Y lo confirmó porque desde hace ratito los observadores lo cacarean con toda su realeza cruel y bárbara.
Lo dijo así: “Tengo un año y medio sin hablar con el presidente López Obrador.
Las diferencias se produjeron por la intriga palaciega que fue en junio del 21, en donde la jefa de Gobierno me culpó de que yo era el responsable de la derrota electoral en la Ciudad de México, cuando yo no tengo que ver nada en ese proceso, y en donde los ciudadanos de la Ciudad de México eligieron la alternativa a tomar”.
Por fin, Monreal ha decidido “tomar el toro por los cuernos”. Al pan pan y al circo circo.
Más cuando días anteriores reveló que tiene meses en diálogo con la oposición.
De antemano trascendieron las conversaciones con el senador Dante Alfonso Delgado Rannauro, líder máximo del Movimiento Ciudadano.
Ahora, reveló que también platica con el diputado federal, Santiago Creel Miranda.
Y con la cúpula del PRD.
Y del PT.
En todos los casos buscando una alianza opositora donde Monreal Ávila pudiera ser el candidato unificador.
Únicamente así, claro, podría darse quizá, quizá, quizá, la posibilidad de ganar a MORENA la carrera presidencial.
Y más considerando que AMLO tiene de su lado a veintidós gobernadores y quienes desde sus entidades federativas moverían el piso y el subsuelo electoral.
Todo, claro, por “la intriga palaciega”.
De nada, o poco, mejor dicho, de nada, habrían servido los más de veinte años de relación amical y política y social del Senador Monreal con AMLO, pues bastó que le hablaran al oído en una “intriga palaciega” para tumbarlo de la amistad con el presidente de la república.
“Una descalificación brutal” como él mismo le llamara.
Todo, para adueñarse del poder político y que significa, por añadidura, poder económico y poder social.
El poder, como la felicidad sexual más alta de la vida.
La renuncia de Monreal a MORENA es cuestión de esperar sin desesperarse.
Casi casi, la ruptura entre Lázaro Cárdenas del Río y Plutarco Elías Calles.
José Vasconcelos Calderón y Álvaro Obregón.
Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez.
José López Portillo y Miguel de la Madrid.
Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León.
Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa.
Enrique Peña Nieto y Javier Duarte.
Ya se verá si la ruptura de Monreal con AMLO y la renuncia a MORENA alcanza mayores decibeles de cuando Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano renunciaron al PRI de Miguel de la Madrid por la imposición de Carlos Salinas como candidato presidencial.
Cuauhtémoc Cárdenas se lanzó como candidato presidencial independiente ante Salinas y ni modo, el sistema político es canijo, perdió.
José Vasconcelos se lanzó como candidato presidencial independiente ante Plutarco Elías Calles y perdió.
Pero... Francisco Ignacio Madero se lanzó por el camino independiente ante Porfirio Díaz Mori y lo derrotó en las urnas.
A ver qué pasa con Monreal por la libre ante, digamos, Marcelo Ebrard Casaubon, Adán Augusto López Hernández y/o Claudia Sheinbaum.
En una de esas, si van Ebrard o Adán Augusto, Ricardo Monreal hasta se disciplina...

ENFRENTARÍA MONREAL A PODEROSO DINOSAURIO POLÍTICO

Mientras, de seguro Ricardo Monreal y asesores y anexos y conexos de los otros partidos considerarán que enfrentarán a uno de los dinosaurios más fuerte, poderoso y sólido de la historia.
Incluso, su filósofo de cabeza, Enrique Dussel, habla de mesianismo para describirlo.
Más, mucho más, porque Dussel exalta su grandeza política, social y mesiánica, por encima, caray, de Lázaro Cárdenas del Río, Adolf Hitler, Hugo Chávez y Luiz Inácio Lula da Silva (Proceso 2404, Neldy San Martín).
Más porque, ha de recordarse sin perder la perspectiva histórica y actual que AMLO tiene un total de veintidós gobernadores de MORENA, fieles y leales, con lealtad ciega, para “meter toda la carne al asador” y posibilitar el triunfo presidencial en el año 2024.
Entonces, con todo y los partidos opositores a MORENA en gran alianza electoral, enfrentarían al Sansón electoral del siglo XXI.
Además, de un incuantificable presupuesto federal y estatal para “ganar de todas... todas” como en los mejores tiempos priistas y panistas.
Y si de por si AMLO nunca ha tenido misericordia política y social para perdonar el pecado mortal de Monreal, menos ahora cuando el senador apretó su Magnum en contra de Claudia Sheinbaum Pardo.
Más porque en el palenque público existe el trascendido de que Sheinbaum también es favorita de la esposa y los tres hijos mayores de AMLO.