Y en contraparte, la sentencia de setenta años de cárcel a un feminicida cuyo asesinato lo cometiera en el mes de febrero del año 2020 y que expresa la justicia “pronta, rápida y expedita” en el Estado jarocho.
En Coatzacoalcos, un hombre subió al autobús urbano de pasajero número 229 de la ruta Barrillas. En la parada El Palmar.
Entonces, se fue derecho, derechito, al asiento donde estaba Petra del Carmen, de 46 años, quien iba como copiloto, y le disparó.
Ella quedó sobre el asiento.
Sin vida.
Un hijo menor, herido.
Fue la tarde del lunes hacia las 17:20 horas.
El asesino era su expareja y quien se ganaba la vida vendiendo comida. El chofer del autobús, su pareja actual.
El agresor se perdió en la tarde salvaje de Coatzacoalcos.
En febrero del año 2020, en Tezonapa, poblado Presidio, Alejandro N., mató de un balazo en la cabeza a su pareja, Patricia N.
Entonces, huyó a Puebla y en donde estableció su guarida.
Alejandro N. y Patricia N. habían discutido aquel cuatro de febrero.
Alejandro estaba recostado en una cama.
Y se levantó para cachetear a su mujer.
Luego le pegó un balazo en la cabeza.
Y huyó.
Varios meses después lo ubicaron y detuvieron y ahora un juez lo sentenció a setenta años de prisión.
Con todo, el número de feminicidios en los últimos cinco años y cuatro meses quedados en la impunidad son mayores a los casos de feminicidas detenidos, procesados y sentenciados.
En el caso, par de machitos.
El hombre de Tezonapa que luego de discutir con su pareja la mató.
Y el hombre de Coatzacoalcos que en venganza a que su pareja andaba con otro le quitó la vida de un plomazo y delante de los pasajeros de un autobús urbano.

II (Reeducar a papá)
El machismo, casi casi como un “delito de lesa humanidad” que la autoridad debería atender como un asunto de Estado.
Entre otras cositas, para reeducar a papá y a los amantes y a los hermanos y a los tíos.
Incluso, a los niños desde menores de edad, pues desde la infancia el machismo se expresa cuando, por ejemplo, las niñas han de servir la mesa a la hora de las comidas y luego lavar trastes y asear la casa.
Y cuando son grandecitas únicamente pueden salir a la disco acompañadas del hermano mayor.
Y en caso de graves dificultades económicas de la familia solo los hombres pueden estudiar una carrera universitaria mientras las hijas a esperar el llamado del corazón con un pretendiente para contraer nupcias.

III (Un infierno llamado Veracruz)
Hay en Veracruz dos Alertas de Género y vaya paradoja, el Estado jarocho en el ranking nacional de feminicidios.
Sea la violencia intrafamiliar como le llaman.
Sea la violencia de la delincuencia organizada y común.
Sea el fracasado sistema educativo donde en un Estado de Derecho el hombre resulta privilegiado ante la mujer.
Sea que los padres siguen otorgando la razón al hermano en un desaguisado con la hermana.
Y/o en todo caso, al esposo por encima de los derechos humanos de la esposa.
Sean el alcohol y la droga…, la vida para las mujeres es un infierno.
Un infierno llamado Veracruz.