Indicativo y significativo, y por lo general, el libro leído es de autoayuda, entre otros títulos, por ejemplo, “¿Cómo hacerse millonario de la noche a la mañana?”.
Y es que está probado y comprobado, el camino al infierno “está empedrado de buenas intenciones”.
Por decreto, claro, el país es ya, ya, ya, una República de Lectores.
Los expertos olvidan (ex profeso, digamos) que la única estrategia efectiva para que la nación alcance, quizá “con el tiempo y ganchito” el estándar de Europa donde la población lee a todas horas y aprovechando cualquier oportunidad, es lograr que los padres lean a los hijos desde cuando están en el vientre materno.
Y cuando son niños contándoles historias fantásticas.
Y leyendo libros infantiles para dormir.
De lo contrario, la estafa y la patraña barata, ramplona, demagógica y populista continuará sin aterrizar.
Peor, mucho peor, cuando “veinte y las malas” mucho se duda que los profesores del kínder y la escuela primaria y secundaria, etcétera, etcétera, lean otros libros diferentes a los libros de texto.
En todo caso, la certeza de que apenas, apenitas, los maestros leen sus libros pedagógicos para evitar, digamos, que los estudiantes “los agarren en curva”.
Pero, bueno, la Universidad Veracruzana, UV, tiene listo la FILU y en donde España, Uruguay, Chile y Argentina expondrán sus libros quizá escritos por maestros de educación superior.
Xalapa se mueve, entonces, en el movimiento turístico.
Cada vez más y más eventos para jalar el turismo.
Desde concursos de danzón y salsa hasta certámenes de pambazos y tacos y salsas picosas.
Desde el único Barrio Mágico (y en el Estado de Veracruz) de Xallitic hasta el tianguis de higos y mangos.
Desde el avisito parroquial de que tres juzgados están habilitados para divorciar a los matrimonios desavenidos en menos de doce horas hasta “el acarreo” de mujeres indígenas para hacer bultos en mítines de desagravio a la candidatura a gobernadora de AMLO, el presidente.
Claro, y desde hace mucho tiempo, la UV con la Feria Internacional del Libro Universitario.
Lástima, mucho desencanto, que el famoso Festival Hay tachara a Veracruz como destino cultural cuando Javier Duarte intentó politizarlo para “darse golpes de pecho” por tantos trabajadores de la información asesinados.