Más en un país con una población 90 por ciento católica.
En un pueblo creyente de Dios, la Virgen MORENA y el ejército incalculable de santos.
Más todavía cuando la cara de AMLO aparece, además de en pinturas y estatuas, hasta en escapularios y estampitas religiosas.
Y en oraciones y novenarios.

PASAMANOS: Otros expresidentes de la república han utilizado la religión. Por ejemplo, Vicente Fox Quesada. Pero ninguno y tanto tanto tanto como AMLO.
Se lo dijo su señora madre cuando niño estuvo a punto de ahogarse en un río de Chiapas y salvó la vida.
“Fue Dios quien te sacó porque tienes una misión muy grande en la vida”. (José Gil Olmos en su último y reciente libro ”El pastor de masas, AMLO: una religión populista”, editorial Grijalbo).

CORREDORES: Desde cuando AMLO iniciara su primera caminata de Villahermosa, Tabasco, a la Ciudad de México, al frente de indígenas y campesinos en contra de Pemex, la religión estuvo por delante.
Entonces pidió a un amigo le buscara una bandera y un estandarte de la Virgen de Guadalupe para marchar, como Miguel Hidalgo, con ambas insignias.
Gil Olmos lo recuenta del siguiente modo: Por ejemplo, cuando en su nuevo libro resume la religiosidad de AMLO desde “La mañanera” hacia el cuarto año del sexenio:
La cita de “Dios/Creador” pronunciada 155 veces.
La Biblia, 16 veces. “Cristo y cristiano!, 40 veces. La palabra y concepto “Pecado”, 40 veces.
“Prójimo”, 146 veces. “Antiguo Testamente/Nuevo Testamento”, once ocasiones.

BALCONES: Católico, cristiano, evangélico, los mensajes bíblicos, el Evangelio cristiano, la religión han sido empalmadas para así continuar posicionándose en las neuronas, el corazón, el hígado y el tuétano de la población.
Tomando como ejemplo a Jesucristo ha revelado que “Jesucristo es el luchador social más importante del mundo” por encima, claro, y lejos, de Gandhi, la madre Teresa de Calcuta, Francisco I. Madero, Miguel Hidalgo, José María Morelos y Emiliano Zapata.

PASILLOS: Ha de recordarse, por ejemplo, que en la navidad del año 2018, el año del triunfo presidencial de AMLO, Solalinde llegó a una posada en la ciudad de México y cargando un Niño Dios con la cara de Andrés Manuel López Obrador.
Luego, su cara fue grabada en escapularios que los vendían en el viejo Distrito Federal.
Y con alta demanda.
Simplemente, la química entre AMLO, el pastor de almas, y la población transfigurada en una devoción religiosa sin precedente en la historia de un político.

VENTANAS: José Gil, reportero estelar de la revista Proceso, autor de cinco libros, considerado el Mejor Reportero de América Latina por la Universidad de Stanford, hace una autopsia religiosa y sicológica, política y social de AMLO.
El líder social, transfigurado en un héroe civil y en “un mito hasta llegar a lo sacro”.
De hecho y derecho, un santo laico. Quizá el Sumo Pontífice laico de la república “amorosa y humanística”.
Predicando, como se sabe, y desde “La mañanera”, el “Amaos los unos a los otros” mientras que con la mano derecha arremete duro y tupido en contra de los enemigos, adversarios, corruptos, corruptazos, emisarios del pasado, conservadores y neoliberales, de igual modo como Jesús tomara el látigo en el templo y a latigazos sacara a los fenicios que habían tomado la iglesia de Dios como un tianguis.