Y el 27 de abril, el primero, frente a frente a frente, en Xalapa, Hipólito Deschamps (MC), Rocío Norma Nahle García (MORENA) y Pepe Yunes Zorrilla (Frente Opositor).
El gran duelo. En el año dos mil, en el debate presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Vicente Fox Quezada y Francisco Labastida Ochoa, el guanajuatense de botas derrotó al par de contendientes.
Y se dimensiono en las grandes ligas nacionales como preferido.
En la elección, como se sabe, sacó al PRI de Palacio Nacional.

DOS. Contratar las casas encuestadoras

Una estrategia de MORENA ha sido, es, contratar al mayor número de casas encuestadoras para que desde ahora den a sus candidatos como ganadores.
Pero, bueno, los expertos aseguran que una encuesta “es la fotografía de un instante”.
Nunca se ha olvidado, por ejemplo, cuando en Cosamaloapan, el profe y escritor, Octaviano Corro, se formaba con su familia en la fila para votar.
Y cuando estaban a un turno de las ánforas, pedía a su esposa e hijos le entregaran las boletas electorales y él las tachaba.
Claro, por el PRI, su partido político.

TRES. La hora decisiva

Además, en el año 2000, la mayoría de encuestas daban como un hecho el triunfo de Labastida Ochoa, aquel a quien el sindicato petrolero de Carlos Romero Deschamps se prestara para desviar ocho mil millones de pesos oficiales para su campaña electoral.
Sin embargo, a la hora decisiva (y la única que cuenta) de las urnas, Labastida perdió ante Fox.
Por eso resultan indicativos los debates porque en una de esas bien pudiera voltearse la tortilla en más, mucho más, de 180 grados.

CUATRO. AMLO, en la jugada

El agarrón entre los aspirantes será de antología.
A, la feroz disputa por el poder presidencial y por la gubernatura.
B, la más feroz disputa de AMLO, el presidente, para la victoria de sus candidatos.
Más, mucho más, porque en todo caso se trata de una especie de reelección.
Ganan los obradoristas, AMLO se afianzará en los altares.
Pierden, AMLO rumbo al fondo del infierno.
Ganan, el buen gobierno, digamos.
Pierden, el mal gobierno.
Más con tantas cacayacas guindas.

CINCO. Expedientes negros

De seguro, los candidatos estarán hurgando debajo de las piedras buscando expedientes negros de los opositores, los adversarios, los enemigos.
Y, claro, para exhibirse en el debate.
La ropa más sucia de cada uno.
Caray, la panista Xóchitl Gálvez ya anunció que sorprenderá, más que al país, a Sheinbaum, con su expediente negro en el primer debate del 7 de abril en la CdM.
Y de seguro, MORENA también removerá las piedras explorando la parte negra de Bertha Xóchitl.
El mismo caso, desde luego, en Veracruz.
Expedientes negros jamás imaginados, entre otras cositas, para impactar y sorprender al grueso de la población electoral.
Y de paso, ver la posibilidad de cambiar la decisión del sufragio.

SEIS. Vender esperanzas ramplonas y baratas

De entrada, y tratándose de una elección de Estado (igual, igualito como en el tiempo priista), los candidatos obradoristas van, irían, irán, de gane.
Pero como los priistas (y panistas y perredistas) saben mucho de elecciones de Estado, entonces, con sus experiencias determinarán la mejor estrategia para ganar la simpatía y la empatía de la población electoral.
Por ahora, y dados los lugares comunes en que siguen incurriendo, mucho se duda estén levantando el ánimo ciudadano para acudir a las urnas.
La venta ramplona, barata, demagógica y populista de esperanzas nada deja.