en Santa Fe y Villarín, en la ciudad jarocha, buscando los cadáveres de los suyos.
Antes, mucho antes, en el Duartazgo, la gigantesca fosa clandestina de “Colinas de Santa Fe”.
De los años 2016 a 2019, un total de 156 (ciento cincuenta y seis) cadáveres localizados.
Más 298 (doscientos noventa y ocho) cráneos.
Más 22 mil 900 (novecientos) restos óseos.
Colinas de Santa Fe, considerada en momento estelar la fosa clandestina más grande de la nación.
Allí donde también políticos y funcionarios públicos, aliados con los carteles, tiraban los cadáveres de los políticos incómodos a la tribu política en el poder sexenal.

DOS. Veracruz, un fosario

Un fosario y en donde también fueron incluidos los migrantes de América Central (Honduras, Guatemala y El Salvador) en su paso por el estado jarocho de acuerdo con la visión del sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra.
Insólito, inverosímil: las fosas clandestinas en las dictaduras militares de América Latina (Argentina, Paraguay, Uruguay, la República Dominicana, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Chile, etcétera) trasladadas en papel estelar al Veracruz de Javier Duarte, 2010/2016.

TRES. Delito que nunca finiquita…

Y lo peor es que en el tiempo inmaculado y sacrosanto de MORENA, la 4T y el obradorismo, el partido político ondeando la bandera de la izquierda, la izquierda de los derechos humanos, Veracruz, campeón nacional en fosas clandestinas.
Ni se diga, y de paso, campeón nacional en feminicidios, secuestros, extorsiones y desaparecidos.
Indicativo y significativo, desaparición forzada, “delito de lesa humanidad que nunca, jamás, concluye”.

CUATRO. A mayor impunidad, más fosas

Digan lo que digan las tribus políticas…
Así se laven las manos diciendo que la Federación es la responsable número uno…
Así inculpen a los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros…
La premisa universal es la siguiente:
A mayor impunidad, más, mucho los malandros “crecen al castigo”.
Entonces, allá Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares juzgados por la historia ciudadana.
Ahora, la tarea es de Cuitláhuac García en el tiempo sexenal en un Veracruz encabezando el ranking de las fosas clandestinas.

CINCO. Engranaje oficial está fallando

En la mayor parte de los doscientos doce municipios hay fosas clandestinas.
Incluso, en los pueblitos indígenas y rurales han descubierto fosas.
Y un número incalculable de casas de seguridad donde los malos esconden a las víctimas.
Un engranaje gubernamental por ahí está, estará, estaría fallando.
Razones de peso y con peso para que los carteles sigan creciendo en tierra fértil en un Veracruz incapaz del máximo principio de autoridad.
Más porque pareciera, se tiene la sensación de que ningún respeto existe por la vida (ni los bienes) de la población.
Y lo peor entre lo peor, la autoridad estatal permitiendo todo y “dejando hacer y dejando pasar”.
Simplemente, y como dicen por ahí, el llamado “Estado de Derecho” transfigurado en un “Estado Fallido”.

SEIS. Insólito, 32 Colectivos

Hay en Veracruz treinta y dos Colectivos, integrados con padres con hijos y parientes secuestrados y desaparecidos.
Y treinta y dos Colectivos expresan de manera categórica el estado de incertidumbre y zozobra en el diario vivir.
Desde el norte hasta el sur. Y desde el este al oeste, topando con el Golfo de México.
Es decir, del primer Colectivo integrado en el sexenio de Javier Duarte a la fecha treinta y dos Colectivos.
Mucho, demasiado, excesivo dolor y sufrimiento en las familias.
Ene número de niños huérfanos y parejas viudas.
Los malos, dueños del día y de la noche y del destino personal, familiar y colectivo, actuando como capataces porfiristas.