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Diario de un reportero
Sábado 06 marzo, 2021

La soledad que carcome

Un político huyendo
•El sueño desmoronado


DOMINGO
La soledad que carcome



La soledad del poder suele causar a los políticos demasiados estragos. Una cosita es que estén rodeados de auxiliares, escoltas, secretarias y súbditos, y otra, mil años luz de distancia, la soledad que por dentro carcome el corazón y las neuronas.
Adolfo Mota era secretario de Educación con Javier Duarte. Entonces, el gobernador ordenó un concierto en el Teatro del Estado en Xalapa. Y también se lo encargó al secretario de Turismo, Harry Grappa, parece, secretario particular, quizá.
La cita, equis días a tal hora. Pero por “angas y manchas”, Duarte llegó tarde al teatro y los músicos y el concierto y el público esperando. Y cuando tomado de la mano con su esposa Karime Macías entró a la sala, el escarnio fue mayúsculo. Tremenda pitorriza.
Irritado, Duarte despidió a Mota y Grappa.

Luis Velázquez

De inmediato, Mota habló por teléfono a su padrino, Emilio Gamboa Patrón, senador de la república. Y le contó el desaguisado. Y le pidió interviniera con Duarte.
Uno o dos o tres días después, Mota en ascuas, desesperado y angustiado, la secretaria de Duarte le habló para una cita con el gobernador.
Y cuando Mota entró a la oficina de Duarte, le dijo:
--Señor gobernador, un menosprecio de usted es peor que un menosprecio de mi esposa.
Mota fue perdonado.

LUNES
Un político huyendo

Salió mal o lo tenían en la mira, Efrén López Meza como presidente municipal de Veracruz.
Patricio Chirinos Calero era gobernador y Miguel Ángel Yunes Linares, secretario General de Gobierno, y el operador político de mayor confianza.
Entonces, orden de aprehensión en contra del alcalde jarocho y del director de Obra Pública y del tesorero municipal.
La policía detuvo a los titulares de Obra Pública y la tesorería y los refundió en el penal de Allende.
López Meza comenzó a huir, sin encontrar la paz en ningún lugar.
Nunca fue capturado. Y “ni el polvo le vieron”.
Muchos años después, cuando le preguntaban las razones, precisaba:
“Chirinos y Yunes me persiguieron por una venganza política. Yo siempre estuve con Fernando Gutiérrez Barrios. Y nunca lo perdonaron”.
Efrén López volvió a casa. El sexenio aquel había pirado. Y aun cuando la libró nunca regresó a la política.

MARTES
“Perdí la emoción social”

En dos ocasiones, Juan Maldonado Pereda, alcalde jarocho y 4 veces diputado federal, estuvo en la antesala de la candidatura a gobernador.
Fue con los gobernadores Rafael Murillo Vidal, Rafael Hernández Ochoa y Miguel Alemán Velasco.
Como secretario de Educación, SEV, estuvo más cerca que nunca. Posibilitaba la esperanza a partir de que Alemán Velasco era su amigo.
Pero lo cooptó. Y mientras a Maldonado, Alemán le puso “una camisa de fuerza”, dejó que Fidel Herrera Beltrán caminara Veracruz y cuajara amarres.
Varios años después, platicando sobre aquellos tiempos, un amigo le preguntó las razones por las que había dejado de buscar la candidatura si era uno de los políticos más completos, más honestos, con más biografía pública, y tenía todos los méritos.
Primero, dijo: “En política, nunca llega el más capaz, sino el que más conviene”.
El que más conviene, claro, a las tribus políticas encaramadas en el poder.
Luego, redondeó su vida: “Perdí, dijo, la emoción social”.
La emoción social, entre otras cositas, para seguir luchando. Y enfrentar los retos y desafíos,
Luego de la SEV, el retiro. Nuevas generaciones venían atrás, empujando la carreta con más fuerza y vigor.
Y, claro, con más emoción social, más empuje, más vibra, mejor karma.

