Barbie Dorheny
I (Ahora, al Senado)
Cada político suele tener sus barbies preferidas. Entre otras cositas, la mayoría de ellas, con una carrera pública insólita en menos de un sexenio.
Lo decía Porfirio Díaz Mori, el dictador durante 34 (treinta y cuatro) años: “El presidente da y quita”.
Por ejemplo, el presidente Gustavo Díaz Ordaz nombrando Senadora de la República a Irma Serrano, La Tigresa.
Luis Velázquez
José López Portillo designando a la primera secretaria de Estado, Rosa Luz Alegría.
Miguel de la Madrid, imponiendo a la primera gobernadora del país, la poetisa Griselda Álvarez, en Colima.
Rafael Hernández Ochoa, el góber jarocho, creando la dirección de Ecología para una barbie, en tanto la diputación local otorgada a una barbie de la montaña negra de Zongolica, una preciosa mujer indígena.
Fidel Herrera Beltrán, por ejemplo, con una carrera meteórica para Carolina Gudiño Corro. Diputada local y federal y la primera mujer presidenta municipal de Veracruz.
Javier Duarte con Anilú Ingram Vallines. Directora del Instituto de Radio y diputada local y federal.
Ahora, el góber obradorista de Veracruz con Dorheny García. Diputada federal. Secretaria de Trabajo y Previsión Social. Y candidata de MORENA a senadora de la República.
Siguiendo, digamos, la tradición con Indira Rosales San Ramón y Gloria Sánchez.
La misma cultura priista y panista, por ejemplo, reproducida y multiplicada en su más alto decibel en el partido obradorista.
El viejito del barrio diría: “Si no es hora… cuándo?”.
Dorheny, camino al Senado, y en donde la historia demuestra que bien puede convertirse en la antesala de la gubernatura, como es el caso, entre tantos otros, de Miguel Alemán Valdés, Manlio Fabio Altamirano (asesinado en el café Tacuba de la Ciudad de México y delante de su hoja como góber electo), Fernando López Arias, Rafael Murillo Vidal y Fidel Herrera Beltrán.
Incluso, el senador Julen Rementería del Puerto en la antesala, digamos, de la candidatura a la jefatura del Poder Ejecutivo estatal.
Nunca, claro, les alcanzó el tiempo, el espacio y la operación política a Indira Rosales y Gloria Sánchez para dar el siguiente paso a la silla embrujada del palacio de Xalapa.
Pero, bueno, la esperanza y la fe de Dorheny para que llevada de la mano y la protección y la bendición de su góber precioso, salsero, huapanguero, danzonero y camaronero “y con el tiempo (político) y un ganchito” bien pudiera…
II (Trayectoria grisácea)
Nadie recuerda, por ejemplo, el bienestar social creado y creado por Dorheny García para Veracruz como diputada federal.
Tampoco como secretaria de Trabajo… por más y más que para ella nunca como ahora se han creado empleos de norte a sur y de este a oeste de Veracruz cuando, caray, la migración a Estados Unidos, Canadá y Europa sigue escalando debido al desempleo, el subempleo y los pichurrientos salarios de hambre.
Pero, bueno, la política es así. Basta un padrino, una madrina, un ángel de la guarda, para ascender en la administración pública.
Y, claro, con carrera meteórica.
Se trata, además, de una circunstancia propia de la naturaleza humana.
Además, a la política se llega con los amigos, pues ni modo de pactar con los enemigos que enemigos son y serán, aun cuando, desde luego, suelen darse excepciones.
Dorheny García bien puede considerarse la Carolina Gudiño de Fidel Herrera Beltrán y la Anilú Ingram de Javier Duarte.
“Nada nuevo bajo el sol” pues.
Ninguna diferencia política y social entre los priistas, los panistas, los perredistas, los emecistas y los morenistas, entre otros partidos políticos.
Incluso, y así “se corten las venas” hablando del mundo nuevo y el hombre y la mujer nueva del país y de Veracruz, por añadidura.
“La misma gata, pero revolcada”.
“Aquí, mando yo” exclamó aquella en momento estelar.
Y si alguien por ahí cuestiona y evidencia se trata, como está convencida la profe Gloria Sánchez, Senadora de la República, de “una conspiración mediática para tumbar al góber” precioso.
III (La favorita)
Dorheny es la preferida del góber guinda.
Quizá su máxima creación en el presente que ha sido y el futuro que vendrá, digamos, hacia 2030.
Bien podría tenerla como prospecto para entonces.
Una mujer más candidata a la gubernatura.
Más, porque si el PRI duró 71 (setenta y un) años en el poder y el PAN únicamente doce años, entonces, ya se verá la permanencia del poder en el Palacio Federal.
La tribu marrón estaría mirando (y soñando) lejos…