Cinco: El silencio impresionante de Araly Rodríguez para “aguantar vara”, cierto, pero al mismo tiempo, encubrir entuertos.
Seis: El presunto desvío, por Dedazo en la infraestructura, de recursos federales.
Siete: A pesar de la exhibida en el palenque político, seguir jugando al ensarapado, dueños del día y de la noche y del recurso público.

LUNES
Presta nombre agazapado

Ocho: Blasfemos a la pureza obradorista. “No soy corrupto. Soy honesto. No somos iguales”.
Nueve: Seguir asestándose “golpes de pecho”. Araly Rodríguez, escondida, digamos, quizá, por órdenes superiores. Y el prestanombre y/o prestanombres, agazapados.
Diez: Caray, hasta sobrinos del presidente Andrés Manuel López Obrador involucrados en el Dedazo de Cuitláhuac García para favorecerlos con obra pública.
Once: La historia exhibe que “en la casa del jabonero, tarde o temprano caes o resbalas”.
Doce: El góber salsero, huapanguero y danzonero, solito, todo indica, se embarró.
Todo, y en el trascendido público, para favorecer y/o en alianza compartida al primo incómodo, el subsecretario de Finanzas y Planeación, Eleazar Guerrero, el mero mero jefe administrativo del gabinete legal y ampliado, y quien hasta su asociación política se creó soñando con un cargo público para el sexenio 2024/2030.

MARTES
A ver si como ronca… duerme

Luego del resbalón político, económico y social de Cuitláhuac con Araly Rodríguez, allá que el presidente AMLO siga bendiciendo a su góber y lo haga un Santo.
Así, incluso, Cuitláhuac podrá demostrar como cantaba Pedro Infante, que “como ronca… duerme”.
En el otro lado del palenque público, el trascendido de que el domingo doce de febrero (dos días antes del amor), AMLO en el WTC de Boca del Río regañó en corto y privado a su góber.
A, por el caso Araly. B, porque par de sobrinos de AMLO embarrados. Y lo peor, sus nombres en las líneas ágatas.
Además, el abucheo generalizado de los jóvenes “Siervos de la Nación” a Cuitláhuac y para festín de Manuel Huerta Ladrón de Guevara, el delegado federal, y Sergio Gutiérrez Luna, el diputado federal, ambos soñando con derrocar a Rocío Norma Nahle García, secretaría de Energía, camino a la candidatura a gobernadora favorecida por García Jiménez.

MIÉRCOLES
Caprichitos del góber

En contraparte, y en el otro lado de la orilla, el caprichito de remodelar o tirar el estadio de fútbol, Luis “Pirata” Fuentes, en Boca del Río, con una inversión de cuatrocientos millones de pesos.
Y para disminuir el número de butacas para los fanáticos y crear más palcos para la gente VIP, la gente bonita, la gente pudiente.
Y de paso, la práctica priista del diezmo. Y si la inversión será de 400 millones de pesos, el diezmo son cuarenta millones… para el ganador.
Y el riesgo, como mera hipótesis universal, de que la compañía constructora ganadora pudo beneficiarse por Dedazo.
En tanto, los hospitales y clínicas, sin medicinas. Y sin materia prima básica.
Y sin medicinas, por ejemplo, lo más canijo, para los niños con cáncer.
Y decenas de escuelas tomadas por padres de familia con sus hijos sin maestros.
El imperio y el emporio de Cuitláhuac García, el góber honesto “a prueba de bomba”, desmoronado y bajo predicamento.
El caso Araly Rodríguez lo dejaron crecer seguros de que nada pasaría.
Pero conociendo la punta del iceberg y la secuencia debieron pararlo en tiempo y forma.
Se confiaron. Confiaron en la soberbia y la altivez. Se sienten intocables.
Podrán, claro, arreglar el estercolero. Pero en el imaginario colectivo, en la percepción ciudadana, la población electoral “tiene ya, ya, ya, otros datos”, otra información.

JUEVES
Monarca sexenal

Caso Araly Rodríguez. Caso Abucheo a Cuitláhuac en el WTC de Boca del Río.
Y lo peor, la asonada del góber salsero en contra de Manuel Huerta y Sergio Gutiérrez poniendo el aparato gubernamental al servicio de la zacatecana Rocío Nahle, delata al monarca sexenal de Veracruz.
El monarca perdió los estribos en los últimos cuatro años y casi tres meses de ejercer el poder y que gobernar.
El crepúsculo autoritario en Veracruz alcanza la plenitud de cara al Golfo de México.
Y el sexenio jarocho de la 4T hecho un caso.
Por un lado, el jueguito político de Cuitláhuac con la sucesión a favor de Nahle y que dista mil, dos mil, tres años luz de distancia a la habilidad con que AMLO maneja la sucesión presidencial.
Impulsos pasionales en el tobogán de la sospecha con el caso Araly.
Y desde luego, un Veracruz arruinado.
Seis millones de los ocho millones de habitantes, en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo y el subempleo y los pichurrientos salarios miserables, la mayoría poblacional soñando con migrar a Estados Unidos y Canadá.
De hecho y derecho ido ya el sexenio, el góber danzonero, ¡vaya pasitos en Actopan!, apostando todo “para agarrar hueso” en el sexenio federal 2024/2030.
Pero, bueno, igual que con Nahle, todo ha apostado a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, quien, caray, insólito, necesitó a su señora madre para que la destapara.

VIERNES
Ausencia de malicia

El góber quiso mantener lealtad a AMLO. Pero con el caso Araly y los sobrinos de AMLO favorecidos con contratos por Dedazo, simplemente resbaló.
Quiso congraciarse con todos, hasta con su primo incómodo, pero “metió las patas”.
Así, ni hablar, son las almas buenas, digamos, como don Francisco Ignacio Madero según lo describía su hermano Gustavo. “Es muy generoso, pero muy ingenuo”.
La ausencia de malicia con el caso Araly, de entrada.
Ausencia de malicia irse a la cargada con Nahle y desdeñando a los otros aspirantes.
Simplemente, le faltó la habilidad y experiencia del obradorismo.
Incluso, en su descuido y falta de tacto sembró rencor en el surco guinda y marrón. Y Manuel Huerta, el delegado, por ejemplo, mantiene una crítica a su personal estilo de gobernar.
El aparato gubernamental al servicio de Nahle. Y en contra de Huerta y Sergio Gutiérrez.
Por ahora, el saldo político, social y electoral es difícil calcular. Pero la Cuitlamanía está en la región más explosiva del palenque público.
Demasiado tarde para enmendar errores. Pero también, para que las tribus guindas se den la mano. En todo caso, el abrazo de Acatempan, cuya esencia mística es apuñalar la espalda.