cargando

En twitter:

Escenarios
Lunes 27 junio, 2022

Estragos de la Maldita Primavera

•¡Ay, Yuri!

UNO. Vivir en plaza comercial

Vive la población en estos tiempos (¡Ay, La Maldita Primavera, de Yuri!) para luchar con los guantes puestos y derrotar el calor.
Entonces, la primera estrategia es salir corriendo a plaza comercial y quedarse allí desde temprano hasta la tarde/noche.

Luis Velázquez

Incluso, fama pública de padres que llevan a los hijos a plaza para que ahí se conecten en línea y cumplan con la asistencia a clases en el tiempo de la Quinta Ola del COVID.

DOS. Desarrollar la imaginación

Más, mucho más famoso aquel viejito a quien los hijos llevan desde las diez de la mañana a la plaza comercial de Boca del Río (primero en Mocambo y ahora en “El Dorado”) y ahí desayuna y cena.
Y ocupa una banca por ahí y su felicidad y dicha es mirar pasar a la gente.
Su máxima distracción es mirar y mirar y admirar a mujeres y hombres caminando entre los pasillos e imaginar historias de cada uno observando la cara, el cuerpo y la forma de vestir y caminar.
Era un gran ejercicio de imaginación que, bueno, en la facultad de Letras de la Universidad de Nanterre, en París, suelen encargar a los estudiantes para desarrollar la imaginación.

TRES. Calzoncillos en casa

De acuerdo con el viejito del barrio, la mayor dicha de un ser humano de la séptima, octava década es andar en casa en calzoncillos, pues, caray, finalmente, estás en tu vivienda.
Y aun cuando los teóricos del Manual de Urbanidad y Buenas Maneras aseguran que por respeto a las mujeres nadie ha de andar en calzoncillos en casa, ni modo que en plaza comercial se pasen así, casi casi “en pelotas” las horas y los días.

CUATRO. Ay, la hamaca

Nada mejor, por ejemplo, como andar en short.
Y dormir en una hamaca. En todo caso, en un catre con una sabanita blanca, fresquecita.
Incluso, en el patio de la casa esperando el fresco de la madrugada cuando, por lo regular, los maulliditos de una pareja de gatitos se escuchan por ahí sobre algún tejado.
Una señora dice: “A mi hijo le encanta la primavera y el deporte. Cada vez cuando hay juego, cartón de cervezas bien frías, se acuesta en la hamaca para mecerse y mira los juegos de fútbol”.

CINCO. Abrazar un árbol

Nada más dichoso que en las tardes llevar a los niños con sus patines al bule y a la plaza La Soberanía para que hagan y deshagan sintiendo la brisa marina.
Mientras, la señora echando un ojito a los niños y tejiendo y destejiendo.
En las noches, caminar a la orilla de la playa sobre la arena, con los pies descalzos para recibir la bendición.
Luego, buscar un árbol y abrazarlo para sentir la química de la savia, las raíces, las ramas y los troncos.

SEIS. La caverna de Saramago

Pero nada tan placentero como la plaza comercial para derrotar la temperatura en los días intensos y volcánicos de Yuri.
Es más, de acuerdo con las versiones montón de personas han formado sus clubes, tertulias.
Por ejemplo, muchas señoras llegan a plaza hacia las once, doce del día, a la manualidad y ahí comen hacia el mediodía y cada quien paga su consumo y ahí se quedan, como en casa, en la tertulia.
Más o menos como en la novela “La caverna” de José Saramago, donde la mayor felicidad de toda la vida de una señora de la sexta, séptima década, es ir todos los días en primavera, verano, otoño e invierno a la plaza comercial.


Deja un comentario

Acerca del blog

Blog de noticias desde Veracruz.
Aquí, deseamos contar la historia de cada día.
Y cada día es un nuevo comienzo.
Y todos los días se empieza de cero...

Portal de noticias de Veracruz.