Además, el político más discreto de toda la historia. Institucional como solían decir en el auge priista.
Su grandeza política y social y autoridad moral (con todo y la Guerra Sucia de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez y la masacre de Tlatelolco, por ejemplo) puede calibrarse con el siguiente dato estadístico:
Veracruz oliendo a pólvora y sangre en diciembre del año 1986 cuando tomara posesión como gobernador, en cuarenta días pacificó el Estado jarocho.

DOS. Enfrentó el infierno

Eran entonces los carteles de la época los caciques regionales de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
Todos ellos tenían ejércitos de sicarios y pistoleros a las órdenes disputando la riqueza natural y los bienes.
“Señores de horca y cuchillo” que solían matar por encargo a cambio de cincuenta mil pesos de aquellos.
El 7 de diciembre de 1986, apenas, apenitas, siete días después de ocupar la silla embrujada del palacio de Xalapa, don Fernando enfrentó el infierno.

TRES. Histórico operativo

En la sierra de Huayacocotla, a un ladito de Chicontepec, límites de Veracruz con Puebla, el cacique Luis Rivera Mendoza y sus pistoleros emboscaron y mataron a una familia.
Una pareja y dos niños.
Un niño en brazos de su madre.
Incluso, hasta les dieron el tiro de gracia.
Fue en la mañana y cuando la noticia llegó hacia el mediodía al palacio de Xalapa, de inmediato don Fernando asestó el manotazo y ordenó al secretario de Seguridad Pública partiera a Huayacocotla en compañía de su equipo policiaco.

CUATRO. Pistoleros en Pacho Viejo

Al día siguiente amanecieron en Huayacocotla. Y en un operativo “rápido y furioso” se internaron en la montaña y aprehendieron al cacique y a sus pistoleros.
Luego, los treparon en un carro de redilas con ultra contra súper vigilancia adelanta y atrás en procesión todos y trasladaron al penal de Pacho Viejo en Xalapa.
Y sometidos a proceso penal. Y condenados.
En los días posteriores detuvieron a otros caciques de Chicontepec.
Y luego, a otros del sur de Veracruz.
Y cuando el cacique y sicario de la región de Omealca a Tezonapa, Toribio “El toro” Gargallo advirtió la firmeza de Gutiérrez Barrios “puso las barbas a remojar” y huyó de Veracruz.

CINCO. Dante, a la altura de su tiempo

Don Fernando asumió la secretaría de Gobernación con Carlos Salinas de Gortari y Dante Delgado Rannauro fue el gobernador durante el cuatrienio.
Y por aquí “El toro” Gargallo regresó a la región de Córdoba, luego luego Dante cumplió la tarea pendiente de don Fernando.
Y en un tiroteo con los policías en la carretera, Gargallo perdió la vida.
Y Veracruz quedó más pacificado que nunca.
Por eso, la grandeza política, social y policiaca de Gutiérrez Barrios.
En aquel entonces, la inseguridad era el pendiente social número uno…, por encima, incluso, de la miseria, el hambre, los salarios de hambre, el desempleo, la migración y la jodidez.

SEIS. Lanzado del paraíso presidencial

Era un Estadista. De la gubernatura pasó a la secretaría de Gobernación y estuvo en la posibilidad de la sucesión presidencial.
Pero la intriga de los asesores del presidente Carlos Salinas lo lanzaron del paraíso terrenal.
Las emboscadas políticas nunca le disminuyeron su grandeza como líder político. Por el contrario, se agigantó su imagen y trascendencia social.