MIÉRCOLES
El peor abismo de la vida

La peor soledad de su vida la sufrió y padeció Manuel Carbonell de la Hoz, el subsecretario General de Gobierno que tenía el visto bueno del gobernador Rafael Murillo Vidal y del presidente Luis Echeverría Álvarez para la candidatura a gobernador.
Entonces, y como se recuerda, duró 72 horas como candidato hasta que Jesús Reyes Heroles, presidente del CEN del PRI, se le atravesó con aquellas famosas 8 columnas publicadas en el Excélsior de don Julio Scherer García, con firma del reportero Ángel Trinidad Ferreira: “Yo, como veracruzano, no he votado por Carbonell”.
Y aun cuando Reyes Heroles fue despedido del CEN del PRI, Carbonell se hundió en el peor abismo de su vida.
3 días en la gloria, el esplendor y el resplandor. Y de pronto, el súper madrazo periodístico.
La soledad más estrujante de la vida. Más, mucho más, porque con todo y Murillo Vidal y Echeverría, fue depuesto.
Nunca más volvió a levantarse. Anduvo por ahí, como asesor de Fernando Gutiérrez Barrios.
Algún sexenio después la buscó. Programó un peregrinaje en el Estado. Le llamó “Las Comidas de la Amistad” para ver si levantaba la posibilidad.

JUEVES
El sueño desmoronado

Presidente del CDE del PRI, Miguel Ángel Yunes Linares se miraba y soñaba en el paraíso. Tenía la candidatura a gobernador en la bolsa. Patricio Chirinos, el góber. Carlos Salinas, el presidente de la república.
Entonces, fue la elección de los presidentes municipales. Y en aquella contienda, Yunes perdió ciento siete alcaldías, la mayoría, en manos del PAN, siempre se dijo, concesión salinista.
Incluso, el lunes posterior a aquel domingo electoral tenía programada una comelitona para cinco mil gentes y la debió cancelar.
El legítimo sueño de la candidatura a gobernador se había desmoronado en el carril electoral.
Luego, pronunciaría un discurso incendiario arrasando con los caciques priistas de la época, y quienes, en el trascendido se afirmaba que habían integrado un frente común en contra de Yunes por dejarlos fuera de las nominaciones.
La soledad del poder en su más peor decibel causó estragos. Tiempo después, Yunes renunciaría al PRI con buen karma y mejor vibra porque reapareció en los gabinetes de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa desempeñando los más altos cargos públicos en su historia personal.

VIERNES
La soledad de los exgobernadores

Quizá la más dura y ruda soledad para los ex gobernadores viene luego de dejar la silla embrujada del palacio.
Miguel Ángel Yunes Linares. Metido en la lucha política por los hijos.
Javier Duarte. Preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Fidel Herrera Beltrán. Viviendo en una silla de ruedas.
Miguel Alemán Velasco. El mal fario con Interjet.
Patricio Chirinos Calero. El retiro total y absoluto.
Dante Delgado. La cárcel en Pacho Viejo y el Movimiento Ciudadano.
Fernando Gutiérrez Barrios. El Senado de la República y la muerte.
Agustín Acosta Lagunes. El retiro.
Rafael Hernández Ochoa. El retiro. Fallecido en un accidente automovilístico.
Rafael Murillo Vidal. La dirección de los Talleres Gráficos de la Nación, digamos, un puesto burocrático mucho menor a su trayectoria pública.
La soledad del poder que también significa el poder de la soledad.
En el caso, la soledad carcomiendo vidas tan intensas y frenéticas.
Y luego del periodo constitucional, lejos del poder, olvidados incluso. Apenas, apenitas frecuentados por uno que otro colaborador, los menos.
Luego de luchar en la guerra por la patria, “El coronel” de Gabriel García Márquez no tenía nadie que le escribiera y pasó los últimos años yendo cada viernes al correo para ver si había llegado la pensión.


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