Peor tantito: Hartos de que las tribus políticas en el poder público las consideren peores enemigas y adversarias, por ejemplo, que los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros.
Incluso, peores enemigos, y como en el caso de la 4T y la purificación moral, de los llamados conservadores y neoliberales.
El viernes 17 de marzo, en Xalapa, la capital, par de Colectivos clausuraron las oficinas de la Comisión Estatal de Búsqueda y dejaron constancia de que el único camino que la izquierda, oh la bendita izquierda, únicamente les ha dejado la protesta popular, el coraje social, la indignación crónica.
Y la inconformidad... para ver si así son escuchados y atendidos en sus plegarias.
La única plegaria: ubicar a los suyos, vivos o muertos, para y en todo caso, la cristiana sepultura y tener un lugar en el cementerio donde llevar flores y veladoras y padres nuestros y aves marías.
Y es que mientras los Colectivos (más de veinticinco en Veracruz a partir del año 2011 cuando iniciara esta crisis humanitaria) buscan a los suyos en ríos, playas, pozos artesianos de agua dados de baja, cárceles, edificios abandonados y fosas clandestinas, etcétera, etcétera, la autoridad les niega el apoyo básico, fundamental, entre cositas, las pruebas ADN para identificar los restos de los cientos de cadáveres encontrados.
Además, si clausuraron las oficinas de la Comisión Estatal de Búsqueda, argumentando que tiene presupuesto millonario y se reduce a publicitar en las redes sociales las fotos de los desaparecidos.
Y los desaparecidos en un Veracruz con más de siete mil personas plagiadas y desaparecidas.
Y campeón nacional en feminicidios.
Y tiradero de cadáveres en los doscientos doce rincones municipales del Estado jarocho.
Por ahora, los Colectivos “Familiares en Búsqueda María Herrera”, filiales de Poza Rica y Xalapa, asaltaron el edificio de la Comisión de Búsqueda.
Y reclamando la búsqueda de los suyos, entre otros, el ex presidente municipal de Tepetzintla, Crescencia Vera Vidal, con dos años sin saber su paradero y destino.
Pero a veces “una golondrina suele anunciar el verano”, y entonces, y de continuar así más Colectivos también se rebelarán.
Nada fácil sería que en los próximos veinte meses, la efervescencia social alcanzara uno de los decibeles más altos de insumisión.
Nada duele más como la indiferencia oficial hacia los familiares secuestrados y desaparecidos.

HERENCIA FATIDICA DE LA 4T

Entre los legados que serán históricos de la 4T en Veracruz están, por ahora, los siguientes:
Uno. El tsunami de feminicidios.
El último, en Huatusco, el domingo 19, un día después de la gran marcha obradorista en el zócalo de la Ciudad de México.
Dos. Los secuestros.
Tres. Las extorsiones.
Cuatro. Más fosas clandestinas.
Cinco. Su Majestad Imperial, la Señora Impunidad.
Seis. El tráfico de influencias. El conflicto de intereses. El dedazo en la obra pública. Las empresas fantasmas, igual, igualito, como en los sexenios priistas y panistas.
Caso penúltimo, la gran empresaria, Araly Rodríguez Vez, con más contratos en el Poder Judicial y hasta con presidentes municipales, protegida, todo indica, por el subsecretario de Finanzas y Planeación, el primo incómodo, Eleazar Guerrero.
Siete. Indicativo y significativo el desdén, el menosprecio, la indiferencia, el desprecio del gobierno de Veracruz con su Fiscalía General por los Colectivos y quienes dieron un paso más en su legítima protesta social clausurando las oficinas de la Comisión Estatal de Búsqueda.
Ocho. El desdén por los pueblos indígenas pues en cuatro años y cuatro meses, el góber copia Xerox de AMLO únicamente ha caminado por ahí menos de cinco ocasiones.
Y siempre, obligado por las circunstancias, como cuando los indígenas sureños tomaran en Soteapan la presa Yuribia y los indígenas de Soledad Atzompa, en la montaña negra de Zongolica, lincharan a seis secuestradores.
Nueve. Para su fortuna, el góber ya entró a la historia como el Rey de la Salsa, el Huapango y el Danzón, lo suyo, su única especialidad con todo, ajá, y su posgrado en Alemania y becado por el gobierno.
Diez. El aparato gubernamental de Veracruz al servicio de dos aspirantes y suspirantes a cargos públicos.
La primera, Rocío Norma Nahle García, secretaria de Energía, nacida en Zacatecas, con su Ley Nahle para favorecerla con la candidatura de MORENA a gobernadora.
Y la segunda, a favor de la presidenciable Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno en la Ciudad de México.
Por eso, quizá, la frase bíblica de Cuitláhuac García en el informe de gobierno en Tlacotalpan asegurando que “aquí, en Veracruz, las mujeres pueden soñar”.
Los Colectivos, enardecidos con la política de seguridad y procuración de justicia.