En el carril académico, un trío disputa la silla embrujada de las Lomas del Palacio.
Uno, y en orden alfabético, el doctor Martín Aguilar Sánchez.
Dos, el doctor Héctor Coronel Brizio.
Y tres, el doctor Jorge Manzo Denes.
El trío compareció en el Museo de Antropología de Xalapa ante la comunidad universitaria.
Profesores, estudiantes y burócratas, cada uno con su programa académico.´
La UV en los próximos 4 años.
Tres investigadores en disputa y una sola silla.
Entonces, en el idealismo académico...
Soñando con la tierra prometida...
Teniendo como prioridad la grandeza educativa de la UV...sería insólito, inverosímil, pero cien por ciento efectivo, gran lección concreta y específica de unidad, fusión, que el Rector elegido designara como prospecto a la secretaría General Académica a otro de los candidatos.
Y luego, nombrara, digamos, secretario de Administración al tercero.
Digamos, como aquel sueño de José Vasconcelos Calderón de la Raza Cósmica con el Hombre Nuevo del continente.
Y como la famosa Comuna de Tomás Moro, cuyo antecedente está en el relato bíblico en Jerusalem, la única comunidad que ha existido en el mundo.
Nunca, claro, se ha dado.
Menos, mucho menos, en la integración de un gobierno federal o estatal, incluso, municipal.
Cada jefe máximo encumbrado con las mieles del poder público llega al cargo con los suyos, su primero, segundo, tercero, etcétera, círculo del poder.
La práctica política así lo establece.
Un gobierno se integra con los amigos capaces y aptos, expertos y fogueados en el campo de batalla.
Pero en la mayoría de los casos, el desencanto ha sido la única consecuencia social, sin trascender en la vida de un pueblo.

LOS NERVIOS LES GANARON
El trío de candidatos elegido por la Junta de Gobierno compareció en el Museo de Antropología para exponer programa académico en los próximos 4 años.
Ellos dejaron la percepción de que los nervios les ganaron... por más experiencia del trío en el salón de clases arrastrando el gis y el borrador y en foros académicos y ante la tribuna y la pasarela.
Por ejemplo: Del doctor Martín Aguilar fue, habría sido el que más se proyectó en medio de un mar de nervios.
Y por eso mismo, en veinte minutos tan desgastadores, pendiente del reloj, le faltó espacio y tiempo y serenidad para exponer una visión amplia sobre el futuro de la educación superior.
Apretada síntesis que necesitó convencer a la comunidad universitaria y a los nueve miembros de la Junta de Gobierno.
El doctor Héctor Coronel esbozó una especie de informe de algunas acciones que ya realiza su jefa Sara Ladrón de Guevara, de seguro para connotar que han de seguirse operando como parte de la continuidad de un estilo personal de ejercer el poder académico.
El doctor Jorge Manzo Denes habló de un cambio de paradigma para mostrar que la UV necesita reinventarse dado el gran desafío de la educación superior en el país y el continente.
Por ejemplo: Una compañía británica especializada en educación superior publicó el ranking de las universidades de calidad en América Latina.
En primer lugar, la Pontificia Universidad Católica de Chile, la mejor en el continente.
En cuarto lugar, el Instituto Tecnológico de Monterrey.
Sexto lugar, la UNAM, toda vez que el Tec de Monterrey le ganó por el mayor impacto en las publicaciones.
Lugar número 44, la Universidad Autónoma de Guadalajara.
46, el ITAM.
48, la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Lugar 53, la UDLAP de Puebla.
73, la Universidad Autónoma del Estado de México.
77, la Universidad Anáhuac de Huixquilucan.
78, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Lugar 82, el Colegio de México.
La Universidad Veracruzana... ni sus luces.
Tampoco alguna de las cien universidades obradoristas, nueve de ellas, se afirma, en la tierra jarocha.

FÁBRICAS DE DESEMPLEADOS, PESADILLA NÚMERO UNO
La UV es la máxima casa de estudios en Veracruz.
Con subsidio federal y estatal significa la oportunidad más importante para la población juvenil hijos de familias limitadas en un Veracruz donde 6 millones de los 8 millones 150 mil habitantes están en la miseria, la pobreza y la jodidez.
Entonces, grandes desafíos. Entre otros, los siguientes, los más concretos, específicos y macizos.
Uno. A la mitad quizá del sótano del ranking nacional. O más abajo.
Dos. El legítimo reclamo de profesores de calidad y con calidad y con vocación pedagógica probada y comprobada en el salón de clases.
Maestros que sean respetados por los alumnos dada su capacidad formativa e informativa para enseñar, simple y llanamente, para enseñar con eficacia y eficiencia.
Tres. El rechazo anual de unos veinticinco mil muchachos, o más, para ingresar.
Cuatro. La visión y la sensibilidad social de la UV para embonar el desarrollo educativo de los estudiantes con el crecimiento económico local, regional, estatal y nacional, pues la fama pública registra que las universidades públicas y privadas están convertidas en una fábrica insólita de desempleados.
Simplemente, porque las casas de estudio van por un lado con sus programas y los empresarios, inversionistas, magnates, por otro.
Y lo peor, por más y más que hay conocimiento en la UV sobre este déficit, la Rectoría se mantiene en actitud contemplativa.
Un rector que cumpliera con tan simples y sencillos desafíos en la UV ejercería los 4 años con gran apostolado social.