Uno de ellos, el más conocido, en Xalapa, con el doctor Raúl Arias Lovillo, exrector de la Universidad Veracruzana, UV.
Por ejemplo:
1. El bloqueo mayor, levantar doce mil firmas en el municipio expresando la simpatía y solidaridad y decisión electoral de igual número de ciudadanos.
Una tarea difícil, ardua, en camino sembrado de espinas y cardos, primero, porque es un número insólito, y segundo, porque los aspirantes y suspirantes están sin recursos para movilizarse, y tercero, por la disputa en el mercado electoral del voto ciudadano.
2. Crear una Asociación Civil ante una Notaría Pública y registrarla ante el SAT, Sistema de Administración Tributaria.
3. Nombrar a tres personas responsables: el titular, el responsable financiero y el representante legal.
4. Designar a la persona que represente al (pre)candidato ciudadano ante el OPPLE y que se encarga de dar de alta a uno por uno y a cada uno de los auxiliares que recogen firmas de la ciudadanía, una gestión que dura entre 48 y 72 horas.
Esa persona es la única con autorización para gestionar toda solicitud ante el OPPLE.
4. Ningún financiamiento público hay para los aspirantes y suspirantes.
5. Las aportaciones privadas tienen muchas trabas por el riesgo del "lavado de dinero".
6. No se puede utilizar publicidad en radio y televisión.
7. Ante una pandemia sin control (vamos llegando a los ciento ochenta mil muertos por el COVID en el país) difícil hacer un trabajo político para convencer a la ciudadanía sobre el proyecto del candidato independiente o comprometerla con su firma electrónica.
8. La aplicación móvil del Instituto Nacional Electoral, INE, tiene muchos problemas como instrumento de registro de la firma electrónica.
9. Las credenciales de elector si no tienen el código QR tiene muchos problemas la lectura en el código de barras para captar la información que permita el registro de la firma electrónica.
Incluso teniendo el código QR, hay muchos casos de inconformidad ciudadana.
10. Tomar la “fotografía viva” de la persona que cede su firma electrónica crea su desconfianza.

"EL MIEDO NO ANDA EN BURRO"
En Xalapa, la capital, "el miedo no anda en burro" ante la candidatura independiente de Raúl Arias.
Por ejemplo:
A. Trío de diputadas locales y federales de MORENA fue enviada al palenque público para declinar por el senador Ricardo Ahued Bardahuil, quizá el mejor posicionado del partido guinda para competir con dignidad por la presidencia municipal.
B. Con todo y que el regidor, ex diputado y ex dirigente estatal del PRD, ex perredista, morenista, Juan Vergel Pacheco, ha caminado en el municipio levantando y amarrando expectativas, en el gobierno de Veracruz creen que con Ricardo Ahued la hacen.
Por eso mismo, las versiones de que el góber de Amlo planchó a Ahued.
C. La alianza del PAN, PRI y PRD para lanzar un candidato común y que, bueno, falta que cuaje, cada parte montada en su burro porque según ellos pueden ganar la alcaldía y solitos, confiando en que tantas piedras para los candidatos independientes, irán ganones.
Por lo pronto, el ex Rector de la UV sigue en la recolección de firmas, alentados con firmeza porque el registro ha aumentado en los días que caminan, conscientes de que se trata de la histórica y legendaria escalada del Sísifo de Albert Camus a lo más alto de la montaña.
Es decir, quizá será imposible alcanzar la meta.
Pero ellos continúan labrando la piedra, sembrando el surco, abriendo la posibilidad.
Más porque sin darse por derrotados han tenido la capacidad de despertar el interés y la ilusión ciudadana.

VIEJA LUCHA DEMOCRÁTICA
La historia democrática está llena de abrojos, cardos y espinas.
Las tribus políticas en el poder cuidan sus parcelas hasta la locura y el frenesí, pues el poder político lleva al poder económico y al poder social en un país en el primer lugar mundial de corrupción pública.
Adolfo Ruiz Cortines otorgó el voto a las mujeres, pero omitió el legítimo derecho a ser votadas.
José López Portillo, con Jesús Reyes Heroles de secretario de Gobernación, abrieron el abanico a los partidos de oposición para concesionarles parcelitas de poder, y a conveniencia.
Desde el Congreso de la Unión, los legisladores federales lograron que las elecciones fueran organizadas por un organismo independiente a la secretaría de Gobernación, pero después de una lucha sistemática, sin rendirse ni otorgar una tregua.
Y conforme cada sexenio aparecían nuevos ricos, nuevas fortunas familiares, el desencanto ciudadano se fue multiplicando hasta llegar, en un brinco histórico, al año dos mil, el panista Vicente Fox Quesada, lanzando de Palacio Nacional al partido tricolor.
Y ahora cuando el IFE mudó en INE, y los partidos políticos tienen su silla en el Instituto Nacional Electoral y en los OPLES de cada entidad federativa, se sienten dueños del destino común y se oponen a los candidatos independientes estableciendo requisitos insuperables, ex profeso para tumbarlos.
Ellos solos quieren repartirse el pastel.
Es la realidad concreta, específica y maciza.