Y la altura de Ixtaczoquitlán, dos pasajeros se pusieron de pie, sacaron la pistola y lanzaron anuncio estremecedor: “¡Esto es un asalto!”.
Luego, saquearon a 35 (treinta y cinco) pasajeros, que compañeros de viaje.
Y les robaron todo lo que pueden.
Desde celulares y dinerito en efectivo hasta las bolsas de mano y joyas por ahí, quizá corrientitas.
La mayoría, obreros tras concluir la jornada laboral.
Luego, atracaron al chofer.
En cinco minutos y 21 segundos.
Después de amagar al conductor le ordenaron se detuviera.
Y el par de sicarios descendieron de la unidad y por alguna razón dispararon al autobús.
Hirieron a un pasajero.
Luego, se pierden en la noche salvaje, huracanada y turbulenta de un Veracruz ensangrentado.
Una patrulla policiaca pasó por ahí.
Pero ya era tarde.
Una fechoría más cometida con saña, barbarie, alevosía, ventaja y premeditación.
Un asalto más.
Pasajeros y chofer… encañonados.
Robados.
Atracados.
El Veracruz que la población ha vivido y padecido en los últimos cinco años y tres meses y 19 (diecinueve) días.
El góber camaronero, inculpando (como siempre) a sus antecesores de que le heredaron un Veracruz en el infierno.
Todos los exgobernadores, desde el duranguense Guadalupe Victoria, el primero, son culpables.
Menos Cuitláhuac García.
Cuitláhuac, como ha sido su estilo personal de ejercer el poder, “lavándose las manos” como Poncio Pilatos.
Y en la soberbia y la altivez.
Con su vocecita chillona de niño consentido.
Y sus pretextos y motivos, más que razones de peso y con peso.
La incertidumbre en el día y la noche durante un quinteto de años y un trimestre.

II (Político “tendido al piso” de AMLO)
Un misterio, digamos, las razones de AMLO, el presidente, para que en par de ocasiones lo lanzara como candidato a gobernador.
Quizá, claro, bien pudo caerle en gracia si alguna vez por ahí lo miró bailar salsa, huapango o danzón.
O tocar la jarana como Claudia Sheinbaum Pardo.
Acaso desde como diputado federal, el más dócil, el más servicial, el más “tendido al piso” de todos los morenacos.
Más, cuando AMLO siempre apuesta a la lealtad por encima de la eficacia y la eficiencia.
Es decir, servir al presidente de la república en lugar de servir a la población.
La inseguridad como el pendiente número uno en Veracruz, de igual modo como en otras entidades federativas.
Pero… Veracruz, campeón nacional en feminicidios.
Secuestros.
Desapariciones.
Extorsiones.
Y fosas clandestinas.
Sin embargo, informado de seguro como AMLO, el presidente, estará, pareciera que le vale el Veracruz de Cuitláhuac.

III (Un misterio por qué AMLO impuso a Cuitláhuac)
Con toda la frialdad del mundo…
Y sin tomar partido por ningún partido político ni menos por un grupo gobernante…
Y basados en los hechos concretos y específicos…
Y sin “presentar cosas inexistentes” como dice aquel…
Ta’canijo, duro y rudo, el Veracruz huracanado y turbulento creado y recreado por Cuitláhuac García, el góber, y los suyos y anexos y conexos.
Trascendido aquel gobernador de que “aquí no pasa nada” cuando el Estado jarocho se ensangrentaba, igual, igualito que ahora.
Trascendido el otro gobernador cuando rebasado por las circunstancias exclamara que “la violencia es inevitable y ni modo”.
A estas alturas, la mitad de la población de Veracruz y quizá gran parte de la otra mitad está convencida, segura, cierta, de que uno de los peores errores de AMLO, el presidente, fue imponer por Dedazo a Cuitláhuac, primero, como su candidato, y segundo, con la fuerza electoral del obradorismo, como gobernador.
Nadie dudaría de que en el fondo de las neuronas, el corazón y el hígado, AMLO, el presidente, está, estaría desencantado de Cuitláhuac.
Aquí, en el territorio jarocho, los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros operando como si fueran los dueños de Veracruz.
Asaltar, y a cada rato, autobuses de pasajeros manifiesta la peor ineficacia e ineficiencia de un político encumbrado en el poder sexenal.
En 2018, Cuitláhuac gana la silla embrujada del palacio de Xalapa porque AMLO iba en la boleta electoral.
Digamos, blindado por el Edén.
Pero luego luego, en el mes de diciembre, sobrevino el primer avisito y desencanto social cuando en los límites de Isla y Rodríguez, una migrante de América Central fue emboscada y asesinada.
Al día siguiente, Éric Cisneros Burgos, secretario General de Gobierno, manifestó el estilo de gobernar del sexenio en puertas asegurando (sin pruebas) que los autores del crimen eran policías municipales de Isla.
IV (Soñando ya fantasías sexenales)
Con la probada incapacidad para gobernar, Cuitláhuac sigue comiendo lumbre y como van las cosas y los hechos los vomitará sobre Nahle en las urnas.
Más, cuando Nahle, presunta sucesora del poder público, se abstiene de un manotazo a Cuitláhuac para exigir resultados en la tarea de gobernar.
Y más cuando los morenacos andan en el triunfalismo soñando con fantasías sexenales…