Y cuando le dijeron que el politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica impartía clases en el Colegio Hispano de la ciudad de Veracruz habló por teléfono con el director.
Y le preguntó si en verdad, en verdad, en verdad, existía.
El director le dijo que sí y que ahí estaba, en el salón de clases, dando clases frente a grupo.
Es más, el director preguntó a Fidel si deseaba hablar con él para llamarlo con la secretaria.
Hasta entonces, Fidel quedó satisfecho.
Ahora, con MORENA en el poder estatal, Cuitláhuac García, el góber fifí, fue cuando la piel y la entraña de la 4T, harta de sus palabra, movió los hilos del poder y en Telever, la filial de Televisa, lo presionaron pian pianito, finitos, delicados y diplomáticos, para que se fuera... por su voluntad.
Ajá.
Simple y llanamente dejar el noticiero donde solía analizar, diseccionar, escudriñar, la realidad cotidiana.
Y desde Televisa, la central en la Ciudad de México, todo indica, llegó la orden concreta, específica y maciza del cese.
Terminaron así tres años como comentarista en el noticiero vespertino con Carolina Ocampo.
El politólogo incómodo.
La mirada y la visión del mundo inmediato de un hombre, licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública, más peligrosa que una Magnum.
Más que una R-15.
Nadie dudaría de que con su salida obligada, Telever salió fortalecido.
El patrón siempre sale ganando.
Quedó probado y comprobado en el filme "La Dictadura Perfecta", con Damián Alcázar.
Luego del golpe de Estado del presidente Luis Echeverría Álvarez al director de Excélsior, Julio Scherer García, el director general de El Universal, Francisco Ealy Ortiz, le ofreció la dirección editorial.
Don Julio se negó. Ofreció razones:
La primera semana seré, precisó, el director más fregón del mundo.
La segunda semana, la octava maravilla del mundo.
La tercera semana, los poderes fácticos se atravesarían y le hablarían al oído al dueño de El Universal en contra de Scherer.
Y en la cuarta semana, brotarían las diferencias editoriales entre Ealy Ortiz y Scherer García y sería despedido.
Tres años después, el sueño del politólogo Carlos Ronzón quedó pulverizado.

"CADA MEDIO BUSCA SOBREVIVIR ANTE EL PODER"
En la semana anterior, el maestro sintió, olfateó, percibió que algo raro y extraño pasaba en Telever con su presencia.
La última participación con la reportera Mercedes Espíndola fue viralizada en las redes sociales y en muchas partes del país.
Y aun cuando nunca fue la más fuerte de los autopsias sociales y políticas, el gobierno de Veracruz buscaba alternativas, caminos, estrategias, modos, para su despido en Telever. Carlos Ronzón está seguro de que una mano oscura, sórdida y siniestra, viralizó exprofeso su participación buscando pretextos, motivos, razones, para lanzar un SOS y tocar puertas en el altiplano.
Entonces, en Telever quisieron ser diplomáticos y le ofrecieron cuidar la ley electoral, el INE, el COFETEL, etcétera, de cara a los comicios del 6 de junio del año que camina.
Y. al mismo tiempo, la orden de la censura.
Fue una trampa del poder político, dice el maestro.
Expone: "La gente de Telever se portó bien conmigo, son amigos, pero ellos nada pueden hacer.
Entendí que se cerraba un ciclo y debía seguir mi camino.
Se sabe bien que las motivaciones en mi vida son académicas.
Nunca he buscado nada más.
Los patrones de los medios siempre cuidarán sus intereses.
Cada medio busca sobrevivir ante el poder".

UN HOMBRE EN BÚSQUEDA DE SU LIBERTAD
En un nuevo capítulo de su vida, el politólogo apostará, podría apostar, a los mismos caminos iniciados por otros comentaristas, articulistas, reporteros, escritores, historiadores, académicos, etcétera, como es incursionar en las redes sociales.
Más, mucho más de lo que ha venido operando.
Seré, dice con sentido del humor, un influencer.
Pero manteniéndose firme, digno, leal consigo mismo, en la defensa de la libertad de expresión.