Tampoco por la política racista de Joe Biden jugando con doble moral y reteniendo a los migrantes en la frontera sur.
Menos porque el góber precioso de Texas, republicano, haya colocado alumbres de púas.
La migración sería, digamos, achicada, porque “los polleros” se han endurecido, incluso, en contra de los migrantes de sus pueblos.

PASAMANOS: Por ejemplo, antes, mucho antes cobraban unos cien mil pesos por llevar a un paisano a la frontera norte y esperar el momento para ingresar a EU por el río Bravo, y/o lo peor, por el desierto.
Ahora, incrementaron tarifas a doscientos mil pesos. El doble. Además, por anticipado.
Además, con una estancia de quince días en la frontera norte mientras son reclutados más migrantes procedentes de otras entidades federativas.
Y lo peor entre lo peor, el riesgo de abandonar a todos ellos a la mitad del desierto y dejarlos a la deriva, expuestos a otros “polleros” y a la policía migratoria del país vecino.

CORREDORES: Y si en el camino del desierto, se les acaba el agua, allá ellos.
Y la comida, allá ellos.
Y si los pica un alacrán o una víbora, allá ellos que se curen (si se curan) como puedan.
Y si a un migrante le agarra un ataque de angustia y desesperación allá ellos.
Simplemente, ningún “pollero”, tampoco un migrante, digamos, solidario y generoso tiene compasión de ellos.
Se trata de una guerra incruenta y despiadada para sobrevivir.

BALCONES: Incluso, la versión de que si un migrante se altera y echa pelito a “un pollero”, el riesgo de que “el pollero” saque la pistola (y que siempre usan) y lo mate.
Y sea asesinado delante de todos.
Y luego, escuchar la orden autoritaria de seguir caminando con el riesgo, incluso, de que si alguien se atrasa por ahí (niño, joven, mujer, hombre, anciano) que el Ser Superior lo cuide y proteja.
Cada vez, “los polleros” más endurecidos que nunca.
Con todo y que ellos y en momento estelar también fueron migrantes.
Y, bueno, después, aprendieron el oficio y se volvieron los peores “polleros” del mundo.

PASILLOS: Peor todavía: en el camino del desierto para llegar a EU de hecho y derecho un camino al Gólgota lleno de espinas, cardos y abrojos.
Por ejemplo, a cada rato los migrantes se topan con cadáveres de mujeres y hombres y calaveras que perdieron la vida, entre otras cositas, porque lo más duro es pasar días sin tomar agua, pues sin comer se puede sobrevivir una quincena, pero sin agua está cañón.
Y se trata de un espectáculo duro y rudo, de igual modo, cuando, por ejemplo, también se topan con ropa y zapatos de mujeres y hombres.

VENTANAS: Ninguna ley (claro) establece un tope a “los polleros” para regularizar el cobro por ingresar a EU.
Además, ninguna autoridad está facultada para vigilar a “los polleros”.
En todo caso, la única ley que ellos respetan es la ley de los carteles, sicarios y pistoleros, malosos y malandros, y quienes en muchos pueblos se han vuelto los jefes máximos.
Por eso, entre otras cositas, el cobro de doscientos mil pesos a un migrante para el traslado desde su pueblo a la frontera norte.