Y ni modo de estar aplicándose una Neurobion todos los días y/o tomando la pastillita, como si el anciano arrastrara un botiquín ambulante…Amanecer se convierte en la hazaña más heroica de la vida… Y amanecer con el ánimo “en pie de lucha” para seguir empujando la carreta (aunque esté destartalada) y pateando la pelota y remando la canoa es como si ganara la carretera anual del bulevar…

CURVA PELIGROSA: Un viejito lo dice con nostalgia… De jóvenes, la vida se va en el antro, la cantina, el table-dance y el motel… Y de seniles, la vida se va quedando en el consultorio médico, las farmacias, el quirófano y la iglesia pidiendo perdón de tantos y tantos y tantos pecados mortales cometidos… ¡Ay, cuando el viejito tiene montón de enfermedades y toma hasta diez pastillas al día, digamos, para sobrevivir, esperando, claro, claro, claro, la muerte!... Por eso hay quienes, sabios, acuerdan y pactan con un familiar la Eutanasia porque y por lo general, en la vejez únicamente se causan problemas de a los hijos y hasta los nietos… Y aun cuando los abuelos pueden quererse mucho, mucho, mucho, la realidad es que se convierten en una carga, y ni hablar, es ley de la vida… Y que nadie, únicamente seres excepcionales, longevos, pueden librar… Por eso el éxito de los asilos en las zonas urbanas, cuando en las regiones indígenas y campesinas y obreras, el senil carga la peor cruz de su vida en un camino lleno de espinas y cardos como si se fuera al Gólgota…

AUTOPISTA DEL SUR: La señora B. tiene ochenta años de edad… Nunca se casó… Digamos, es soltera… Señorita quedada le llaman… Dos hermanos murieron, aprox., a los setenta años… Y ella quedó desamparada… Por ahí tiene sobrinas que de vez en vez se ocupan… Pero la mayor parte de las horas del día y de la noche en la soledad… Soledad de adentro y soledad de afuera… Y en casa un botiquín con unas quince pastillas que toma al día… Incluso, el carpintero le hizo una especie de cajita con apartados donde tiene las medicinas y un letrero en cada apartado de las horas del día que debe tomarlas… Maneja un celular básico y que lee con lentes y a unos tres, cuatro centímetros de sus ojos… Y aprieta las teclas con un lapicero adivinando las letras para enviar mensajes porque los dedos le tiemblan… Padece de la presión arterial alta, los divertículos, la vejiga, la espalda y la depresión… Queda dormida mirando la televisión un cuarto de hora después de encenderla… Una señora asea la casa y le guisa y lava la ropa… Llega en la mañana y se retira luego de la comida… Y ella vive de la pensión, treinta años como burócrata federal… Su filosofía de vida es clara: “Aquí, solo espero la muerte”…

AUTOPISTA DEL NORTE: La señora B. camina en casa pian pianito… De la recámara al baño demora una eternidad… De la recámara al comedor pareciera que va entrando de rodillas a la Basílica de Guadalupe… Unas veces se apoya en un bastón, y otras, en una andadera… Se baña, siempre y cuando la trabajadora doméstica esté a su lado por si las dudas un resbalón, un sentón… Come muy poco, muy poquito… Su estómago queda satisfecho con dos, tres pedacitos de papaya, por ejemplo… Y con tres, cuatro traguitos de un atolito, un cafecito negro, un vasito con leche… La mitad de una tortillita… La mitad de un huevito… En la noche, para acostarse, unos traguitos con agua y dando su tiempo a que el agua llegue de la boca al estómago y que suele tardar media hora… En contraparte, vaya devoción religiosa, escucha misa por el celular y también reza el rosario, mejor dicho, lo escucha… Noches cuando la pasa tosiendo… Y mañanas cuando dice: “Ahora sí, no creo terminar el año”…

RECTA FINAL: Hay viejitos que duermen de día y están despiertos en la noche… De hecho y derecho, el reloj biológico sufre cambio drástico… Y entonces, y entre otras cositas, están más solos pues el resto de familia, y como es natural, ha de dormir… Más, si trabajan… Y la noche, caray, es mala consejera… Hay quienes en la madrugada se han suicidado… Un vecino de la sexta década se colgó de la parte más alta del árbol de la calle y los recolectores de basura hacia las 5 de la mañana pasaron y lo bajaron y anduvieron tocando de puerta en puerta hasta dar con la familia, pues todos en casa lo daban durmiendo y nadie tuvo la curiosidad de checar la recámara… Más, ante el silencio de la noche en que ni siquiera, vaya, las gatitas maullaban ni menos ladraban los perros olfateando la muerte…

META: Un proverbio azteca dice que la vida de un ser humano se mide y calibra a partir del número de amigos que deja a la hora de morir… Pero un dicho árabe dice que se evalúa por el número de enemigos… La realidad es que cuando un senil desaparece de la vida activa y se vuelve un ermitaño enclaustrado en casa, poco a poco todos, hasta los amigos, lo van olvidando… Y llega un momento cuando algunos se preguntarán si fulano, zutano o perengano todavía viven… Pocos tan sabios como el periodista, maestro de periodismo, Miguel Ángel Granados Chapa, quien pidió a la familia que a nadie avisaran de su muerte… Y en todo caso, que la trascendieran pero varios días después, digamos, pasado el novenario religioso tradicional de la iglesia católica y apostólica… Más, considerando que el dolor y el sufrimiento son íntimos… Y ninguna razón existe para andarse boletinando…