Pocas, excepcionales veces, de Veracruz, quizá, para mantener la sana distancia después de tantos años en la trinchera pública.
Y sin rodeos ni ambages, asegurando que tiene "más que los pelos de la burra en la mano, la burra completa", se lanzó en contra del senador Ricardo Ahued Bardahuil, a quien sacó del mostrador, lo paseó en la plaza pública, lo llevó con el gobernador Miguel Alemán Velasco, fue palomeado para la alcaldía de la capital, le apoyó en todo y con todo, lo ungió la primera autoridad edilicia y luego nunca fue agradecido ni generoso ni recíproco.
Por el contrario, lo desconoció como si fuera el peor enemigo del mundo.
En su columna publicada el lunes 18 de enero prendió la mecha. Y escribió, por ejemplo, lo siguiente:
"Rogarle que abandere la reelección como alcalde a un personaje cuya actividad pública es deleznable, gris, irrelevante, carente de obra pública y social, demuestra que el partido MORENA está perdido".
Incluso, robaleando en el pasado con un archivo que siempre mantiene actualizado, paso a paso, pian pianito, también escribió que en el tiempo de Ricardo Ahued como alcalde "el presupuesto municipal solo sirvió para el enriquecimiento ilícito y la multiplicación de negocios personales del "empresario" cuya auditoría está pendiente de practicarse".
El Rey Gau... contra el árabe originario de Hidalgo, el alcalde, el diputado local y federal, el Senador de la República, el director general de Aduanas, quien trepado en las valencianas de López Obrador se ha cotizado alto, muy alto.
Y es que nadie conoce más a Ahued que el Rey Gau.
Simple y llanamente es su hacedor.
Luego siguió agarrando camino y lo desconoció.
Incluso, reviró al Rey Gau declarando a los medios que "no soy títere de nadie".
Pero, bueno, una cosita es "no ser títere de nadie" y otra, mil años luz de distancia, es ser recíproco en la vida, más cuando los otros te abren puertas.
El caso es que las tribus políticas de Xalapa y los medios tomaron partido cada uno y luego del fuego amigo y enemigo, Ricardo Ahued declaró a Notiver el 21 de enero (3 días después del bombardeo del Rey Gau) que "no sería correcto contender para ganar un cargo de elección popular y posteriormente renunciar para dejar la silla a una eventual suplente a modo".
Y si se entiende y entiende bien significaría entonces que habría, quizá, declinado a "la cargada" del trío de diputadas de MORENA (Dorheny García Cayetano, Ana Míriam Ferráez y Rosalinda Galindo), quienes se pronunciaron por su nominación.

AJUSTE DE CUENTAS, CADA QUIEN EN SU LUGAR
El Rey Gau fue maestro en la facultad de Leyes de la Universidad Veracruzana. Formó a muchas generaciones, pero en la vida pública tuvo a un trío de políticos a quienes, vaya paradoja, todo les dio y a los tres les faltó humildad y cayeron en la soberbia desconociendo al tutor.
Uno. Ricardo Ahued Bardahuil.
Dos. David Velasco Chedraui, exalcalde de Xalapa.
Y tres. Elizabeth Morales, alcaldesa y diputada federal y quien en el año 2016 se soñaba, al mismo tiempo que Carolina Gudiño Corro, como la primera gobernadora de Veracruz.
Incluso, la ingratitud, el rencor y el odio de Elizabeth Morales, Elmo, al Rey Gau fue tanto que hasta financió parte de la campaña electoral del perredista Uriel Flores Aguayo como candidato a diputado federal, toda vez que Reynaldo Escobar era el nominado priista.
Es más, operó en materia electoral para descarrilar su triunfo en las urnas, pues, y por ejemplo, en aquel tiempo en todas las casillas el Rey Gau perdió.
Más, mucho más, porque Javier Duarte se alió con Elmo y a través de Érick Lagos, secretario General de Gobierno, también auspició la campaña de Uriel Flores.
Desde entonces Escobar Pérez decidió retirarse de la política y concentrarse en otras tareas, la más importante, la familia, y la segunda, su despacho jurídico donde es tan exitoso por su fama pública de un gran litigante.
Por eso, su reaparición pública con la Magnum en la mano disparando contra Ricardo Ahued fue un simple ajuste de cuentas.
Además de que tiene aceitados más expedientes por si en el camino se necesitan, de igual manera como expedientes contra Velasco Chedraui y Elizabeth Morales, ahora declarada ferviente obradorista.

ILUSIONISTAS Y POLÍTICOS MENTIROSOS
El retrato del Rey Gau sobre Ricardo Ahued es el siguiente: "Utilizar a los arribistas, saltimbanquis y chapulines para la simulación y el engaño es una estrategia de los manipuladores que así evitan meter las manos al fuego, titiriteando a los indignos, dispuestos a ensuciarse las manos sin "devolver al pueblo lo robado" con el fin de mantenerse en el poder para acrecentar fortunas mal habidas.
"Esos personajes siempre han estado dispuestos a aprobar las cuentas públicas como diputados federales, locales y senadores, simulando que protestan, al tiempo que levantan la mano entre la borregada que mayorea y cobra caros sus servicios al patrón.
"Jamás hay que olvidar que el pueblo xalapeño tiene memoria y archivo y ejercerá el inalienable derecho de rechazar a los ilusionistas y políticos mentirosos".
El Rey Gau está en el campo de batalla.
Pensionado, y desde el despacho jurídico conocido como "La embajada", suena y resuena los tambores de guerra.
Vive su vida y la vive a plenitud.
Y en las tardes lluviosas, frías y con neblina de Xalapa, se pone a cantar los boleros de su predilección acompañado de un guitarrista.