Es decir, en Veracruz se mata en promedio a 193 personas por mes o en una matemática de impunidad más simple a seis personas por día. Las cifras de homicidio son muy similares a las que ocurrían en tiempos del priista Javier Duarte de Ochoa y del panista Miguel Ángel Yunes Linares, ambos exgobernadores “pretextaban” ajustes de cuentas entre “delincuentes” de las células delincuenciales.

Con Cuitláhuac García la responsiva es la misma: “Ajustes de cuentas entre grupos de malandros” y culpar sistemáticamente al pasado, al enemigo y al adversario del escenario de terror que hoy se vive en diversas regiones de Veracruz.

En lo que va de este 2021 pandémico han ocurrido más de 1600 homicidios en Veracruz.

Una revisión exhaustiva al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) también da otros datos reveladores: 15 feminicidios en el primer mes de gobierno de Cuitláhuac García, 104 asesinatos de mujeres con perspectiva de género en su primer año de gobierno, 76 homicidios tipificados como feminicidios en el 2020 y medio centenar en lo que va del 2021. Cifras oficiales, aunque el Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres contabiliza 62 feminicidios en el año y no cincuenta como lo hace la plataforma federal del SESNSP.

OCTUBRE, UNA ESTELA DE MUERTE

Apenas el fin de semana fue asesinado en pleno centro de la capital del estado el chef de San Andrés Tuxtla Miguel Ángel Sulvarán, de 25 años de edad; su victimario le asestó 17 puñaladas y con una bolsa de plástico le enredó la cabeza ni una sola pista de su paradero.

El día 13, en Campo Grande, una congregación montañosa en Veracruz, el Colectivo de Familias de Desaparecidos Orizaba-Córdoba confirmó que ha logrado la recuperación de 43 cuerpos, pero que habrán de ser más, pues apenas estos días localizaron otros cuatro “puntos positivos” con restos humanos en las cuales hay una cantidad indeterminada de cuerpos.

Este cementerio clandestino de “Campo Grande”, ubicado en el municipio de Ixtaczoquitlán es -dijeran los antropólogos y peritos forenses- de “data reciente”, pues los más de 40 cuerpos ahí enterrados no tienen más de dos años de haber sido privados de la vida. Es decir, es una macro fosa emblemática, pues es la primera hallada en el gobierno de la Cuarta Transformación.

En esta coyuntura, el Colectivo Feminista Cihuatlahtolli A.C es una de las tres organizaciones que solicitaron la tercera alerta de género, ahora por desaparición forzada en Veracruz.

“La desaparición forzada es otra forma de violencia en la que se vive en Veracruz. Todos los días desaparecen mujeres y niñas y también es un problema que no se atiende de manera adecuada entonces ante esta problemática nos adherimos a otras dos organizaciones a la solicitud de pedir al Estado la tercera alerta de género” relata María de la Luz Jaimes García, directora de ese colectivo feminista.

El día 12, hubo tres ejecutados en un negocio de chatarra y fierro viejo en las afueras de Tuxpan al norte de la entidad; ejecuciones que últimamente se habían concentrado al sur de la entidad, pero cuya violencia volvió a diversificarse.

En la noche del día 1, una mujer fue hallada “embolsada” en el fraccionamiento La Pradera en el municipio vecino de Emiliano Zapata.

A casi tres años del gobierno de Cuitláhuac García y de casi dos años y medio de la gestión de Verónica Hernández Giadans en la Fiscalía ni una sola rueda de prensa, boletín informativo o mensaje gubernamental para dar a conocer cuántos de los más de seis mil asesinatos han sido resueltos o cuantos de los más de 200 feminicidas de Veracruz ya están tras las rejas.

FEMINICIDIOS, HISTORIAL DE IMPUNIDAD

El día de hoy, la Fiscalía General del Estado (FGE) continúa buscando a Marlon Botas Fuentes, asesino de la joven Monserrat Bendimes, de 22 años de edad, quien murió el 23 de abril de este año y a casi medio año de su muerte los Policías Ministeriales han sido incapaces de dar con su paradero.

Tampoco han sido apresados los asesinos de las jóvenes Ilse Denisse González Mérida, empleada de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la Cuenca del Papaloapan, y de Noelia Aguilar Guerrero, trabajadora de PEMEX, hallada asesinada en el Complejo Petroquímico Morelos; ambas mujeres fueron ultimadas en julio pasado.

El 15 de febrero fueron asesinadas arteramente la exdiputada local priista Gladys Merlín Castro y su hija, la precandidata a la alcaldía de Cosoleacaque por MORENA-PVEM, Carla Enríquez Merlín, y aunque la Fiscalía presume que ya detuvo a todos los asesinos materiales no se han detenido a los intelectuales.

La carpeta quedó en la “congeladora”, al grado tal que la Fiscal Verónica Hernández ya ni siquiera quiere recibir al empresario Emigdio Enríquez Merlín, quien hace unas semanas intentó encarar a la fiscal para conocer “los avances” en el asesinato de su madre y hermana.

Desde el Senado de la República, la panista Indira Rosales ha reprochado que al gobernador Cuitláhuac García y a la Fiscal Verónica Hernández les ha hecho falta “compromiso” para atender los feminicidios y los casos de violencia contra la mujer.
“Frente a estos casos que han pasado en varias regiones de Veracruz únicamente se lava las manos en lugar de asumir las consecuencias de su mal gobierno”.