Sadismo total y absoluto.
Barbarie y saña.
Alevosía, ventaja y premeditación.
Perversidad humana.
Veracruz se mantiene campeón entre campeón de los feminicidios.
Y de mujeres asesinadas.
Caray, niñas...
Antes, el tsunami violento inició con el secuestro, desaparición y asesinato de mujeres.
Madres de familia, amas de casa, mujeres solteras.
Incluso, ancianas ejecutadas en casa para robarles.
Tiempo existió cuando toda la saña del mundo se conjuntó secuestrando, desapareciendo, ultrajando, asesinando y decapitando a la población femenina.
Ahora, las víctimas son las niñas.
De entrada, los malos recrudeciéndose y mostrando el puño y los bíceps.
En teoría, unos expertos hablan de un operativo siniestro y sórdido para extirpar los órganos humanos.
Pero en el caso de Yesenia Lilian, de 13 años de edad, su cadáver fue arrojado a un lote baldío en una colonia popular.
Y en ningún momento se trata, como dice el góber de la 4T, de que los medios “presentan una realidad inexistente”, luego de su ocurrencia de que “aquí, las mujeres pueden soñar”.
Y, claro, después de la frívola vanidad de la Fiscal General de que “no a todos se puede tener contentos”.
Niñas, las nuevas víctimas de la política de seguridad de la 4T.
¡Ay, zandunga, mamá por Dios... con la cantaleta oficial de que “aquí, en Veracruz, las niñas no se tocan”.
¡Vaya estilo de ejercer el poder y gobernar tan decepcionante y frustrante!
La realidad avasallante.
Y en el gobierno de Veracruz, simplemente, el principio de Peter los rebasó.
No pueden.
El cargo público les quedó demasiado grande.
Veracruz, ensangrentado con sangre infantil.
Para infortunio y desventura de los padres de familia y los hermanos de las víctimas, la impunidad total y absoluta.
Más porque cada nuevo secuestro, desaparición y crimen hacen olvidar el anterior y el anterior y en la Fiscalía General se agiganta el archivo de carpetas de investigación irresueltos, pendientes.
En el sueño eterno diría el clásico erudito.
En el siglo pasado, tiempo priista, era “delito de lesa humanidad” atentar contra los niños.
En el discurso patriótico y patriotero, populista y demagógica, repetían que “los niños son el futuro de México”.
Ta’gueno.
Caray, el sexenio del “humanismo”...

MANCHA ENNEGRECIDA DEL HUMANISMO

El asesino número uno de niños en el mundo fue, es y ha sido Herodes. La masacre de los bebés recién nacidos para de paso desaparecer a Jesús.
Adolf Hitler (admirado por el filósofo, escritor y político, José Vasconcelos Calderón) asfixió a seis millones de judíos en sus campos de exterminio, genocidio, racismo y xenofobia, y de los cuales un millón eran niños.
Su émulo, José Stalin (admirado por el escritor y poeta, Pablo Neruda, y a que, incluso, escribió la “Oda a Stalin”) ordenaba a su policía secreta, la Cheka, matar a los padres y de paso, a los niños, sus hijos, soñando con el dominio del planeta.
La 4T en Veracruz, primer lugar nacional en el ranking de feminicidios.
Pero, caray, los militantes de MORENA, el partido fundado en homenaje y alusión a la Morenita del Tepeyac, avasallados por el secuestro, desaparición y asesinato de menores de edad de norte a sur y de este a oeste del Estado jarocho.
Se entiende, nunca, claro, se justifica, el ajuste de cuentas entre los malos y que entre ellos se asesinan.
Pero “delito de lesa humanidad” el plagio y crimen de niños.
Ya para extirpar sus órganos y venderlos en el mercado negro.
Ya para la prostitución.
Ya para subastarlos en el mercado sórdido y siniestro de la prostitución internacional, digamos, como el confinamiento de María Magdalena, la apóstol número trece, en un burdel en las goteras de Jerusalem ordenado por Herodías, la esposa del Emperador Herodes.
La mancha más negra en el tiempo sacrosanto del “Humanismo mexicano”, ajá.