El martes 16 de abril, par de atentados.
En uno, fue asesinado el expresidente municipal de Tlilapan, militante del PRI, Félix Cruz Lastre.
Su esposa, herida.
Y en Atlahuilco, los vecinos frustraron el secuestro del hermano del alcalde, Filiberto Rosales, subagente en la comunidad de “El terrero”.
Iba en un volcho. Y cinco malandros se le aparecieron.
Unos vecinos se dieron cuenta de la jugada. Y se les fueron encima. Los corretearon. Huyeron.
De ñapa, y considerando la ineficacia y la ineficiencia de la secretaría de Seguridad Pública de la autoridad estatal para garantizar el llamado Estado de Derecho, un policía fue detenido.
Asignado en Medellín lo acusan del ultraje a una menor en Misantla.
Catorce años.
Momento estelar que se vive en Veracruz.
Por ejemplo, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación ventilan dejar o suprimir la llamada Prisión Preventiva Oficiosa.
Y de ser así, unos cuatro mil quinientos presos en Veracruz, declarados inocentes por los abogados, alcanzarían la libertad.
Y es dañino dice la flamante secretaria de Gobernación.
De veras, de veras, de veras, con frecuencia queda la percepción de que el góber bolichero y beisbolista (sus últimas pasiones frívolas) no puede con el paquete.
O no quiere.
O le vale.
O consciente de que ha sido rebasado por la delincuencia organizada y común (y hasta por los ladrones de tiendas Oxxo y asaltantes de viviendas), mejor se hace el occiso y el omiso.
Y aplica el principio francés de “dejar hacer y dejar pasar”.
Peor tantito, si se considera la siguiente circunstancia:
Tanta incertidumbre y zozobra hay en cada nuevo amanecer y anochecer que la protesta social por la inseguridad, la indignación crónica y el coraje colectivo se han traslapado a la candidata a gobernadora de AMLO, el presidente.
Más, porque a Cuitláhuac García todo se le resbala.
Peor tantito si se recuerda que en cada masacre, crimen, secuestro, desaparición y fosa clandestina repite como chachalaca la misma frase memorable, citable y bíblica: Estamos investigando.
Ya tenemos retrato hablado.
Hay pistas.
Pronto serán detenidos y sometidos a proceso penal.
Ningún asesinato quedará impune.
Y luego de varios meses del disco rayado, nada pasa.
Puro rollo.
El chorizo puro.
“La tomadura de pelo”.
Digamos, el pitorreo del góber obradorista a la población.
Insólito, inverosímil: Andrés Manuel López Obrador todo tolera y permite a Cuitláhuac.
Razones de peso y con peso existirán para la actitud presidencial.
Ya parece que Fernando Gutiérrez Barrios y/o Fernando López Arias, lo permitirían.

II (Un infierno llamado Veracruz)
En materia de violencia, Veracruz en los primeros lugares nacionales.
¿Por qué?
¿Por qué tantos feminicidios, secuestros, extorsiones y fosas clandestinas?
¿Por qué otros gobernadores están, digamos, en niveles más bajos de violencia, incluso, hasta con bajos índices de mortandad, incertidumbre y zozobra?
¿Por qué aquí en Veracruz siguen y siguen y siguen asesinado mujeres, hombres, jóvenes, políticos, taxistas?
¿Por qué el silencio aterrador de AMLO, el presidente, sobre un infierno llamado Veracruz?