Marlon Ramírez y Anilú Ingram, en un claro y manifiesto y evidente, más que Dedazo, AutoDedazos.
Y de las veinte diputaciones federales, se quedó con una.
Una sola.
Y fue con José Yunes Zorrilla, por el distrito de Coatepec.
Además, con su biografía pública empujó el triunfo de su partido, el tricolor, en varias presidencias municipales.
Polvos de aquellos lodos, diría el viejito del barrio.
En todas las comunidades, pueblos, rancherías y cabeceras municipales existe una huella de su vida pública.
Una obra.
Un camino.
Un sistema de agua potable.
Una escuela.
Amigos.
Conocidos.
Gente de la población electoral, ciudadanos de a pie agradecidos y quienes nunca han olvidado.
El PRI, sin embargo, en la derrota más ignominiosa de su vida de cara al Golfo de México.
Digamos, como cuando el presidente del CDE, Miguel Ángel Yunes Linares, perdió 107 alcaldías el mismo dominguito electoral.
Perdió Adolfo Mota. Perdió América Zúñiga. Perdió Carolina Gudiño. Perdió Igor Rojí. Perdió Héctor Yunes Landa. Perdió, caray, hasta Ranulfo Márquez como abogado electoral del morenista Ricardo Exsome Zapata soñando con la presidencia municipal de Veracruz.
286 (doscientos ochenta y seis) cargos públicos en disputa y sólo 27 para el tricolor, el partidazazazazo del siglo pasado, tiempo cuando, y por ejemplo, Javier Duarte, "en la plenitud del pinche pode" aseguraba que como gobernador se había vuelto sexy.
Y ahora, ni modo, condenado a 9 años de cárcel en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Pepe Yunes.
Su honestidad "a prueba de bomba".
Su respeto y decencia a la dignidad humana de los otros, los ciudadanos.
El trabajo edilicio cuando fuera alcalde de Perote.
Pero también, la gestoría social como diputado local y federal y senador de la república.
Durante los seis años de Enrique Peña Nieto como presidente de la república estuvo cerca, cerquita, adentro del poder federal con sus amigos y condiscípulos, Luis Videgaray Caso y José Antonio Meade.
Y nunca, jamás, "ordeñó la vaca" ni "metió las manos al cajón".
Ni se involucró en escándalos políticos y sociales. Vaya, ni sexuales.
Tampoco incurrió en excesos del poder, tráfico de influencias, conflicto de intereses.
Por eso, y entre otras razones, además de la operatividad electoral, ganó en las urnas la curul federal... por segunda ocasión.
Pero decidió enfrentarse al plebiscito y referéndum, digamos, de su biografía política.
Con todo y el derrumbe y las cenizas, Pepe Yunes honró y enalteció al tricolor ganando en las urnas.

POLÍTICO SERENO Y PRUDENTE
Pepe Yunes se convirtió en el único ex presidente del CDE del PRI que volvió del pasado.
Adolfo Mota... perdió el distrito de Xalapa como candidato a diputado federal.
Américo Zúñiga... también quedó sin curul.
Héctor Yunes Landa... quedó sin la curul local pluri.
Ranulfo Márquez, transfigurado en morenista y verde, fue derrotado en la barandilla electoral defendiendo a Ricardo Exsome Zapata como candidato a la presidencia municipal de Veracruz.
Incluso, Marlon Malon Ramírez, el presidente en funciones, sufrió derrota insólita:
Volverá, pues, al Congreso federal.
Y como priista.
Y será oposición, quizá, quizá, quizá, con Alejandro Moreno (antes Alito y después Amlito) como coordinador de la bancada tricolor.
Tiempo aquel cuando fuera Senador de la República y el presidente de la república era Enrique Peña Nieto.
Ahora, y luego de doce años como legislador local y federal, más curtido, fogueado, experimentado, mesurado, reposado, prudente, sereno.

MESURA, ANTES DE TIRARSE A LAS PATAS DE LOS CABALLOS
Pronto, en su vida pública, Pepe Yunes enfrentó los vientos.
Fue, por ejemplo, cuando Miguel Ángel Yunes Linares, secretario General de Gobierno, lo animaba para lanzarse de candidato a diputado local.
Entonces, habló con el gobernador Patricio Chirinos Calero quien le dijo que en la política todo paso a paso, pian pianito.
Primero, le dijo, alcalde de Perote.
Fue, también, como presidente del CDE del PRI.
El gobernador Fidel Herrera Beltrán lo trató con desdén y menosprecio. Mejor dicho, indiferente, y que es peor.
Tanto que mejor apostó a la prudencia y "quemó sus naves" en Xalapa y con prudencia y mesura y sin tirarse a las patas de los caballos, se cobijó en el altiplano con su amiga, Beatriz Paredes Rangel, en la dirigencia nacional del PRI.
Con Javier Duarte se mantuvo lejos del poder, rencoroso y vengativo que era.
Y con Miguel Ángel Yunes Linares mantuvo "la sana distancia".
Sabe, pues, de vientos favorables. Pero también, de vientos en contra.
Y ha sobrevivido.
Los chinos y los vietnamitas ganaron la guerra a Estados Unidos por tanta resistencia... y estrategia, claro.

LA VIDA, DESPUÉS DE LA CURUL FEDERAL
En todo caso, después de la curul federal suele existir vida pública.
Por ejemplo:
Fidel Herrera Beltrán. De senador de la república a gobernador.
Javier Duarte. De diputado federal a gobernador.
Rafael Hernández Ochoa. De diputado federal a gobernador.
Rafael Murillo Vidal, de Senador a gobernador.
Fernando López Arias, de Senador a Procurador General de Justicia de la Nación a gobernador.
Manlio Fabio Altamirano, de Senador a gobernador electo, por desventura, asesinado en el café Tacuba de la Ciudad de México y delante de su esposa.
Miguel Alemán Valdés, de Senador a gobernador a secretario de Gobernación a presidente de la república.
Incluso, Cuitláhuac García, de diputado federal a góber de la 4T.
La vida y las circunstancias, pues, dirán la última palabra para Pepe Yunes.
De 500 (quinientos diputados federales en el próximo Congreso), el PRI únicamente tendrá setenta y uno, aprox.