nacional.
Tanto que sus amigos le llamaban José Vascon/CELOS.
En el Veracruz del siglo XXI, la Pepemanía.
Honesto, íntegro, honrado, las tres garantías constitucionales para un sexenio ejemplar.
El legítimo deseo, obsesión, esperanza, utopía, de cada ciudadano del Estado jarocho.
No más.
No menos.


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