Los bailadores de “La bamba” y “El tilingo lingo” dejaron el zócalo jarocho y ahora bailan en los cruceros de la zona conurbada para ganar unos centavitos y compitiendo con los migrantes y los inditos cargando a sus bebés en la espalda envueltos en un rebozo mexicano y que tanto gustaban a Frida Kahlo.

LUNES
Momentos estelares

Alguien por ahí inventó el término de los Pueblos Fantasmas para describir a los pueblos de Veracruz porque los hombres se han ido de migrantes a Estados Unidos dejando a los hijos y las esposas.
Y desde hace un ratito, los migrantes paisanos que vuelven del país vecino suelen contagiar a sus parejas de SIDA contraída allá con mujeres que nunca, jamás, habían visto en sus vidas ni volverán a ver.
En las cantinas y los bares dejaron de servir como valor agregado un sabroso consumé de pescado y tres taquitos en cada cerveza solicitada, argumentando, entre otras cositas, la inflación disparada, fuera de control y que ha puesto los precios en los restaurantes de cabeza.
En los cruceros desaparecieron los hombres desempleados tocando las pianolas y únicamente, y de vez en vez, en la avenida Adolfo Ruiz Cortines dos hombres (uno tocando y el otro pidiendo “una limosnita por el amor de Dios”) suelen plantarse.
El fascinante espectáculo de parejas mayores de edad (y uno que otro chavo) bailando danzón en el zócalo jarocho se ha extendido a otras latitudes geográficas y caray, hasta en Actopan, la tierra del mango, suelen organizar concursos estatales.

MARTES
El Veracruz que nunca volverá

Los históricos cines del centro histórico del puerto de Veracruz cerraron desde hace muchos años cuando las plazas comerciales proliferaron ofreciendo cines más cómodos.
Aquellas salas cinematográficas, entre otras, pasaron al olvido.
Por ejemplo, el cine Victoria, convertido en festín de la comunidad sexual.
Los cines Veracruz y Salvatierra, el paraíso terrenal de las parejitas estudiantiles sentadas en la última butaca para que nadie las molestara.
Igual, igualito, que en la parte trasera del cine Reforma.
Los cines Agustín Lara y Toña la negra, de salas de lujo terminaron en una especie de burdel y mejor los cerraron.
Y por fortuna, en los cines de las plazas comerciales hay vigilancia drástica y los cinéfilos bien vigiladitos para evitar desmanes y escarceos amorosos y lujurientos.
Por desgracia, El Negro Peregrino con su trío en el parque Zamora y el intérprete Víctor Segovia, la voz más elocuente de las serenatas, se han ido y nadie los ha podido sustituir.
El Veracruz que se fue y nunca volverá, caray.

MIÉRCOLES
Muchas cantinas, pocas librerías

Igual que en el resto de otras ciudades, cada vez aparecen más cantinas y bares, pues la población masculina, qué caray, necesita desfogues espirituales por los desencantos y decepciones, pero también por las frustraciones sociales.
Y al mismo tiempo, nada acerca más a cierto tipo de hombres como “empinar el codo” con una cervecita y una copita en la mano.
Y en contraparte, caray, cada vez más librerías clausurando sus puertas porque está probado y comprobado que cada mexicano únicamente suele leer un libro al año.
Y un libro de autoayuda, entre otros, “¿Cómo hacerse millonario en un dos por tres?”.
Por eso, quizá, en las librerías de las plazas comerciales suelen tener un montón de libros de autoayuda como oferta cotidiana.
Se fueron Agustín Lara, Toña la negra, Pepe Guízar, Luis “Pirata” Fuentes, Roberto Ávila González, Sergio Pitol, Juan Vicente Melo y Juan Manuel Torres con su Meche Carreño y Delia Casanova, entre otros, y nadie los ha sustituido en el palenque local ni menos, mucho menos, nacional.
Par de excepciones, Yuri (Yuridia Valenzuela, acercándose a los cincuenta años de exitosa vida artística) y Salma Hayek viviendo en París y alternado con Los Angeles.
El Veracruz del siglo pasado. El Veracruz del siglo XXI.

JUEVES
Nostalgia periodística

Tiempo heroico vivió el periodismo en el palenque nacional.
El tiempo refulgente, entre otros, de Ángel Trinidad Ferreira, Francisco Cárdenas Cruz y Manuel Mejido.
Incluso, hasta de Ignacio Ramírez, El Nigromante, quien nacido en San Miguel El Grande, en Guanajuato, vivió varios años en el puerto de Veracruz.
Todavía más. Filomeno Mata, el director fundador del periódico “Diario del Hogar” y a quien el dictador Porfirio Díaz Mori encarceló 36 (treinta y seis) ocasiones) murió en la ciudad jarocha, enfermo y abatido, luego de apoyar a Francisco I. Madero en la lucha presidencial.
Y el poeta y periodista, Salvador Díaz Mirón (admirado por Víctor Hugo) con todo y que su pluma la puso al servicio del general Victoriano Huerta, el amigo traidor y asesino de Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez.
Grandes reporteros que enaltecieron y honraron el nombre de Veracruz.
Desde entonces, el desierto reporteril.
Entonces, la grandeza periodística y literaria y la autoridad moral y social de aquellos “hombres que parecían gigantes”.
El periodismo hoy devastado, además, por los tuitazos, WhatsApp y videos y anexos y conexos tecnológicos.
Caray, reporteros reporteando noticias en las redes sociales.

VIERNES
Luces y sombras

El hombre conquistó la Luna y Marte. Y legitimó la existencia de ovnis. Y aplica la Inteligencia Artificial a la guerra. Y creó y recreó robots mujeres para el sexo, leales y fieles.
Pero en Veracruz, y como reza la canción, “dejamos pasar la vida y sus encantos”.
Como si el Estado jarocho estuviera desvanecido en el tiempo y “disuelto en la historia” (José Alvarado).
Y en un Veracruz huracanado con vientos torrenciales en las cuatro estaciones del año.
En el Veracruz del pasado, luces. Hoy (pobre siglo XXI), sombras. (“Sombras nada más” que cantaba José Alfredo Jiménez)
Sin las mujeres y hombres del siglo pasado, Veracruz sería más feo y triste… de lo que ya está.
Aquellos paisanos miraron lejos. Apostaron a la grandeza poniéndose los guantes y subiendo al ring a contender con los mejores en vez, por ejemplo, de tirarse a la hamaca con una chela mirando en la tele un filme cinematográfico de Emilio “El Indio” Fernández zampando cachetada vibrante a una María Félix tirada en el piso.
La melancolía y la nostalgia del Veracruz que fue. Y es hoy.