Pero de hecho y derecho, “tiró la piedra y escondió la mano”. Y omitió los nombres tanto de las columnas como de los columnistas y de los medios donde publican.
Mucho bien civil haría a la llamada democracia, mejor dicho, a la Transparencia, mejor dicho, a la rendición de cuentas, si fuera concreto y específico, lacónico y macizo.

DOS. Carteles Mediáticos

Más, porque como enunció y denunció, está claro que la cultura y la tradición de “las columnas pagadas”, iniciada en el tiempo priista, se reproduce igual en el tiempo de MORENA y la 4T con su purificación moral y honestidad valiente.
Todavía más: la versión de que varios secretarios del gabinete legal y ampliado y anexos y conexos suelen tener hasta su Cartel Mediático.
Más, cuando los Carteles Mediáticos suelen agarrarse “hasta por debajo de la lengua” “tirando la espada en prenda” y en defensa de quienes les pagan.
Y les pagan con cargo al erario, pues ni modo que los funcionarios públicos sean tan generosos y desprendidos y paguen de su salario.

TRES. Los francotiradores

Peor tantito cuando de norte a sur y de este a oeste de la república a los columnistas suelen llamar “calumnistas” y también “francotiradores”.
Y cuando de pronto, en el doble y triple fuego, unos y otros ofrendan hasta la vida por el pagador.
Y hasta llegan a los moquetes, amistades truncadas por la pasión política y periodística.
“Yo soy la verdad y la verdad absoluta”.

CUATRO. Nombres, Manuel Huerta

Manuel Huerta se ocupó del asunto cuando la girita del secretario de Gobernación a Boca del Río en el WTC hablando de la reforma electoral.
Entonces, habló del “acarreo”, “la cargada”, “la estampida de los búfalos”, el gobierno de Cuitláhuac organizando el evento y “las columnas pagadas”.
Pero la tarea, el apostolado social, quedó inconcluso, a medias.
Y si han de seguirse “Los pasos de Manuel Huerta” en el Facebook donde bien pudiera ganar credibilidad, con todo y el riesgo del fuego, entonces, nombres, nombres, nombres.
De lo contrario, su lenguaje y actitud y filosofía política y social y mediática reproducirá los pasos del PRI y el PAN en sus mejores tiempos.

CINCO. Pruebas, Manuel Huerta

Así, exactamente así, eran y fueron y son los priistas.
Pero como no todos “son iguales”, el presidente de la república, AMLO, y desde “La mañanera” ha exhibido, sigue exhibiendo, continuará, a los llamados “columnistas pagados” por sus antecesores.
Incluso, y cada vez que es necesario y conveniente, enlista a sus detractores, y como la mitad del país y casi la otra mitad (excluidos los indígenas, campesinos y parte de los obreros) están enterados.
El delegado federal ha de aportar, primero, nombres, y de inmediato, pruebas, para merecer el respeto de los ciudadanos de a pie, incluso, los militantes de MORENA, aquellos seguidores que en cada girita lo piden como gobernador.

SEIS. Conspiración contra el góber

Varios pendientitos hay en la cancha pública:
A: Los nombres de los columnistas pagados.
B: El medio donde publican.
C: El pago a los columnistas pagados.
D: La lista de la prensa que “presenta una realidad inexistente” denunciada por el góber.
E: La lista de los trabajadores de la información y los medios que de acuerdo con la senadora Gloria Sánchez conspiraban para derrocar al góber salsero, huapanguero y danzonero.