¡Vaya pifia, pifia en las grandes y de las grandes ligas, de la Fiscal General, Verónica Hernández!
Fue con el asesinato de las reporteras Yesenia Mollinedo Falconi y Sheila Johanna García en Cosoleacaque el 9 de mayo!
Y de pronto, ¡zas! que detienen a un joven en Xalapa, estudiante y repartidor de mandados a domicilio.
Se llama Antonio de Jesús.
Primera pifia: Lo detienen y lo encarcelan.
Segunda pifia: Le crean y recrean un apodo siniestro, truculento y sórdido.
"El Mara", digamos, como los Maras de América Central asolando a los migrantes.
Tercera pifia: Lo boletinan en los periódicos de Veracruz.
Cuarta pifia: Lo boletinan en los periódicos de la Ciudad de México.
Quinta pifia: Le toman la foto y lo boletinan.
Sexta pifia: Nunca esperaron la protesta en Xalapa, donde Antonio de Jesús fue detenido, de los familiares, estudiantes y compañeros de trabajo.
Montón, por ejemplo, de repartidores de mandados en la avenida principal.
Séptima pifia: Y ante las presiones, y únicamente debido a la presión social, la Fiscal General reviró, dio marcha atrás, no le quedó de otra.
Y dejaron en libertad a Antonio de Jesús.
Octavia pifia: Luego luego, como Poncio Pilatos, la Fiscal (protegida del secretario General de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, quien sueña con la Senaduría de la república amorosa en el año 2024) "se lavó las manos" e inculpó a la Coordinadora Nacional Antisecuestros.
Total, "la cuerda siempre se rompe por lo más delgado".
Novena pifia: La pifia cometida el 16 de mayo, siete días después del asesinato del par de reporteras en Cosoleacaque.
Y es que 7 días después, ajá, ningún detenido, ningún indiciado, ningún sospechoso.
Nada de nada.
Décima pifia: Que se equivocaron... porque era un homónimo.
Sólo faltó que para anunciar la captura de "El Mara", la Fiscal General se vistiera de Gatúbela, como aquel día...