Mejor dicho, por sus ocurrencias.
Entre otras, los siguientes:

DOS. Humor de la Fiscal General

Entre la primera del sexenio, “Aquí mando yo” de la Fiscal General cuando tomara posesión del edificio donde gobierna.
“No a todos se puede tener contentos”, también, de la Fiscal General, para revirar a los Colectivos, integrados con padres con hijos y parientes desaparecidos, y reclamando justicia, justicia a secas.
Y la última: “¡Mujeres, cuídense de mujeres. También hay mujeres feminicidas!”.
La última, del secretario de Infraestructura y Obra Pública, Elio Hernández Gutiérrez: “No me importan las críticas”.
Fue en la comparecencia en el Palacio Legislativa y revirando a los diputados locales que lo exhibieron como un secretario que despacha desde la oficina y no visita las regiones y no atiende.
Y, claro, lo hizo trepado y encaramado en la más alta escalera del poder, esposo que es de la hermana de la secretaria de Trabajo y Previsión Social.

TRES. El profe universal

Los profes de la secretaría de Educación cargando en las manos y exhibiendo cartulinas con la siguiente leyenda:
“Zenyazen, el maestro de todos los tiempos”.
Todos, acarreados al Palacio Legislativo para aplaudir y lanzar loas, incienso y halagos al titular de la SEV en la comparecencia anual.
Quizá, compitiendo en las grandes ligas con el mural de su cara en Misantla del secretario General de Gobierno, Éric Cisneros Burgos…. camino con Zenyazen a la candidatura de Morena al Senado de la República.

CUATRO. El góber se divierte

Frasecita célebre, memorable y bíblica del góber salsero:
“Aquí, las mujeres pueden soñar” en el tercer informe de gobierno efectuado en Tlacotalpan y en revire al primer lugar nacional en feminicidios y asesinatos de mujeres y a los hijos huérfanos y las parejas viudas y a la impunidad, claro.
Se ignora si la secretaria de Trabajo y Previsión Social, Dorheny García Cayetano, estaría consciente de su frase acuñada en la LXVI Legislatura, pero la dijo de la siguiente manera:
“Desde la izquierda buscó cambiar la percepción de que no queremos a los empresarios”.

CINCO. “Soy el peor”

En el Congreso local, la diputada Citlalli Medellín, denunciada en la Fiscalía General por el presunto daño patrimonial de nueve millones de pesos como alcaldesa de Tamiahua, se fue a la yugular del titular de la SIOP.
Entonces, Helio Hernández Gutiérrez le contestó repitiendo la frasecita inmortal de sor Juan Inés de la Cruz cuando las tribus eclesiásticas del siglo anterior la latiguearon en la mesa de los sacrificios:
“¡Sí, yo soy el peor, qué le vamos a hacer!”… y dio vuelta a la página, sin mayor trascendencia.
Claro, estando bien con el dios terrenal, el jefe máximo del gobierno de Veracruz, el tlatoani, el gurú, allá que los ángeles y querubines emberrinchen.

SEIS. Vivir en gerundio

Las comparecencias sirven, entre otras cositas, para la diarrea verbal.
Por ejemplo, el secretario de Desarrollo Económico anunciando que pronto, antes de que el gallito bíblico cante tres veces, listas para establecerse en Veracruz nueve grandes empresas.
“Ta’gueno”.
El gran riesgo es que la mayoría de políticos suelen vivir en gerundio, es decir, planeando.
Y lo peor, dando como un hecho que el futuro es presente y agarrando de tonta a la población electoral vendiéndole esperanzas baratas, ramplonas y vanas.