Los narcopolíticos
•El escritor Ricardo Ravelo, originario de Veracruz, pule su último libro, listo para publicarse antes de las elecciones del 6 de junio
•En título provisional, que todavía define, se llama "Los narcopolíticos", la lista de gobernadores y diputados y alcaldes con amistades peligrosas
•Una vida consagrada a reportear y escribir y a seguir reporteando y escribiendo en una tarea inacabable para ser feliz y dichoso
Luis Velázquez/Foto de Yerania Rolón
El escritor y reportero, Ricardo Ravelo Galo, vive acompañado de un duende ahora cuando escribe su duodécimo libro. Se llamará, por ahora, Los narcopolíticos.
Y hay noches, en la madrugada, cuando de pronto el duende, sin poder dormir, le dice a su subconsciente que está por terminar el libro, pero le falta tal o cual político.
Entonces despierta sobresaltado aceptando que, en efecto, le falta tal o cual político, y como enfrente de la cama donde duerme y reposa tiene una mesita de madera que compró a un indito pasando enfrente de su casa sobre la que instaló la computadora, de inmediato se pone a escribir la parte sustancial del sueño con el duende.
La semana anterior, por ejemplo, el duende le dijo que tenía ya una lista indicativa y significativa de gobernadores y legisladores federales y presidentes municipales con malas amistades, pero le faltaba un nombre.
"Te faltan los narcopolíticos en el tiempo de la 4T" le dijo el misterioso personaje y a las dos de la mañana abrió la computadora y empezó a revisar su archivo y siguió cavilando en la posibilidad.
En todo caso, porque, y como siempre Ravelo ha sostenido, en cada sexenio el presidente de la república y los gobernadores en turno tienen o suelen tener a un cartel, o dos, preferidos y consentidos.
La mayor parte de libros escritos y publicados de Ravelo giran alrededor de la delincuencia organizada, el tráfico y tránsito de droga y los negocios ilícitos anexos y conexos.
Y en muchos casos, documentados con sus relaciones políticas.
Por eso, y de cara a la elección "más grande de la historia", 15 gobernadores, 500 diputados federales, los diputados locales del país y de presidentes municipales en varias entidades, nada más oportuno, actual y vigente como detallar las relaciones peligrosas entre funcionarios públicos, políticos, jefes policiacos, policías y carteles.
Ravelo lleva unos tres meses escribiendo el libro y de acuerdo con el compromiso editorial habrá de entregarlo en dos, tres semanas, para que esté circulando en las librerías del país antes del 6 de junio.
Sus días y noches pasan conjugando el verbo más intenso y volcánico como es reportear.
"Lo único que hacemos aquí, en Proceso, es reportear y reportear y reportear y reportear" le dijo don Julio Scherer García cuando de corresponsal de Proceso en Veracruz fuera invitado a volverse reportero de planta en la Ciudad de México.
Muchos años después, quizá unos treinta, los meses y los años de Ravelo han sido, en efecto, y únicamente, reportear y reportear y reportear.
LAS FUENTES INFORMATIVAS DEL CRONISTA
En el tiempo del COVID, Ravelo reportea de la siguiente manera:
Uno. Sus fuentes cultivadas desde su estadía en Proceso, más de veinticinco años, siempre, y por lo general, en el anonimato, protegiendo su identidad.
Dos. Los amigos reporteros en la Ciudad de México y en el país.
Tres. La consulta diaria y sistemática y ordenada y organizada en la prensa escrita y digital.
Cuatro. Los documentos oficiales que ha integrado con el tiempo.
Cinco. Las relaciones con fuentes informativas de Estados Unidos y parte de América Latina.
Seis. El seguimiento a las redes sociales y facebooks, anexos y conexos.
Siete. Los archivos que suele llevar.
Las 7 fuentes de información, entre otras, le permiten cruzar y entrecruzar datos, hechos y acciones, y así va perfilando, dando forma, a sus reportajes y libros.
ENSEÑANZAS DE JULIO SCHERER GARCÍA
De reportero, Ravelo maduró a escritor. Y desde entonces, nunca ha dejado el ejercicio periodístico ni tampoco "ha bajado la guardia" como escritor.
Siempre recuerda a don Julio Scherer García como director general de Proceso cuando con frecuencia caminaba en la sala de redacción y platicaba con uno que otro reportero en corto y en privado y por lo general iniciaba la tertulia con la misma sugerencia respetuosa de siempre:
--Escriba un libro. ¿Está escribiendo uno? ¿De qué trata? ¡Cuénteme, ande, cuénteme!
Y es que, para el famoso y legendario periodista, unos son los textos, digamos, efímeros, del periodismo parecidos a la canción de Héctor Lavoe, aquel de que tu amor es como un periódico de ayer, notica fresca en la mañana, olvidándose al mediodía y olvidada por completo en la tarde.
Y otros son los textos publicados en un libro. Un libro de largo alcance.
Por eso, en uno de sus viajes a Cuba, agradecido, además, por las enseñanzas de Scherer, le buscó la colección completa de libros de Ernest Hemingway publicada en La Habana por el gobierno de Fidel Castro, los encuadernó a todo lujo y se los obsequió como regalo en un cumpleaños.
Scherer, unos veinte libros publicados. Ravelo, va por el doce.