Incluso, en el 2018 quedó manifiesto que si Cuitláhuac ganó la silla embrujada del palacio principal de gobierno de Xalapa se debió a que AMLO iba en la boleta electoral.
Ahora, la historia repetitiva con Nahle.
En un dos por tres, y en carrera meteórica, Nahle fue diputada federal, senadora de la república, secretaría de Energía y candidata guinda y marrón a la gubernatura.
La candidata por Dedazo de AMLO.
Y desde luego, razones, digamos, pretextos, motivos, de peso y con peso tendrá AMLO para haberla lanzado a un nuevo cargo público.
Y más por encima, y lejos, de un par de políticos nacido en Veracruz operando con AMLO y su proyecto político desde hace muchos años.
Quizá más de tres décadas.
Uno, Amado de Jesús Cruz Malpica, primero diputado federal con AMLO, y ahora presidente municipal.
Y dos, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, primero, legislador federal, y después delegado federal del Bienestar Social y ahora candidato a senador y por la segunda fórmula, pues Nahle lo bajó del caballo a la mitad del río para encumbrar a su amiga, la profe Claudia Tello.
Pero de seguro Nahle es y será muy viva para haberse apropiado de las neuronas, el corazón y el hígado de AMLO consiguiendo los grandes y privilegiados favores.
Colgarse de AMLO ha sido su único mérito, como escribe el columnista Ricardo Ravelo Galo, autor de más de quince libros, la mayoría sobre los barones de la delincuencia organizada.
Más cuando estamos ante una Nahle que ni siquiera, caray, conoce la geografía de Veracruz y, por añadidura, confunde los nombres de los municipios.
Más cuando el reality-show a partir de su mansión en el fraccionamiento El Dorado, de Boca del Río.
Y la versión de que camina Veracruz con ocho camionetas blindadas y con escoltas que la cuidan de un posible asalto y atraco como sucedió el miércoles 3 de abril en la tarde/noche al obispo de Orizaba, Francisco Eduardo Cervantes Merino, y dos sacerdotes en las Cumbres de Maltrata.
Más cuando su esposo, José Luis Peña Peña, se autodestapó como funcionario de la secretaría de Desarrollo Agropecuario para el sexenio 2024/2030.
Más cuando Cuitláhuac García, el góber, cambió la Constitución Política de Veracruz para habilitarla como candidata dado su nacimiento en Zacatecas.
Más cuando el aparato gubernamental de Veracruz está a sus órdenes, señora.
Pero, bueno, está claro que estamos ante una elección de Estado y de seguro la máquina electoral de la 4T, MORENA y el obradorismo moverán todo, absolutamente todo, para imponerse en las urnas.
En todo caso, Benito Juárez García también entró a la historia como el presidente de la república cometiendo el primer fraude electoral en 1867 jugando por la reelección contra el xalapeño Sebastián Lerdo de Tejada y el oaxaqueño Porfirio Díaz Mori.
Y Benito Juárez, como se sabe, es uno de los cinco héroes de AMLO.

II (Larga vida a AMLO…)
Toda una vacilada cuando Nahle asegura “soy más veracruzana que ‘La bamba’”.
Casi casi como cuando a la actriz Miroslava Stern le recordaron que era originaria de Checoslovaquia y ella reviró asegurando que era “más mexicana que el himno nacional y Emilio ‘El indio’ Fernández”.
Pero, bueno, todo un mérito adueñarse de las neuronas de AMLO… y que, de seguro, pocos, excepcionales, lo han obtenido con tan eficaces resultados.
Uno de ellos, claro, Manuel Bartlett Díaz, con todo y su frasecita bíblica “el sistema se cayó” cuando Cuauhtémoc Cárdenas derrotó en las urnas presidenciales a Carlos Salinas de Gortari.
Y que, bueno, nunca lograron Carlos Urzúa, como secretario de Hacienda, ni tampoco Javier Jiménez Espriú, como secretario de Comunicaciones y Transportes.
Mérito ultra contra superior de Ignacio Ovalle Fernández, a quien “unos priistas malandros” estafaron como funcionarios a su lado en la paraestatal, Sistema Alimentario, y en donde se concitó la peor estafa del sexenio obradorista, casi casi llegando a los quince mil millones de pesos.
Y, en contraparte, Ovalle fue premiado con otro cargo público, ahora en la secretaría de Gobernación, y sin que nadie “lo toque ni con el pétalo de una rosa”.
Caray, mucha, demasiada habilidad le faltó a Héctor Vasconcelos, el hijo del filósofo, político y escritor José Vasconcelos Calderón, a quien primero nombró secretario de Relaciones Exteriores y luego lo quitó, ofreciéndole la Senaduría, y su lugar fue ocupado por Marcelo Ebrard Casaubon.
Vaya, ni Ebrard tuvo la suficiente capacidad y habilidad de Nahle para congraciarse con AMLO, pues lo dejó fuera de la candidatura presidencial.
Entonces, el mérito de Nahle ha sido colgarse a las valencianas de AMLO con mayor eficacia que cuando Antonio López de Santa Anna, tres veces gobernador de Veracruz y once ocasiones presidente de la república, intentó filtrarse en el primer círculo del poder de Agustín de Iturbide enamorando a su hermana soltera de 60 años de edad.
Y ni modo, “el tiro le salió por la culata” cuando el emperador descubrió su jugarreta y lo corrió de la Ciudad de México, refugiándose más en Xalapa.
Y colgada de AMLO, el presidente, si Nahle (de 60 años de edad) ya llegó a donde ha escalado y llegado, si gana, un segundo después de protestar empezará a soñar con la presidencia de la república en el año 2030.
Apenas, apenitas que tendría la edad de don Adolfo Ruiz Cortines, quien ascendió a Palacio Nacional en 1952 cuando tenía 63 (sesenta y tres) años.
Ojalá que AMLO le viva para entonces…