Por ejemplo, en tres años cerradas, fracasadas, quebradas, noventa empresas.
La mayor parte en la denominada Franja de Oro Petrolera:
Poza Rica y Tihuatlán.
Y aun cuando suena y resuenan las campanas porque en las regiones de Veracruz y Boca del Río y Emiliano Zapata, Xalapa y Banderilla (milagros de la vida institucional) registraron desarrollo exponencial en el crecimiento de empresas, domina y predomina el dato escalofriante anterior.
Noventa empresas clausuradas en tres años.
Miles de trabajadores a la deriva económica y social.
Más, mucho más, porque la secretaría de Trabajo y Previsión Social federal y el Seguro Social revelaron que Veracruz era la única entidad federativa de la llamada “república amorosa y humanística” incapaz de recuperar los miles de empleos perdidos en el par de años del COVID.
Y en contraparte, caray, la ex secretaria de Trabajo de Veracruz, Dorheny García, proyectada como favorita del góber para la candidatura de MORENA al Senado de la República, digamos, solo digamos, como en su tiempo fue Indira Rosales San Román en su paso previo como secretaria de Desarrollo Social.
Además, el peor desempleo y subempleo de la historia en la entidad jarocha.
Además, la creciente migración de indígenas, campesinos, obreros y hasta profesionales a Estados Unidos.
Y de paso, a Canadá y Europa.
Además, los salarios mínimos pichurrientos… por más y más el anuncio oficial obradorista de que en el mes de enero tendrán otro aumentito, insuficiente, claro, por todos lados.
Cientos, miles de mujeres y hombres tocando puertas laborales y hasta ventanas y todas cerradas.
El crecimiento en las calles de los puestos de fritangas y tacos.
Un Veracruz pródigo en recursos naturales y habitado por gente y familias en la jodidez.
Seis millones de los ocho millones de habitantes en la miseria y la pobreza y en dato oficial del INEGI.
Duro y canijo: medio millón de paisanos únicamente hacen dos comidas al día y mal comidas debido a la terrible precariedad económica vivida y padecida.

II (MORENA, PRI del siglo XXI)

La herencia priista durante más de setenta años en el poder y la herencia azul en dos años (muy poco tiempo) es la misma copiada y reproducida “al pie de la letra” por las tribus guinda y marrón.
Nepotismo. Tráfico de influencias. Cargos públicos para los familiares, compadres, vecinos, aliados, socios y cómplices.
Empresas fantasmas. Sobre/ejercicio. Favoritismo a compañías constructoras de reciente creación, incluso, en lo que va del sexenio obradorista en Veracruz.
Sobresueldos en los funcionarios del gabinete legal y ampliado. Privilegios y canonjías en el ejercicio del poder.
Camionetas de casi un millón y medio de pesos. Despidos de funcionarios incómodas y sin rendir cuentas según el espíritu de la ley.
Incienso a los jefes. Faramallas en las comparecencias. Danza de inversiones insólitas e inverosímiles.
Tianguis de higos y mangos. Y hasta de pambazos y tacos.
Pueblos y Barrios Mágicos que para jalar más turismo en cada demarcación.
El aparato gubernamental al servicio del par de candidatas obradoristas a la presidencia de la república y la gubernatura.
Y el ascenso automático a otros cargos públicos a los subalternos y amigos del góber salsero, huapanguero, danzonero y camaronero.
Exclusión de políticos morenistas incómodos e indeseables.
Así, aprox., el último sexenio estatal se fue durante cinco años.