CURVA PELIGROSA: Aquel deslumbramiento con un ser prodigioso sucedía también con Fernando Gutiérrez Barrios y Fernando López Arias… Los dos, originarios de Veracruz, figuras irradiantes en las grandes ligas de la Ciudad de México… Gutiérrez Barrios, en la llamada Guerra Sucia y en el movimiento estudiantil del 68… Y López Arias, procurador de Justicia de la nación con el presidente Adolfo López Mateos cuando los médicos del Seguro Social en huelga y la huelga nacional de Demetrio Vallejo, el gran líder de los ferrocarrileros… Su presencia, y sin pronunciar una sola palabra, hipnotizaba y hasta producía corto circuito… Más aún, dejaba sin aliento y argumentos al interlocutor… Más, si de por medio se trataba de un asunto espinoso… Claro, en automático seducían a las mujeres… Pero luego del miedo que, incluso, inspiraban a las damas, ellas quedaban prendidas…

AUTOPISTA DEL SUR: Ava Gardner, la actriz más bella y hermosa del siglo pasado, por encima de la italiana Gina Lollobrígida, quedó prendidísima del escritor Ernest Hemingway… Y cuando el autor de “El viejo y el mar”, se encerraba en su finca Vigía en Cuba, Ava Gardner tomaba el avión para estar a su lado el tiempo necesario… Y como Hemingway tenía la disciplina militar de escribir mil palabras diarias y siempre de pie ante la máquina de escribir, la actriz lo esperaba desnuda nadando en la alberca y enfriándose unas botellas de champagne… El escritor Carlos Fuentes Macías era otro ser prodigioso que hipnotizaba a las mujeres… Es más, a las artistas de su época… Y con frecuencia, si filmaban una película en el interior de la provincia en México, por ejemplo, las acompañaba… Y mientras ellas se iban a las 6 de la mañana filmar, Carlos Fuentes escribía… Y en la tarde cuando regresaban hacían el sexo con intensidad volcánica…

AUTOPISTA DEL NORTE: La escritora y pintora Nahui Ollin (en realidad, Carmen Mondragón) tenía los ojos verdes más bellos, misteriosos, verde mar, intensos y volcánicos… En unos ojos grandes y con cejas perfectas, bien depiladitas… Piel blanca tenía unas curvas donde con facilidad podía reposar una copa de vino sin caerse… Y cuando en una fiesta amical el pintor Gerardo Murillo, el Doctor Atl, la conoció, mejor dicho, se vio en sus ojos verdes, enloqueció por completo… Y la anduvo cortejando hasta que ella lo aceptó… Digamos, por tanta insistencia… Era un ser libre ejerciendo su libertad y dignidad a plenitud y con el acelerador metido hasta el fondo… Fue, por ejemplo, la primera mujer que posara desnuda y sobre la azotea de un edificio para un fotógrafo y extranjero, Edwar Weston, la pareja de la activista italiana, Tina Modetti… Vivieron años felices, pero como ambos eran prodigiosos, volcánicos, terminaron odiándose… Casi casi como la vida de Octavio Paz y la escritora Elena Garro…

RECTA FINAL: Lo decía José Pagés Llergo, el legendario y mítico reportero y director fundador del semanario Siempre!... “El periodismo es un oficio de neurasténicos”… En Veracruz, Pagés Llergo tenía par de amigos entrañables y estimados… Uno, Alfonso Salces Fernández, y dos, Bartolomé Padilla y Zepeda, el maestro de la crónica en el siglo pasado… Casi casi, el Balzac del periodismo jarocho pues escribía cuatro columnas periodísticas diarias, además de una crónica y/o un reportaje… Uno de los secretos, además del talento, de la maravillosa prosa de Gabriel García Márquez era que solía leer en voz alta sus textos antes de editarse para escuchar el tropel y el bamboleo de las palabras… Y, claro, le pasaba la carpintería… El Gabo era como las hormiguitas, muy escrupuloso… Por esos sus letras y palabras siempre eran como “pescaditos de oro”… La utopía de la izquierda en el siglo pasado era la siguiente: nunca dejar un niño con hambre, un migrante pidiendo limosna, un niño descalzo, un migrante tapándose la boca para hablar…

META: Lo más triste y doloroso es toparse muchos, muchísimos años después con la primera novia de la vida y advertir que camina con muletas… O la empujan en silla de ruedas… El viejito del barrio dice que el reportero siempre oscila entre dos aguas, dos mundos: el periodismo y la política… La dignidad y la corrupción… La palabra de los hechos y la sumisión… La libertad y el vasallaje… La medianía del salario y la abundancia… Pero, bueno, cruzados los cincuenta años de edad, muchos periodistas suelen decir que es hora de colgar los guantes y pensar en la esposa y los hijos, pues eso de comer sopa de letras todos los días nada deja… Enfermo de tuberculosis, toda la vida con un cucurucho en la mano donde escupía la sangre, Antón Chéjov escribió treinta libros y murió a los 44 años de edad… Tenía un hermano que también era escritor, pero nunca alcanzó los altos decibeles…