Ahora, el estercolero exhibido por la Auditoría Superior de la Federación, ASF, y en donde, caray, resulta insólito que luego de criticar tanto “las aviadurías” también las tengan, y como en el caso del secretario de Educación, hasta escuelas fantasmas… para, digamos, “ordeñar la vaca suiza”.
Desde luego, igual que el jefe máximo federal la 4T exclamaría que en Veracruz “tienen otros datos”.
Incluso, y como lo han estado manejando, que todas, todas, todas las observaciones serán regularizadas.
Está bien. Luego del niño ahogado lo quieren rescatar y resucitar.
Pero como dice el viejito del pueblo, “palo dado ni Dios lo quita”.
Y entre “son peras o manzanas”, el ramalazo ya está.
Uno, mala administración. Dos, incapacidad manifiesta. Tres, la silla embrujada del palacio imperial y faraónico les quedó demasiado grande.
Cuatro, se han manifestado iguales, igualitos a los antecesores. Cinco, entre todos se están encubriendo y “curando en salud”.
Seis, podrá el gobierno de Veracruz “darse golpes de pecho”, pero la ASF fijó el resultado de sus averiguaciones.
Además, claro, de los otros pecados capitales cometidos en los 2 años y 3 meses del sexenio, como son el nepotismo, el tráfico de influencias y el conflicto de intereses.
Y el 99 por ciento de la obra pública asignada a empresas foráneas como lo revelara la Contralora y que el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, intentó minimizar con aquella versión de las 196 denuncias penales en la Fiscalía General en contra de yunistas, duartistas y fidelistas.
Y la compra por asignación de medicinas a la empresa del ex delegado federal de Jalisco, despedido por lo mismo.
Y la compra por dedazo de patrullas, anexos y conexos.
Más lo que se ignora.
Muchas cositas, entonces, están bajo sospecha en la 4T de Veracruz.
¡Hosanna, hosanna, pobres de aquellos que votaron por Morena a mediados del año 2018 en Veracruz!
“Por sus hechos los conoceréis!”, dice el erudito del pueblo ribereño.

UN SURCO LLENO DE TRASTUPIJES

No es la primera vez que en los últimos dos años y 3 meses, las irregularidades, las observaciones, las presuntas patrañas y trastupijes germinan con denuedo en el surco guinda y marrón.
Incluso, y cuando la lumbre les llegaba a los talones apostaron a tirarse incienso entre ellos mismos, olvidando que “toda alabanza en boca propia es vituperio”.
Por ejemplo, cuando la ex Contralora Leslie Garibo se paseó en el palenque público rechazando el vestigio de nepotismo con el famoso primo incómodo del góber, Eleazar Guerrero, el poderoso subsecretario de Finanzas y Planeación de quien, se afirma, maneja oficinas administrativas del gabinete legal y ampliado.
Por ejemplo, cuando uno de los hermanos del góber “se curó en salud” rechazando que manejara el Instituto de Música donde labora.
Por ejemplo, cuando uno que otro vocero salió en defensa de otro hermano, dueño, se afirma, de una revista de reciente aparición.
Pero cuando el ramalazo viene de la Auditoría Superior de la Federación son palabras mayores.
Con todo, incluso, que luego del revire del Edén, el titular de la ASF enmendara el manejo de los fondos federales en el gobierno de la república, comprobando la vieja tesis de que “donde manda capitán nunca manda marinero”.

UN VERACRUZ JODIDO

En el argot banquero y político la vieja teoría es que cada vez que la deuda pública es renegociada con los bancos respectivos y/o cada vez que es cancelada en un banco para tramitarla en otro los encargados, los jefes, los operadores, se llevan una comisión singular.
Y, bueno, en el caso, la han pasado lanzando cacayacas a la corrupción de los antecesores y lo que ha sido convertido en un deporte favorito, y al mismo tiempo, solicitando más y más créditos.
Y, claro, en otros bancos.
Lo mismo que en su momento hicieron otros gobernadores.
Es más, tantos créditos bancarios ha cabildeado la 4T que, pareciera, se han excedido, y con mucho.
Nadie duda, sin embargo, que Veracruz necesita una profunda mejora de infraestructura. Y servicios públicos. Y calidad de vida. Y creación de empleos. Y seguridad social.
Los años de abandono, desdén, indiferencia, apatía, incapacidad, venta fatua y vacua de promesas y esperanzas, llevaron a 6 de los 8 millones y cacho de habitantes a la pobreza, la miseria y la jodidez.
Pero, vaya realidad estrujante, por ningún lado se mira la calidad de vida de la mayoría poblacional… con todo y créditos bancarios y subejercicio fiscal y (presuntos) trastupijes exhibidos por la Auditoría Superior de la Federación.
Por el contrario, una deuda pública astronómica.
El dinero público, por ningún lado se siente, percibe ni olfatea.
Y el gobierno de Veracruz tiene como principal éxito repetir como mala copia Xerox los programas sociales del obradorismo… trepado en las valencianas de López Obrador.