Amigos privilegiados
**Confianza recíproca
**“A prueba de bomba”
UNO. Amistad excepcional
Hay una película, entre otras, que significa un canto de amor a la amistad entre los hombres.
Simplemente se llama “Amigos”.
Un hombre es afrodescendiente, de color, negro, negrito (Omar Sy).
Y el otro es un hombre blanco. Y millonario. Pero inválido (Francois Cuzet).
Luis Velázquez
Se desarrolla en París, la ciudad más bella del planeta para vivir soñando y aterrizando ilusiones, quimeras, utopías incluso.
El hombre de color es un desempleado. Y sin estudios. Y encuentra trabajo con el hombre blanco.
Y entre ambos va naciendo y creciendo y multiplicándose una amistad excepcional, fuera de serie, y en donde hay reciprocidad entre las partes.
DOS. Igualdad moral
El trato laboral se transfigura en una relación amical. Y luego, en una especie de relación fraternal.
Más todavía, porque el hombre rico en ningún momento hace sentir su diferencia económica y social.
Y en ningún momento porque esté inválido, sino porque tiene un alto desarrollo social y cultural y es un hombre mesurado y prudente, paciente y tolerante y que en todos los casos conjuga el par de verbos más importantes del idioma como son entender y comprender el mundo a su alrededor.
Es decir, a los suyos.
TRES. Las orejas, zona erógena
El hombre rico y pudiente vive en el día en una silla de ruedas. Y en la noche, en una cama especial.
Desde el cuello hasta los pies ha perdido la sensibilidad. La única parte sensible de su cuerpo son las orejas, en donde, incluso le llega el placer sexual, el placer erótico.
Y al mismo tiempo vive en una especie de palacio. Una súper mansión. Y con servidumbre. Vaya, hasta un avión tiene.
Y colecciona artes. Pinturas. Y en su casa ofrece conciertos.
Y es viudo. Y con una hija adolescente.
CUATRO. Barrio afro en París
El hombre de color fue obsequiado por sus padres a una tía. Entonces soltera, con los años creó a una prole de seis niños. Dos de ellos, apenas jovencitos.
Y viven en un departamento en un edificio a las afueras de París y en donde los inquilinos son pobres. Y todos de color. Barrio afro en el corazón parisino.
Y expuestos a las tentaciones del inframundo.
Es más, el hombre de color estuvo preso durante un semestre.
CINCO. Los dos… generosos
La relación patronal deriva en confianza recíproca. Y los dos se hacen amigos “a prueba de bomba”.
Los dos, generosos. Los dos, dando y dando. Los dos, prudentes y mesurados.
Tanto que, por ejemplo, el hombre de color lleva al hombre rico a casas privilegiadas de citas. Y en donde al hombre blanco las mujeres únicamente le acarician las orejas, su parte erógena.
Y cuando el hombre de color descubre que el hombre blanco sostiene una relación epistolar con una mujer desconocida tiende los puentes y correos y teléfonos para lograr una cita.
Y la cita sirve, caray, para que el hombre blanco termine casado con ella. Y tengan dos hijos.
SEIS. El hombre encantador
Hacia el final de la película, el hombre blanco ayuda al negro para poner una empresa. Y se casa. Y procrea tres hijos.
Y la amistad continúa entre los dos.
El hombre de color (Omar Sy) en un papel estelar pues queda proyectado como un hombre seguro y firme convencido de que es “un hombre muy encantador”.
Sin ningún complejo ni trauma. Remando la canoa con optimismo en cada nuevo amanecer.
Un canto de amor a la amistad entre dos seres humanos.