de reporteros de la ciudad de México a su entidad para que comprobaran el sistema de riego con el que su gobierno había dotado a los agricultores locales para beneficio de sus cosechas. Los chicos de la prensa que viajaban para cubrir el evento, transitaban por la parte seca de la región, no veían ningún verdor ni sistema de riego alguno. El subjefe de Prensa de la presidencia, Fernando Garza, recorrió el pasillo del vehículo repartiendo sobres entre los pasajeros, enseguida, los viajeros se percataron del contenido de los sobres: dinero en efectivo. Ya vieron, exclamó el más cínico o ingenioso de los periodistas, -¡qué verdes están los chayotes de aquel sembradío! Sí, afirmaron todos mientras contaban la cantidad de dinero contenida en los sobres.

Julio Scherer García le pidió a Elías Chávez, reporterazo que fue de la revista Proceso, pormenores y su opinión sobre esta práctica para incluirla en su libro “Los Presidentes”. Elías escribió: “Descalzo, camisa y pantalón desgastados, un niño observa, montado en un cebú negro, la inauguración de un sistema de riego agrícola en un ejido tlaxcalteca. El presidente Gustavo Díaz Ordaz, gran tiranosaurio, sube la palanca de un interruptor eléctrico y origina un prodigio: de un grifo surge agua que empieza a fluir en áridos canales. Y mientras los ejidatarios aplauden, un cuchicheo se esparce entre los reporteros que cubren la ceremonia: “¿Ves aquella enramada? Ve allá; están echándole agua al chayote”.

El chayote florece a su máximo esplendor desde aquel acontecimiento porque mientras el entonces presidente de la República pronunciaba, un día de 1966, su discurso inaugural, los reporteros recibían su sobre, desde entonces, en Tlaxcala, se conocía el embute, coima, dádiva, sinecura, canonjía, cochufo, en las oficinas de prensa. Tan popular se volvió que su entrega dejó de ser oculta, aunque en este régimen estatal y federal ha desaparecido, aparentemente…

Elías Chávez asegura que se le dice chayote porque es espinoso, pero alimenta.

¿Esta práctica corrupta está en vía de extinción? Todavía hay uno que otro chayotero que no vive nada mal, pero recienten la entrega del sobre y se han vuelto rabiosos críticos de políticos en el poder.

Carlos Denegri, considerado el mejor reportero del país y de América Latina, y en opinión de Julio Scherer, también el más vil periodista leyenda; inmoral y excéntrico, desde 1938 y hasta el último día de 1969, cuando fue asesinado por su esposa, escribió en el periódico Excélsior. Considerado el creador de la columna política y el padre del chayote desde que se llamaba embute, influyente y polémico, odiado y temido por políticos y empresarios, su columna, “Miscelánea política”, era la más leída en los círculos del poder. Se decía que Denegri cobraba más por quedarse callado que por publicar.