El pastor Arturo Farela Gutiérrez, líder de la llamada Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas, Confraternice, lo confió al reportero Rodrigo Vera, Proceso 2311.
Todos ellos serán presidentes municipales y legisladores. Una conquista más para los evangélicos.
Francisco Ignacio Madero y Plutarco Elías Calles creían en los médiums. Vicente Fox en la Virgen de Guadalupe. Enrique Peña Nieto, en la iglesia católica.

PASAMANOS: Dice Farela, a cuyo cargo la distribución de la Cartilla Moral de López Obrador en el país. Su hijo, coordinador general. Y sueldazo, llegando a los cien mil pesos mensuales:
“Las iglesias evangélicas enseñamos que el reino de los cielos está aquí en la tierra: en la familia, en el trabajo, en todas las áreas de la vida”.
Nada nuevo, claro. Lo mismito dicen todas las religiones. Los evangélicos tienen ya su paraíso terrenal, la tierra prometida. El obradorismo. Jodidos, 6 de cada 10 habitantes del México, en la pobreza y la miseria según el INEGI.

CORREDORES: López Obrador entró al Palacio Nacional, donde vive. Y a un lado, los evangélicos le hacen compañía.
Los hay de dos vertientes. Una, Arturo Farela. Y la otra, Hugo Eric flores Cervantes, dirigente del Partido Encuentro Solidario, que ahora así se denomina, pues antes era Encuentro Social, cuando perdiera el registro en el INE por la bajísima votación.
Dice Farela: “AMLO es un hombre incorruptible, cristiano bíblico, no católico. Marido y padre ejemplar. Persona sin vicios. Sabe gobernar su vida y su familia como nos enseña San Pablo. Nos está enseñando que la fe cristiana es compatible con la política y con todas las esferas de la vida pública”. (Ibidem)
De hecho y derecho, lo que nunca Jesucristo alcanzó en su misión en la tierra, López Obrador, en México.
Muchos López Obrador necesita el mundo, como también, en el siglo pasado, a los Ernesto Che Guevara.

BALCONES: En la adolescencia López Obrador estuvo a punto de morir ahogado en una poza en un río de Tabasco. Se salvó, pero entonces supo que estaba predestinado a misión superior.
Por eso durante mucho tiempo le decían “Rayito de esperanza”. “El presidente López Obrador, dice Farela, es un fiel seguidor de Jesucristo”.
Nunca Jesús proyectó a los apóstoles a un cargo de elección popular. Siempre, predicando el evangelio del lado de los pobres.
Pero si los evangélicos “son el ejército de la Cuarta Transformación”, tienen el derecho del mundo para volverse autoridad y ejercer el poder.
Nadie dudaría que los evangélicos fueron un sostén universal para López Obrador en aquellas caminatas de Tabasco a la Ciudad de México en contra de PEMEX.
Ahora, merecen el poder. Lucharon por el poder al lado de López Obrador.

PASILLOS: El estilo personal de ejercer el poder continúa experimentado convulsiones de más de 180 grados.
En el otro lado de la cancha, los partidos políticos lanzando a boxeadores y artistas de la farándula y madres de actrices y, por tanto, López Obrador está en su legítimo derecho de promover a sus compañeros de lucha social.
Y si el lector pertenece a la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas, apresúrese. Quizá todavía le alcance el tiempo para una candidatura. Lo dijo Enrique Ramírez Zepeta, de MORENA: hay en Veracruz más de dos mil cargos públicos para repartir.