Más cuando está claro que salvo un cataclismo, sismo de más de 180 grados políticos, el partido obradorista ganará la elección de gobernador en el año 2024.
Más con una oposición que se la pasa despotricando en los medios en contra de AMLO, el presidente, y MORENA, pero sin amacizarse con una alianza electoral “a prueba de bomba”.

LUNES
Morenistas arrugados

Por lo pronto, desde el martes de agosto, varios morenistas habrán cambiado de estrategia luego de una trepanación mental y política.
Sergio Gutiérrez Luna, Éric Cisneros Burgos, Zenyazen Escobar García, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, y de paso, Ricardo Ahued Bardahuil, “mostrarán el diente” de que su jugada era y es para ganar la candidatura a Senador de la República y/o, de perdis, diputado federal, y convertirse en uno más de los quinientos legisladores federales.
Ricardo Ahued fue “el más vivo de todos”. Dos días antes de la aprobación de la Ley Nahle anunció “a tiros y troyanos” que estaba bien, muy bien, en la presidencia municipal de Xalapa.
Sus buenos y mejores contactos políticos le avisaron a tiempo de la aprobación de la Ley Nahle y “cortó por lo sano”.
Más, porque claro está que la favorita de AMLO, el presidente, para la sucesión en Veracruz es Rocío Nahle.
Y por añadidura, el góber jarocho “puso sus barbas a remojar” al lado de Nahle, consciente y seguro de que “donde manda capitán nunca gobernará un marinero”.
Y más le vale.
En dos ocasiones, Cuitláhuac fue candidato de AMLO a la silla embrujada del palacio de Xalapa, y aun cuando en la primera perdió ante Miguel Ángel Yunes Linares, en la segunda derrotó a Miguel Ángel Yunes Márquez.

MARTES
Oposición levanta la mano

Por aquí la Ley Nahle fue aprobada como la mitad del mundo lo sabía y la otra mitad, algunas figuras públicas de la oposición levantaron la mano.
Entre otros, Julen Rementería del Puerto, José Yunes Zorrilla y Fernando Yunes Márquez.
Los tres, por cierto, aspirantes y suspirantes a la nominación a gobernador para el año 2024.
La hora, el momento, el tiempo, sin embargo, es para construir y reconstruir y volver a construir una oposición fuerte, a la altura, sólida, y entre más sólida más indestructible, para posibilitar la esperanza y la utopía de ganar en las urnas la elección del año 2024.
Han de trabajar arriba y abajo. Adentro y afuera. Con los suyos y con los adversarios políticos.
Y entre mayor número de partidos opositores se puedan coaligar, mucho mejor.
Y es que como dice el politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica, las circunstancias económicas y sociales, políticas y electorales, están dadas para que MORENA sea derrotada en Veracruz.
Pero…siempre y cuando la oposición sea fuerte. Pero más aún, muestre ya, tenga ya, abandere ya, a una figura, gran figura como el candidato.
Por lo pronto, MORENA ya tiene su candidata a gobernadora y desde ahora, es, será, la jefa de jefas para las tribus guinda y marrón de norte a sur y de este a oeste del Estado jarocho.
Y alrededor de ella, y con la bendición de AMLO, el presidente, las tribus jugarán las canicas, soñando con un cargo público a partir del mes de diciembre del año 2024.
Y durante seis años, claro.

MIÉRCOLES
De Cuitláhuac a Echeverría

La Constitución Política de Veracruz fue cambiada para favorecer a Nahle, igual, igualito que cuando el presidente Luis Echeverría Álvarez modificó la Constitución de Sonora para ungir candidato a su joven predilecto, Carlos Armando Biebrich, a quien le faltaban años para la nominación.
Entonces, ya nada ni nadie podrá tumbar la Ley Nahle.
Y si, digamos, fuera interpuesta una denuncia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN, el obradorismo haría sentir presencia y mano.
De nada, entonces, sirven ni servirán los pataleos y berrinches.
De lo contrario, la secretaria de Energía, SE, será la primera gobernadora de Veracruz.

JUEVES
Oficialía de Partes de Nahle

Más que destapada, anticipada desde ahora con quince, dieciséis, meses como la inminente candidata, el gobierno de Veracruz se volverá, será ya, una Oficialía de Partes para la titular de la SE.
De hecho, la gobernadora virtual.
Pasará, digamos, como aquel tiempo cuando el góber del cuatrienio era Dante Alfonso Delgado Rannauro y su antecesor, Fernando Gutiérrez Barrios, secretario de Gobernación con el presidente Carlos Salinas, y las tribus políticas y sociales y empresariales de Veracruz caminaban a Bucareli, en la Ciudad de México, para tramitar sus pendientes en el Estado jarocho.
La gente de Nahle, incluida su gran diputada local, Eusebia, ex regidora en el Ayuntamiento de Coatzacoalcos, la dueña del changarro nocturno, tendrán y desde ahora mejores posiciones públicas para usufructuar.
La pareja de Nahle, el hombre más poderoso de cara al Golfo de México.
El señor Cuitláhuac, acatando órdenes superiores, minimizado, achicado, disminuido.
Nahle, multiplicándose para atender los pendientes en la secretaría federal y en los que vayan surgiendo de norte a sur y de este a oeste del Estado jarocho.

VIERNES
Mujeres al mando

La primera mujer candidata a gobernadora: la profe Gloria Sánchez.
La primera mujer directora y/o secretaria de Estado: Ángela Frutis, directora de Ecología, recién fundada con Rafael Hernández Ochoa.
La primera Rectora de la Universidad Veracruzana: doctora Sara Ladrón de Guevara.
La primera Fiscal General: Verónica Hernández.
La primera presidenta municipal: Bertha Hernández, en Emiliano Zapata, sexenio de Rafael Hernández Ochoa.
La primera secretaria de Finanzas y Planeación: Clementina Guerrero.
La primera directora del Instituto de Pensiones, Daniela Griego.
La primera dirigente de un partido político: la priista Elizabeth Morales.
La primera Senadora de la República: Nohemí Guzmán, quien entrara de emergente con Fernando Gutiérrez Barrios, elegido gobernador de Veracruz.
La primera directora de Comunicación Social del gobierno del Estado: María Georgina Domínguez Colio.
La primera gobernadora de Veracruz: “veinte y las malas” que será Rocío Nahle García, pues de lo contrario significaría un duro revés a AMLO, el presidente, y ni se diga, a Cuitláhuac García Jiménez.
A menos, claro, que desde ahora, la oposición “se deje de cuentos” y se ponga a operar…
La fuerza de Nahle es la fuerza de AMLO, el presidente de la república que empalmó el poder político con el poder religioso y cuajó en las neuronas y el corazón de un pueblo católico en su mayoría.