y los compañeros de escuela claman justicia.
El sábado 13 de marzo efectuaron la última marcha. En el pueblo.
Y es que 48 horas después del secuestro, la niña apareció sin vida.
Dos días después, el 8 de julio, la Fiscal General anunció de la captura de un chico de 15 años de edad como presunto responsable.
Y que después, ajá, fue liberado.
Pero desde entonces, nadie sabe el destino del menor. Se llama Christiany tiene 15 años y vivía en Coacoatzintla, un pueblito a diez minutos de Naolinco.
Cada vez, la indignación y el coraje social crece en Naolinco porque al momento, y en el tiempo de la 4T, y de Morena en el poder estatal, un cuarteto de mujeres han sido asesinadas.
Todas, en la impunidad.
Martha Patricia Landa Olivo.
Abril Landa Ávila.
La señora Margarita.
Y Reina Isabel Márquez Morán.
Parte de la población desfiló en las calles.
Y todos gritonearon el mismo himno de batalla: "Nos falta una. Nos faltan todas".
¡Vaya destino social de las mujeres en un Veracruz en el ranking nacional de los feminicidios.
Y los secuestros.
Y las extorsiones.
Caray, en el llamado Estado de Derecho, la población femenina gritoneando en la vía pública, primero, el legítimo derecho a vivir en paz, y segundo, justicia, simple y llanamente, justicia.
Peor, mucho peor cuando se trata del secuestro, desaparición y asesinato de una niña de 12 años de edad.

LA NIÑA QUE VENDÍA PAN

Reina Isabel era de una familia pobre.
Y ayudaba con el itacate y la torta. Y vendía pan. Pan, de casa de casa.
En la mañana iba a la escuela. Y en la tarde/noche vendía pan.
Y de pronto, ¡zas!, desaparecida.
Y su cadáver aparecido 48 horas después.
Dos días, digamos, secuestrada.
Y sabrá Dios las circunstancias en que pasó cada una de las 48 horas desaparecida.
Una tras hora.
Hasta llegar a su asesinato.
Por un lado, el Estado de Derecho, cuya esencia superior es garantizar la seguridad en el diario vivir y en los bienes, rebasado por el llamado Estado Delincuencial, el Estado Fallido.
Y por el otro, la Fiscalía General lamiéndose en la impunidad.
Insólito, inverosímil, vaya degradación, cuando se trata de niños.
Peor cuando, caray, las familias y los amigos han de expresarse con indignación social crónica en las calles y avenidas reclamando justicia, simple y llanamente, justicia.
Y más, mucho más peor, cuando la población electoral protesta en las calles y nunca es escuchada.
El gobierno de Veracruz, entre la espada y la espada.
Tal es la calidad de vida democrática que la 4T está dando en Veracruz.
El mundo sórdido y sombrío del secuestro, la desaparición, la tortura quizá, acaso el ultraje, y el asesinato de menores de edad.
Más cuando ante la ineficiencia y la ineficiencia se vuelven sordos creyendo que así la libran...