Desde cargos públicos ascendentes en menos de un sexenio hasta chambas, incluso, para sus parejas, hasta privilegios económicos.
Una mansión. Un departamento de lujo. Unas diez tarjetas de crédito con cargo al erario. Un ranchito. Ganado. Concesiones para obra pública y asignación de empresas fantasmas.
Etecé. Etecé.

DOS. Privilegios del poder

La vida es así: Benito Juárez García, por ejemplo, otorgó cargos públicos a sus tres yernos.
Porfirio Díaz Mori ordenó a sus gobernadores asignaran por Dedazo la mayor obra pública para la compañía constructora de su hijo Porfirito.
Es más, el dictador porfirista concesionó una diputación federal para su único yerno y quien era gay y tenía “su jaula de las locas” en Palacio Federal.
Venustiano Carranza, Pancho Villa y Emiliano Zapata solían expropiar haciendas en la revolución y una que otra la obsequiaban a sus barbies para vivir en tanto los esperaban luego del campo de batalla.

TRES. Barbies jarochas

Famosa en Veracruz Carolina Gudiño Corro, quien en el sexenio de Fidel Herrera Beltrán fue directora del Instituto de la Mujer, diputada federal y presidenta municipal de Veracruz.
Anilú Ingram Vallines, Ainara Rementería y Dominga Xóchitl con varios cargos públicos en el sexenio de Javier Duarte.
Anilú, directora del Instituto de Radio y diputada local y federal.
Ainara, directora del DIF jarocho y diputada local.
Dominga Xóchitl, directora de Espacios Educativos con el profe Adolfo Mota como secretario de Educación de Veracruz y quien se la blindara.

CUATRO. Lucha de poderes

Con Miguel Ángel Yunes Linares, Indira Rosales San Román.
Cargo público en el Ayuntamiento de Veracruz. Secretaria de Desarrollo Social del gobierno del Estado. Senadora de la República. Y secretaria General del CDE del PAN.
Con Cuitláhuac García Jiménez, el caso más connotado es la barbie Dorheny García. Diputada federal, secretaria de Trabajo y Previsión Social.
Y aun cuando deseó imponerla como candidata fast track al Senado de la República, la zacatecana Rocío Norma Nahle García se le atravesó favoreciendo a la profe Claudia Tello.

CINCO. Mujeres precursoras

La primera secretaria de Estado en la república fue Rosa Luz Alegría, nacida (por accidente) en Xalapa, y en el sexenio del presidente José López Portillo.
Y la primera gobernadora del país fue la poetisa Griselda Álvarez con el presidente Miguel de la Madrid Hurtado.
Y la primera Senadora de la República fue la cantante y artista Irma Serrano, La Tigresa, con el presidente Gustavo Díaz Ordaz, y a quien solía llevarle serenata en el día de su cumpleaños en Los Pinos.
El gobernador Rafael Hernández Ochoa creó la dirección de Ecología para Gela Frutis.
Pero, bueno, también ofreció la primera regiduría a un reportero de la ciudad de Xalapa en el Ayuntamiento.
Y como los periodistas “se agarraron del chongo” por el cargo público, entonces, don Rafael los dejó “vestidos y alborotados”.

SEIS. Atracción fatal

La política siempre ha sido tal cual. Y nada anuncia la posibilidad de que pudiera cambiar, digamos, en nombre de esa cosita esotérica llamada “la purificación moral y la honestidad valiente”.
Menos, con la denominada “Cuota de género”, el recurso legal de las mujeres para usufructuar legítimo derecho a estar, ser y trascender.
Y es que mujeres y hombres estando la mayor parte de las horas del día juntos, empalmados en tareas paralelas, con el mismo objetivo, programa, ideal, sueño, terminan yuxtaponiendo sus vidas.
Además de “la atracción fatal” entre las partes.