Tiradero de sangre femenina
I (Femenicidio... a quemarropa)
La noche del jueves 15 de febrero, cerca de las 22 horas, una joven mujer escuchó toquidos en la puerta de su casa.
En Coatzacoalcos. En la colonia Adolfo López Mateos, aquel presidente que de acuerdo con la leyenda cada mañana preguntaba al Estado Mayor Presidencial: “¿Qué me toca: viajes o viejas?”.
Luis Velázquez
Entonces, Jennifer Alicia, de 35 años, abrió la puerta a la noche invernal de su casa en la calle Pípila y se topó con tres hombres.
Y ninguno de los tres hombres armados, pistolas en mano, que miró enfrente pronunciaron una sola palabra.
Únicamente apretaron los gatillos.
Y con toda la saña y barbarie, alevosía, ventaja y premeditación, machismo puro, le dispararon.
A quemarropa.
Los vecinos cuentan que escucharon unos siete, ocho, nueve balazos.
El trío de sicarios le disparó en el cuerpo.
Ella cayó en la entrada de su casa.
En medio de un charco de sangre… como para chapotear.
Luego, los pistoleros plantaron una cartulina con un letrero con tinta negra en su cuerpo.
Y tan frescos y campantes, dueños de un infierno llamado Veracruz y en el tiempo de la 4T, MORENA y el obradorismo, se perdieron en la noche violenta que comenzaba.
La familia, avisada, identificó el cadáver.
Un Veracruz ensangrentado con sangre femenina.
En el tiempo cuando las ONG y académicas cabildean una Tercera Alerta de Género, pues las dos anteriores son como la carabina de Ambrosio.
Y en un tiempo cuando en Veracruz gobiernan las tribus guinda y marrón declaradas de izquierda ondeando la bandera universal de los derechos humanos.
A tono, digamos, con el llamado Estado de Derecho, aquel que en teoría y en los libros de la Facultad de Leyes garantiza la seguridad en el diario vivir y en los bienes.
Y en el Veracruz donde el jefe máximo de la política estatal ha jurado (sin sangrarse la lengua) que “aquí las mujeres pueden soñar”.
Soñar, claro. Pero con la muerte merodeando en la esquina, en la calle, en el callejón y hasta la casa de las mujeres.
Tiradero de mujeres asesinadas.
Veracruz feminicida como nunca en la historia estatal.
Y cientos, miles quizá, de niños huérfanos.
El góber oficiará misa concelebrada con su gabinete legal y ampliado y su partido político y sus fans, pero la realidad real es inocultable.
Y en ningún momento, como está segura su senadora Gloria Sánchez, existe una Conspiración Mediática para derrocarlo.
Ni tampoco los medios “presentan hechos inexistentes”, ¡vaya pretexto y motivo insípido, insustancial, barato y ramplón, ofensivo y humillante!
II (Veracruz Feminicida)
A estas alturas queda claro: el sexenio de la 4T, MORENA y el obradorismo en Veracruz ha entrado a la historia como un Estado Feminicida.
El asesinato sin control de mujeres de norte a sur y de este a oeste.
El mal gobierno de Cuitláhuac García como el peor de todos los tiempos para las mujeres.
Seis de cada diez habitantes de Veracruz son mujeres.
Además, la pesadilla fatídica del machismo.
Nadie, claro, podría, digamos, señalar a Cuitláhuac de un góber misógino.
En todo caso, la manifiesta ineficacia e ineficiencia.
Incompetencia política, social y policiaca.
Pero como dice el viejito del barrio, “veinte y las malas” que los familiares de las mujeres feminizadas (padres, hermanos, tíos, primos, abuelos, parejas, compadres, amigos, compañeros de trabajo y de salón de clases, vecinos, etcétera) en edad escolar sufragarán en contra de los candidatos de MORENA a cargos de elección popular el dos de junio del año que camina.
Además, claro, del sufragio en contra de los treinta Colectivos, integrados con padres con hijas y parientes secuestrados y desaparecidos, quizá asesinadas, acaso sepultadas en fosas clandestinas.
Sea como sea, las mujeres en la peor desgracia sexenal, y ni modo que los parientes de todas y cada una ejecutada miren con simpatía a los llamados “Morenacos”.