El Jesús que en el Gólgota perdona al ladrón bueno y le ofrece que esa misma tarde estará a su lado en el paraíso celestial.
El Jesús que en el Gólgota encarga su señora madre a los apóstoles y declara a María Magdalena la Apóstol Número Trece.
El Jesús que sin rodeos dice a Judas, el apóstol traidor, que “lo que has de hacer, hazlo ya” y que por eso le pagaron treinta monedas, inaugurando la corrupción en la vida pública de la historia.
El Jesús que a los doce años de edad va al templo religioso y tozudo y terco discute con los doctores sabios defendiendo a su Padre celestial.
El Jesús que poco a poco va reclutando a sus seguidores, los apóstoles, entresacados de los pobres entre los pobres, los pescadores, y quienes, caray, además, eran analfabetas.
El Jesús que todas las noches se aislaba para rezar y platicar con su Padre “de arriba”.
Y el Jesús que agarra el látigo y se va al templo para agarrar a latigazos a los fenicios y mercenarios que tenían convertido el templo en un tianguis.
Así, pareciera que AMLO, el presidente, ha preferido quedarse con el Jesús del látigo, experto en latigazos a los traidores, los apóstatas, los herejes, los conservadores, los liberales, los emisarios del pasado.

LATIGUEO DE AMLO
Desde el púlpito de “La mañanera” con todo y acólitos en contra, por ejemplo, de los intelectuales orgánicos del priismo y el panismo.
Y de los reporteros y columnistas.
Y de los historiadores.
Y de los empresarios peñistas, calderonistas, foxistas, zedillistas y salinistas.
El botón nuclear en contra de los líderes de los partidos opositores, a quienes en son de burla y pitorreo luego de las cuatro gubernaturas ganadas por MORENA el domingo 6 de junio les da consejos para recuperarse en las urnas.
El zangoloteo a los Siervos de la Nación que en su momento se bajaron del tren obradorista, como por ejemplo, los secretarios de Hacienda y Crédito Pública y Comunicaciones y Transportes que renunciaron al gabinete legal.
Además, claro, de otros secretarios.
El apretón de tuercas contra los gobernadores opositores y que hasta el momento, ningún efecto causó, por ejemplo, en el góber de Tamaulipas, y quien por cierto, panista de raigambre y prosapia, entregará el mando a MORENA.
Ahora, en la última semana, el rafagueo en contra de Porfirio Muñoz Ledo, diputado federal de MORENA, ex de todo menos de presidente de la república, y a quien AMLO, el presidente, señalara de que por estar viejo, senil, mira visiones de que el obradorismo tiene malas amistades.
Y, bueno, desde la presidencia de la república…
Y en “el país de un solo hombre”…
Y con tanto poder político, social y económico acumulado, más ahora, con las veintidós gubernaturas que habrá de MORENA (18 más 4 ganadas el 5 de junio en las urnas)…
Más jefe del presupuesto federal…
Más jefe de la diplomacia…
Más jefe de las corporaciones policiacas…
Y comandante en jefe de los soldados y marinos…
Más jefe nato de su partido político…
Entonces, con tanta fuerza política más, mucho más se enaltecería con un discurso de concordia en vez de la discordia recurrente, y que Jesucristo practicara pero con bajo, bajísimo perfil y habilidad diplomática.
Pero bueno, todo indica, en AMLO, el presidente, domina y predomina más el Jesucristo de los latigazos en el templo.

EL PRESIDENTE DA Y QUITA
AMLO, el presidente, cacarea el “Amaos los unos a los otros”, “no robar”, “no mentir”.
Tres de los diez mandamientos de la Ley de Dios que más, parece, le gustan.
Ok.
También predica besitos y abracitos para los malosos que porque también son seres humanos.
Pero el fuego cruzado de manera incesante en contra, digamos, de quienes considera enemigos y adversarios, es sistemático.
El Jesucristo del Látigo predominando por encima del Jesucristo amoroso.
Casi casi, como el Porfirio Díaz Mori para quien el presidente “da y quita”.
Daba y da, por ejemplo, a los políticos fieles y leales, más leales que fieles, y con lealtad ciega en su pesebre.
Y quita a los traidores que “Traidores a la patria, ajá, fueron denunciados por el CEN de MORENA los 233 (doscientos treinta y tres) diputados federales que votaron en contra de la Reforma Eléctrica, reproduciendo así, y de paso, la política de José Stalin de llamar, primero, traidores a la patria a los seguidores de León Trotsky, y luego, enviándolos a los campos de concentración, además de a otros a quienes ordenaba fusilar, ahorcar y asesinar.
Incluso, traidores a la patria como en el tiempo del marcartismo en Estados Unidos donde acusando de comunistas a cientos, miles de norteamericanos, fueron llevados a los tribunales.
Y si “cada cabeza es un mundo”, entonces cada uno puede tener y adoptar y seguir a su Jesucristo.
En el caso del obradorismo es el Jesús del Látigo.
Pero mientras Jesús nunca enfrentó el tiradero de cadáveres y los feminicidios (o al menos nada se consigna en el relato bíblico), la república amorosa azotada por la violencia y la muerte ya llegó al Vaticano con el asesinato de los dos jesuitas en la Sierra Tarahumara de Chihuahua y cuyos cadáveres se llevaron los malosos.
Se ignora si los malandros de Jerusalén en el tiempo de Jesús tenían licencia para matar aun cuando los fariseos ejecutaron a Cristo en el Gólgota.
Pero, bueno la república amorosa con todo y su “Amaos los unos a los otros” ya escurre sangre de sacerdotes, los ministros de Dios, y más de los jesuitas…