Esperando el milagro de que su partido político recupere el poder sexenal perdido.
Y en todos los casos, vuelva al poder municipal también perdido.
Unos, empleándose por ahí en lo que se pueda. Desempleo y subempleo y salarios jodidos estremeciendo sus vidas.

DOS. Una puerta se cierra y otras se abren…

Antes, mucho antes, cuando el PAN sacara al PRI del principal palacio de gobierno de Xalapa, confiando en que “si una puerta se cierra otras se abren”.
Pero conforme pasaron los años como reza la canción, sus esperanzas fueron truncadas.
Luego, cuando el triunfo de MORENA en las urnas para la gubernatura, también los azules entraron a la dura y ruda sequía laboral.
Durante muchos años quedaron el poder. Y nunca pensaron, ni en sueños, que algún día serían derrotados y lanzados de su casa mayor.
Lo priistas, en el peor páramo, desierto del mundo. Dos años con Miguel Ángel Yunes Linares fuera del palacio. Cinco años y cinco meses y cachito con Cuitláhuac García.

TRES. Ahorros se agotan…

Por más y más que todos ellos ahorraran en su tiempo con las mieles favorables el dinerito se va acabando poco a poco, pian pianito.
Lo peor, tantos años encaramados en el poder únicamente desarrollaron habilidades para la política. En ningún momento para chambear en la vida privada.
Ahora, trepados en el ring laboral y con las puertas y ventanas cerradas.
Un mundo atroz que a nadie, absolutamente a nadie se le desea.
Ni siquiera, vaya, al enemigo furibundo.

CUATRO. ¡Bienvenidos a la realidad”

Algunos priistas y panistas podrán haber puesto un negocito por ahí, aunque sea de picadas y gordas con cafecito de olla.
Tacos parados en la avenida.
Y ojalá y les esté yendo bien, porque, caray, luego del COVID, la recesión y la inflación, muchos comercios (y empresas también) han cerrado.
¡Bienvenidos todos ellos, rojos y azules, a la realidad adversa, dura y ruda, atroz!
Otros, digamos, las élites de las élites partidistas les habrá alcanzado el tiempo para jubilarse y están pensionados.
Entonces, riéndose, digamos, del mundo.
¡Hosanna, hosanna!
Pero son unos cuantos. Los privilegiados del poder. Los elegidos.
La espera, espera milagrosa, de los priistas y panistas (y de paso, los perredistas) para ganar la gubernatura el dos de junio próximo y volver al palacio principal de gobierno de Xalapa.
Por ahora, con todo y lo que digan, nada para nadie.
La moneda electoral sigue girando, cada parte con sus encuestas.

CINCO. Un empleo seguro

En el siglo pasado lo expresó Carlos Hank González, ex de todo, menos de presidente de la república:
“Político pobre… pobre político”.
La paradoja es sencilla y categórica: Si una persona desea meterse a la política, primero, y por encima del siguiente paso, ha de buscar un empleo seguro y firme para garantizar el itacate y la despensa en casa.
De lo contario, condenado, tarde o temprano, a vivir el infierno rojo y azul de hoy.

SEIS. “Muchos son llamados y pocos elegidos”

Privilegiados los políticos encaramados en el poder sexenal y con un presupuesto a ejercer cada año y con un séquito de burócratas al servicio.
Pero más todavía, con facultades para otorgar obra pública por Dedazo y asignación directa porque en el viaje bien puede asociarse con otros cómplices.
Y de paso, hasta crear empresas fantasmas, pues, caray, luego del reality-show que suele darse, lo paradójico es que nada pasa y nadie queda privado de la libertad.
Así, en menos de un sexenio suelen aparecer los nuevos ricos y las nuevas fortunas familiares.